Capítulo 27.

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-¿Estás bien? – me pregunta con preocupación posteriormente de haber rodeado mis hombros.

Hago una mueca y niego con la cabeza para después encontrarme sobre su pecho. Las lágrimas empiezan a recorrer mis carrillos y la mano de Rafa se pasea por mi espalda, intentando consolarme.

-Noelia, no me gusta verte así.

-Diana ya no es nuestra amiga – declaro con voz quebrada.- Se lo ha dejado bien claro a Carmen.

Alzo mi cabeza y observo sus ojos mirarme con preocupación para después besar castamente mis labios y abrazarme, incitando a que yo aspire su aroma y sienta la calidez de su cuerpo envolverme.

-Tal vez sea solo una pelea – murmura intentando relajarme.- Quién sabe, Noelia.

-No – niego para después separarme de él y limpiar mis mejillas.- Le dijo a Carmen que se había enrollado con Adán, ¿a quién se le ocurre eso? Además, dijo que yo estaba al tanto de todo aquello. Rafa, te juro que...

-Noelia – me corta.- Si estás segura de que vuestra versión es la real, no os preocupéis.

-Pero Diana...

-Ya se dará cuenta, tranquila.

Asiento y siento mi labio inferior temblar.

-Eh, Noelia, no llores – susurra volviendo a rodear mi cintura y atraerme hacia él.- No llores, cariño.

Mientras las lágrimas se deslizan por mis mejillas y estoy entre sus brazos, me separo de él con las cejas acrecentadas y Rafa, extrañado, frunce el ceño.

-¿Qué?

Sonrío.

-Nunca me habías llamado así.

-¿Cómo?

-Cariño – repito la palabra pronunciada por él.

Rafa alza sus cejas negras y grandes para después rascar con su mano izquierda la poca barba que tiene en su barbilla.

-Me ha salido solo - confiesa.

Sonrío y achino mis ojos a causa de la acción.

-Me ha gustado – musito.- Suena bien como lo dices.

Rafa sonríe, dando a mostrar así sus dientes blancos e imperfectos.

-Cariño.

***

-Noelia – me designa con voz agitada.- No sigas, quiero contenerme.

Abro los ojos y entreabro mi boca para tomar algunas bocanadas de aire y peinar mi pelo rebelde. Tras eso, me bajo del regazo de Rafa y siento mi corazón latir con ferocidad a causa de lo que ha sucedido hace unos segundos.

-Lo... siento.

-Tranquila – me dice para después entrelazar mis manos.- Sé que no es tu intención.

Sonrío y ladeo mi cabeza para observarle de perfil.

-Eso es bueno.

Él ríe, ladea también la cabeza y me da un pico.

-Cuando quieras, dímelo.

Asiento.

Tiempo después, me encuentro saliendo de la casa de Rafa y dirigiéndome a un bar en el cual me encontraré con Carmen. Cuando llego, vislumbro a mi amiga y me dirijo hacia la mesa, no sin antes pedir una cerveza en la barra.

-Hola – saludo mientras tomo asiento.

Carmen deja su teléfono sobre la mesa, sus ojos azules se posan sobre mí y dibuja una sonrisa en su rostro mientras nos observamos.

Mi primer amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora