Capítulo 5.

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Carmen viene hacia nosotras con una clara sonrisa en su rostro, se sienta al otro lado de Diana y yo me levanto.

-¿Cómo ha ido todo?- pregunto.

-Muy, muy bien.

Sonrío ante el doble sentido de las palabras. Me gustaría decirle a la de los ojos azules lo que me acaba de soltar Diana, pero no lo hago, no lo hago porque pienso que será una de las muchas estupideces que se dicen cuando uno va pedo.

Sí, será eso.

-Me alegro.

-Ah, por cierto, Noelia – me llama antes de que yo me vaya, me giro y la observo.- Hay un chico interesado en ti.

Frunzo el ceño y observo los ojos azules de mi amiga.

-¿Quién?

-Ese.

Con su cabeza me indica una dirección, volteo parte de mi cuerpo y observo al grupo con el que hemos venido. Uno de los chicos de allí me observa y baja la mirada avergonzado.

-Es muy mono. Además, besa bien.

Alzo las cejas sorprendida.

-¿Te lo has...?

-No- niega rápidamente para después dejar escapar una sonrisa.- Solo es lo que han escuchado decir.

-Ah – asiento.- Bueno, me marcho. Por cierto, Diana ha bebida algo de agua y ha comido.

Diana asiente.

-Un churro, se lo ha dado el churrero a Noelia.

Carmen me mira con picardía.

-No ha pasado nada – aseguro.

-Pero pasará. ¡Seguro!

Niego con la cabeza ante lo que dice Diana y me marcho hacia el grupo de amigos. Plan B- Fanática de lo sensual suena en estos instantes en la verbena donde nos encontramos. Todas empezamos a mover nuestras caderas, intentando así llamar la atención de algún chico o simplemente divertirse.

-Noelia, ¿quieres?- me pregunta una chica de ojos marrones, la cual me ofrece un vaso lleno de bebida.

-¿Es la mezcla de Dani?

Asiente.

-Esa es, solo que hoy le ha puesto más alcohol que bebida.

Me encojo de hombros y tomo el vaso.

-Vale. Gracias.

-De nada.

Pego un gran trago a mi vaso de plástico grande y cierro los ojos mientras sigo el ritmo de la música. Al abrirlos, veo al chico del que me ha hablado Carmen y sonrío por cómo  me observa. Le indico que se acerque a mí y sonríe sin negarse.

-Hola, Noelia.

Sonrío encandilada con su timbre profundo de voz.

-Hola, ¿cómo te llamas?

-Adrián.

-Bonito nombre.

Sonríe.

-El tuyo también es bonito.

-Dale las gracias a mis padres.

Ríe por lo bajo y sus ojos conectan con los míos, causando que una sonrisa involuntaria brote de mis labios.

-¿Bailamos?- me propone.

Asiento decidida.

-¿Quieres con esta música o esperamos a que la cambien?

Mi primer amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora