Capítulo 20.

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-¿Y te hizo dedos? – pregunta intrigada Carmen.

Ruedo los ojos y asiento por octava vez.

-Sí, me los hizo.

-¿Y él no te pidió que le hicieses nada? - pregunta Diana para después pegar un trago a su cerveza.

Niego con la cabeza.

-Qué extraño... – murmura Carmen.- Un tío de veinticuatro años no quiere que le hagas nada después de haberte masturbado.

-Tiene veintiséis.

-Eso.

-¿Y tú? – le pregunta Diana a la de ojos azules.- ¿Te has dignado a dejar de ser virgen ya?

Niega con la cabeza.

-He decidido irme a un convento.

Reímos.

-¿Al final no quiso hacerlo? – pregunto.

Carmen me mira y niega con la cabeza.

-Lo extraño es que él sabe que soy virgen y yo ni lo he comentado.

-Se te nota – comenta Diana.- Tienes cara de puritana.

-Y tú de guarra.

Río.

-¿Y qué más te dijo?

Carmen se encoge de hombros, toma su San Miguel y bebe un trago.

-Que esperaría – responde.- Me dijo que siente algo profundo por mí, y que debido a eso quiere esperar para poder hacerlo.

-Yo lo veo por las noches haciéndose unas pajas de la hostia – comenta Diana para después estallar a carcajadas.

-¿Solo piensas en sexo? – pregunta Carmen exasperada. -¿O es que Adán no te folla?

Abro los ojos ante la pregunta. Diana no nos ha comentado nada sobre ellos dos.

-Eso, eso. ¿Cómo vais?

-Ni vamos ni venimos – dice tras comer una patatilla.- No he quedado con él.

-¿Y eso se debe a...?

Hace una mueca de asco.

-No quiero dejarle seco, pobrecito.

Carmen y yo reímos.

-Eso, a tu manera, es que te mola – aseguro.- Si no, ya hubieseis quedado.

Diana rueda los ojos.

-Si tú lo dices...

-Yo también – dice Carmen.- Date una oportunidad para el amor, Diana.

Niega con la cabeza y bebe otro trago de cerveza.

-No – musita.- No puedo.

-¿Por qué?

Sus ojos marrones me observan con tristeza.

-No quiero que me hagan daño de nuevo.

-Pero si no lo intentas no lo sabrás – dice Carmen.-Tal vez valga la pena.

Diana suspira intentando contener sus lágrimas para después notar como mi móvil vibra en el bolsillo de mi pantalón corto vaquero. Lo saco, desbloqueo y leo su mensaje.

WhatsApp.

Rafa: Buenos días, vampiresa.

Suelto una risita.

Mi primer amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora