Capítulo 28.

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See you again- Wiz Khalifa suena en los cuarenta principales mientras Rafa conduce hacia un lugar que no me quiere decir. Sonrío y volteo mi cabeza para verle de perfil y sentir como mi corazón bombea con rapidez.

-¿Dónde me llevas?

Rafa me mira durante unos segundos y sonríe mostrando aquellos dientes tan peculiares. Vuelve a posar su vista en la carretera para después pararse frente de un semáforo en rojo.

-Ya lo verás.

-Vamos... - suplico. - Dímelo.

Él ríe y niega con la cabeza para después seguir emprendiendo camino hacia el lugar que no me quiere decir.

A la media hora, Rafa aparca en un parking solitario para después bajar del asiento de piloto, al igual que yo. Cuando salgo fuera, el olor del mar se hace presente en mi alrededor y aspiro con fuerza para a continuación sonreír.

-¿Me has traído a la playa?

Me acerco hacia él, que se encuentra abriendo la parte trasera del coche, y me guiña un ojo para después colgar una mochila sobre su hombro y rodear mi cintura con sus brazos para besarme.

-Algo así - me dice para después tomar mi mano.- Es la cala de Roche por Bolado.

-¿De verdad?

Asiente.

-También he traído comida para pasar aquí el mediodía.

Sonrío como una tonta y rodeo su cintura para apoyar mi cabeza sobre su hombro mientras bajamos hacia la cala.

-Has traído bikini, ¿verdad?

-No - miento.

Mis pies tocan la arena y después observo a Rafa mirarme con las cejas alzadas para después posar su mirada en mis pechos y expirar fuertemente.

-Pues a mí no me importa si vas sin ropa...

Río.

-Ya te gustaría - murmuro pícara. - Lo he traído.

-Bueno... - dice rodeando mi cintura por detrás de mí. - Igualmente te podré ver sin camiseta y pantalones.

Río.

Nos posicionamos en una parte alejada de la cala donde pega la sombra, observo a la pareja que hay por allí y empiezo a extender el mantel sobre la arena. Rafa, nada más dejar la mochila en el suelo, quita su camiseta roja y me da a mostrar aquel abdomen bronceado y con algo de vello que tanto me gusta.

-Te toca.

Dejo de estar embobada mirando su abdomen para después sonrojarme y rodar los ojos. Lentamente y ante su atenta mirada, llevo mis manos a las esquinas de mi camiseta y me la quito con rapidez.

-Los pantalones, cariño.

Rafa ríe y se los quita a los segundos para después indicarme con un movimiento de cabeza que es mi turno. Yo, con algo de torpeza a causa de haberse enrollado en mis talones, consigo quitármelos mientras Rafa ríe.

-No se ve bien el bikini desde aquí - murmura mirándolo. - Date la vuelta.

Tras decir eso, veo claras sus intenciones y entrecierro los ojos hacia su dirección, provocando así que él ría y se acerque a mí para abrazarme.

-¿Agua o comida?

Alzo la cabeza apoyando mi mentón sobre un pecho suyo y me encojo de hombros.

-Como tú veas.

Rafa sonríe, achinando sus ojos verdes hipnotizantes y toma mi mano entrelazando nuestros dedos para dirigirnos hacia el mar. Nada más estar frente a la orilla, doy un paso hacia adelante y mis pies se cubren de agua, pero acabo retrocediendo a causa de lo fría que está.

-¿Miedosa?

Miro con un falso mosqueo a Rafa, el cual ha recogido su pelo negro en un pequeño moño y se adentra al agua para después mirarme.

-¿No vienes?

-Está helada, Rafa.

Él sonríe.

-¿Te abrazo?

Alzo las cejas y me alejo más de la orilla mientras niego con la cabeza.

-No, no y no - niego con obviedad. - Ni se te ocurra.

Rafa hace caso omiso a lo que le digo y sale del agua, provocando que me quede estancada mirando su torso húmedo, pero cuando sus brazos me han rodeado y la piel se me pone de gallina, me alejo de él.

-Tonto.

Ríe.

-Vamos al agua - me pide teniéndome su mano.

A regañadientes acabo asintiendo para después zambullirme en el agua fría y limpia de finales de julio. Cuando salgo, veo a Rafa a unos metros de distancia, lo que me incita a que haga algo que siempre he querido.

Me acerco a él lentamente por su espalda hasta estar a unos escasos centímetros para después posar mis manos sobre su cabeza y hundirle en el agua. Tras eso, estallo a carcajadas y dejo que suba a la superficie.

- Serás...

Cuando dice eso, sensores de alerta se activan en mí, pero ya es demasiado tarde para escapar cuando sus brazos me tienen rodeada y Rafa simula morderme el cuello, lo que provoca que ría de nuevo.

-¿Te hace gracia?

-Sí.

Deja de hacer la acción y nos quedamos observando. Verde a verde. Lentamente y sin preámbulo alguno, rodeo su cintura con mis piernas; acercándolo a mí. Veo a Rafa gruñir y aprieta más el agarre de mi cintura para después dirigir su cabeza a mi clavícula.

Sus besos empiezan a esparcirse lentamente por la piel de la zona y siento mi mundo desvanecerse hasta que clava sus dientes en la piel de mi pecho descubierto. Puedo notar como su entrepierna empieza a crecer lentamente, pero dejo el delirio de lado cuando me percato de que estamos en un lugar público.

-Rafa - le llamo.- Rafa.

-Dime.

-Estamos en público.

Él asiente algo fastidiado, pero se relaja cuando llevo mi mano a su semi-erección y la aprieto. Un gemido sale de sus labios, y cuando sus ojos se abren de nuevo, puedo observar la dilatación de sus pupilas.

-Eres muy atrevida.

Río.

-Tenía curiosidad -revelo.- Pero Yago la tenía más grande.

Vuelvo a reír.

-Mientes, ¿verdad?

Me encojo de hombros y sonrío.

-Quién sabe.

Y mentía.

-Serás...

Rafa ríe y me abraza fuertemente, su cabeza se posiciona entre el hueco de mi hombro y cuello y siento su cálido aliento caer sobre mi omóplato.

-Estoy muy feliz - murmuro.- Tú me haces feliz.

Rafa aleja la cabeza del lugar donde la tenía y me mira por unos segundos para después sonreír.

-Lo mismo te digo, Noelia -concuerda conmigo para después posar su vista en mis pechos.- Por cierto, es mejor que en estos días no vayas a la playa con tus padres si quieres que vean el chupetón.

-¿Qué chupetón?

Rafa ríe y yo desvío la mirada a la parte descubierta de mi seno izquierdo y ruedo los ojos para después pegarle un manotazo en el brazo.

-Idiota.

-Lo sé.

Minutos después, salimos del agua y comemos en la sombra de aquella cala solitaria, y me percato que la pareja que había se ha ido. Tras acabar, Rafa se tiende sobre el mantel y yo a su lado pero boca a abajo y con mi cabeza sobre su abdomen. Él se dedica a peinarme lentamente con su mano mientras sonrío y sus ojos no paran de observarme.

-Tengo mucha suerte - dice.

Mi primer amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora