Capítulo 4.

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Tras decirme su nombre, nos quedamos inmersos en un silencio que se llena a causa del ruido que hay alrededor.  Mis ojos verdes claros no cesan de buscar su mirada, ya que ahora mismo está atendiendo a un cliente.

    Cuando finaliza, Rafa viene hacia el lugar donde estoy de nuevo, apoya ambas de sus manos sobre aquella barra que ha limpiado y ladea su cabeza.

-Y tú, ¿cómo te llamas?

Frunzo el ceño.

-¿Para qué? Además, creo que solo te has inventado aquello porque eres un psicópata.

Él ríe, causando que note como su risa es una bonita melodía.

-¿Y eso lo deduces porque...?

-Das el pego- contesto un tanto obvia.

Asiente posando sus ojos verdes oscuros en mí por unos instantes para después atender a un cliente y volver a prestarme atención. Mientras atiende, observo su rostro de perfil y confirmo, tras haber debatido un poco en mi interior, que es guapo.

Es tan guapo que duele.

-A lo mejor tan solo quería saber por qué me dijiste eso.

-Pues no lo sé- respondo.- Por algo te lo dije, ¿no crees? Estaba borracha.

Rafa asiente y sonríe de nuevo.

-O sea, me das a deducir que si no hubieses estado borracha no me hubieses propuesto sexo.

-Exacto.

-¿Solo era atractivo para ti cuando estabas borracha?

Frunzo el ceño.

-¿Qué dices?

Él ríe.

-Nada, déjalo. Pero una cosa, no bebas tanto porque si la propuesta llegar a caer en alguien peor a saber qué hubiese pasado.

Asiento y le dedico una sonrisa sin enseñar mis dientes.

-Bueno... yo me voy.

Rafa asiente y se pone a hacer churros.

-Bueno, pues hasta otra verbena, chica que propone sexo a desconocidos.

Ruedo los ojos y lo fulmino con la mirada.

-En fin... Adiós, Rafa.

-Adiós.

Me alejo del puesto donde se encuentra el chico y tecleo rápidamente el teléfono de Carmen, que me responde a los dos pitidos.

-¿Dónde estáis?

-Al lado de los coches de choque, ¡ven!

-Voy, no os mováis.

Emprendo camino hacia el lugar donde me ha dicho Carmen, y al llegar, los veo. Me acerco a ellos con una sonrisa en el rostro y acepto la botella que me tiende Diana. Bebo de un trago la mezcla y siento mi garganta arder para después percatarme de la mirada que me echan mis dos amigas.

-¿Qué?

-¿Qué quería ese? -me interroga Diana, refiriéndose con un "ese" a Rafa.

Me encojo de hombros.

-Resulta que le propuse sexo cuando estuve borracha.

Diana estalla a carcajadas y Carmen alza las cejas sorprendida.

-No jodas, ¿y qué ha dicho?- pregunta la de los ojos azules realmente intrigada.

-Solo ha bromeado con que si la propuesta estaba en pie todavía y tal...

Mi primer amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora