Capítulo 6.

8.3K 404 11
                                    

-Pero sigo teniendo la duda, ¿eres virgen o no? -le pregunto a Carmen mientras me delineo mi ojo verde.

-Sí que lo soy, tan solo ayer dejé que me toqueteasen y yo a ellos también.

Asiento y la observe para después continuar con el otro ojo.

-Es decir, que todavía no te han metido un buen material por ahí.

-Exacto - afirma riendo.

-Callaos, joder -se queja Diana revolviéndose en la cama.

Carmen me mira, sonríe y se acerca hacia Diana para después gritarle al oído y ver como ella le lanza una almohada enfadada.

-¡Vete a cagar, Carmen!

Las dos reímos.

Diana vuelve a posar su cabeza sobre la almohada y caer en un profundo sueño, mientras, Carmen y yo nos seguimos vistiendo.

-¿Te liaste con Adrián?

Asiento.

-Pero nada más.

-¿Por qué? Os gustasteis y...

-Porque quiero disfrutar de estar soltera, Carmen. ¿Ahora no puedo enrollarme con un tío sin que sea mi novio?

-Madre mía, estás de una mala leche...

-No, solo que me molesta que digan eso.

Asiente con la cabeza, se dirige hacia el espejo de la habitación y observa su reflejo.

-Además -prosigo.- Iba de la faceta de niño inocente, pero cuando ya nos besamos por primera vez, se volvió otra persona. Y a mí, esas personas, no me gustan.

-Ni a mí -concuerda.

[...]

Diana se levanta con cara somnolienta y su pelo despeinado, nos enseña el dedo corazón a las dos y se adentra al baño.

-¿No podéis callaros? Ser comprensivas.

Carmen y yo reímos.

Me acomodo el sujetador y siento un gran dolor en mis pechos, hago una mueca y capto la atención de Carmen.

-¿Qué te pasa?

-Creo que me va a bajar, me duelen y me pesan los pechos.

-Jódete -dice Diana nada más salir del baño.- A mí no me pasa porque tengo pocos pechos.

-Oh, pobre 85 A -murmura Carmen hacia Diana.

-Cállate, 100C.

Río.

-Estáis fatal, chicas.

-Tú también calla, 95B.

***

Dejo el último plato sobre la mesa y escucho la puerta principal abrirse, entran mis padres con bolsas llenas de comida y sonrío para acercarme hacia ellos.

-Hola, Noelia -me saluda mi padre.

-Hola, papi.

Beso tanto su mejilla como la de mi madre y nos adentramos los tres hacia la cocina. Cuando la comida ya está puesta, empezamos a comer con temas varios de conversación.

-Oh, por cierto, cariño, ayer vi a Yago - me comenta mi madre.- Cuanto me alegro de que hayáis roto.

-¿Pero han roto?- pregunta mi padre.

Mi madre y yo reímos.

-Sí, papá, hace cosa de un mes.

-¿Y por qué no lo sabía?

Mi primer amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora