-¿Y te hizo dedos? – pregunta intrigada Carmen.
Ruedo los ojos y asiento por octava vez.
-Sí, me los hizo.
-¿Y él no te pidió que le hicieses nada? - pregunta Diana para después pegar un trago a su cerveza.
Niego con la cabeza.
-Qué extraño... – murmura Carmen.- Un tío de veinticuatro años no quiere que le hagas nada después de haberte masturbado.
-Tiene veintiséis.
-Eso.
-¿Y tú? – le pregunta Diana a la de ojos azules.- ¿Te has dignado a dejar de ser virgen ya?
Niega con la cabeza.
-He decidido irme a un convento.
Reímos.
-¿Al final no quiso hacerlo? – pregunto.
Carmen me mira y niega con la cabeza.
-Lo extraño es que él sabe que soy virgen y yo ni lo he comentado.
-Se te nota – comenta Diana.- Tienes cara de puritana.
-Y tú de guarra.
Río.
-¿Y qué más te dijo?
Carmen se encoge de hombros, toma su San Miguel y bebe un trago.
-Que esperaría – responde.- Me dijo que siente algo profundo por mí, y que debido a eso quiere esperar para poder hacerlo.
-Yo lo veo por las noches haciéndose unas pajas de la hostia – comenta Diana para después estallar a carcajadas.
-¿Solo piensas en sexo? – pregunta Carmen exasperada. -¿O es que Adán no te folla?
Abro los ojos ante la pregunta. Diana no nos ha comentado nada sobre ellos dos.
-Eso, eso. ¿Cómo vais?
-Ni vamos ni venimos – dice tras comer una patatilla.- No he quedado con él.
-¿Y eso se debe a...?
Hace una mueca de asco.
-No quiero dejarle seco, pobrecito.
Carmen y yo reímos.
-Eso, a tu manera, es que te mola – aseguro.- Si no, ya hubieseis quedado.
Diana rueda los ojos.
-Si tú lo dices...
-Yo también – dice Carmen.- Date una oportunidad para el amor, Diana.
Niega con la cabeza y bebe otro trago de cerveza.
-No – musita.- No puedo.
-¿Por qué?
Sus ojos marrones me observan con tristeza.
-No quiero que me hagan daño de nuevo.
-Pero si no lo intentas no lo sabrás – dice Carmen.-Tal vez valga la pena.
Diana suspira intentando contener sus lágrimas para después notar como mi móvil vibra en el bolsillo de mi pantalón corto vaquero. Lo saco, desbloqueo y leo su mensaje.
WhatsApp.
Rafa: Buenos días, vampiresa.
Suelto una risita.
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Mi primer amor.
RomanceEl amor es aquel sentimiento tan odiado como amado. Yo, por mi parte, me encuentro en el punto medio sobre el cual no sé hacia donde ir; si odiarlo o amarlo. Cuando acabé con Yago, mi ex pareja, disfruté de mi soltería y aproveché al máximo mis estu...