3 semanas y media después...
-¡No encuentro el rímel! - grita moviéndose con desesperación por todo el pasillo de su casa, mientras, Carlota y yo reímos ante la escena que monta. Cuando se percata, nos mira con sus ojos a medio maquillar y se cruza de brazos.- Ni puta gracia, ¿vale?
Carlota se incorpora del sofá con una botella de cerveza de cristal.
-Si fuese tu madre te diría que te lavaría la boca con lejía, pero como soy yo, te digo que necesitas que tu novio te la lave con semen.
Rueda los ojos, pega un grito desesperado y escucho como pega un golpe seco al cerrar una puerta que tal vez es la de su habitación.
-Que vulgar eres, tía – le digo sorprendida tras haber pegado un trago de mi botella de cerveza.
Sus ojos marrones pequeños me miran, ríe y se tira literalmente en el sofá provocando que se escuche un crujido.
-Es natural en mí – me contesta con una sonrisa.- Y, bueno, cuéntame.
Frunzo el ceño, coloco un mechón de pelo tras mi oreja y bebo más de mi cerveza.
-¿Qué te cuente el qué?
Se encoge de hombros y recoge su pelo negro en una coleta.
-Pues no sé... ¿Cómo te va con el cubano?
Río tras haberme incorporado del sofá y dejo mi botella de cristal en la mesa pequeña que hay en el salón, me volteo y observo a Carlota esperar mi respuesta.
-Bien, ¿por qué?
-Porque en menos de una semana te vas a Noruega.
Cuando Carlota me lo dice, siento la realidad hacerse presente y suelto un soplido percatándome de lo que corre el tiempo cuando es conveniente. Recojo mi pelo con mis manos intentando calmarme, pero es inevitable.
-Lo siento – se disculpa tras incorporarse y acercarse a mí.- ¿Estás bien?
-¡Ya lo he encontrado! – se la escucha gritar.- ¡Puto rímel que te pierdes constantemente!
Escuchamos una puerta abrirse y volverse a cerrar otra. Tras eso, Carlota y yo esbozamos una graciosa sonrisa a causa de los gritos de Carmen.
-Estoy bien, tranquila – le aseguro cuando sus ojos me observan preocupados.- Es solo que... El momento de la verdad ha llegado.
Carlota asiente comprendiéndome.
-Quedan unos días, Noelia – me recuerda.- Disfrútalos.
-Bueno, ¿nos vamos? – pregunta Carmen con su mirada puesta en su móvil, la alza y nos mira con una sonrisa.- Marcus, Rafa y Mario nos esperan.
Las dos asentimos, cogemos los bolsos que hemos dejado en el sofá y nos dirigimos hacia la puerta.
-Por cierto, Carlota, ¿qué tal con Marcus?
Cuando Carmen se lo pregunta, ella sonríe con vergüenza y se adentra al ascensor. Al final resultaba que Marcus había estado realmente colado por Carlota.
[...]
-Hola, cariño - le saludo tras habernos besado. Contemplo sus ojos verdes por unos segundos y cuando recuerdo que apenas quedan cinco días para irme, me lanzo de nuevo a sus labios dándole un duradero beso que nos deja con ansía de más.- ¿Qué tal?
Rafa ríe, pasa su brazo derecho por mis hombros y toma mi mano.
-Ahora mucho mejor.
Río por lo bajo.
-Idiota que eres...
Caminamos las tres parejas por las calles de un Santander nocturno en dirección a una discoteca. Cuando llegamos a la que queremos, los seis nos adentramos al lugar y J.Balvin – Ginza suena en el lugar; siento automáticamente los brazos de Rafa rodear mi cintura desde atrás y cómo mueve su cadera realmente bien al son de la música.
-Como se nota que eres cubano.
Él ríe en mi oído.
-¿Te gusta? – pregunta en el mismo lugar donde ha reído mientras sigue bailando de espaldas a mí.
-Seguro que no sabes bailar mejor que yo el reggaeton – le aseguro dándome la vuelta y estando cara a cara.
Rafa me sonríe a la vez que alza una de sus cejas negras, sus ojos verdes en la oscuridad de la discoteca me observan y toma mi mano entrelazándola con la suya para después poner mi espalda sobre su pecho de nuevo.
-Sorpréndeme, Noelia.
Rafa se aferra a mis caderas con fuerza y yo empiezo a mover mis caderas al ritmo de la música reggaeton que suena en estos mismo instantes. De la derecha a la izquierda, paso a profundizar más el movimiento bajando a la vez que las muevo y llevo mis brazos hacia atrás rodeando el cuello de Rafa.
-Muy bien, nena – me susurra.- Muy bien.
Una risa brota de mis labios y me giro por completo quedando cara a cara, introduzco mi pierna derecha entre las suyas de manera que estamos cuerpo a cuerpo. El brazo izquierdo de Rafa rodea mi cintura y empezamos a bailar las cinturas en círculo para después yo empezar a mover mi pelvis de adelante hacia atrás; incitándole. Sus ojos verdes me observan mientras una sonrisa crece en sus labios, haciéndome sonreír también.
-Sigo bailando yo mejor - canturrea cuando la música cesa.- Pero no voy a negar que si no estuviese acostumbrado a este tipo de bailes ya tendría una erección.
Río y rodeo su cuello con mis brazos.
-Supongo que gracias, cariño.
-De nada, mi amor – dice colocando un mechón detrás de mi oreja.
***
Una lágrima se desliza por mi mejilla y yo, rápidamente, la limpio con el dorso de mi mano mientras tengo la vista puesta en la carretera. La mano de Rafa se posa sobre la mía, giro mi cabeza y veo como con su mirada me pregunta qué me pasa, pero yo acabo negando con la cabeza.
-¿Estás bien? – susurra.- Noelia, no estés así.
Aprieto mis labios con la intención de retener mis lágrimas, pero finalmente una se acaba deslizando por mi mejilla y Rafa traga saliva para después abrazarme causando que yo solloce.
-No me quiero ir – digo sobre su camisa, empapándola con mis lágrimas. Me separo de él y los observo.- No quiero dejarte, Rafa.
Él acaricia mi mejilla mientras me observa con tristeza y observo cómo sus ojos se inyectan en sangre y se empiezan a cristalizar.
-Solo serán tres meses, Noelia.
-Tres meses durante cinco años, Rafa.
Él me mira con pena y me aleja.
-Sabes que si pudiese iría contigo, pero no puedo por el trabajo.
-No quiero que lo dejes todo por mí – le recuerdo.- Te voy a echar de menos.
Mi padre aparca en el parking del aeropuerto, bajamos y nada más pisar el suelo voy corriendo hacia Rafa para abrazarle y seguir sollozando. Sus brazos me rodean con fuerza y escucho como él reprime un sollozo, lo que me provoca más tristeza.
-No llores, ¿vale? – me dice cuando nos separamos, observándome con sus ojos cristalizados.
Sonrío y limpio mis mejillas.
-Tú tampoco.
Nos volvemos a abrazar frente a mis padres, los cuales están presenciando esta escena donde Rafa y yo lloramos.
-Te amo mucho, Noelia – me susurra al oído.
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Mi primer amor.
RomanceEl amor es aquel sentimiento tan odiado como amado. Yo, por mi parte, me encuentro en el punto medio sobre el cual no sé hacia donde ir; si odiarlo o amarlo. Cuando acabé con Yago, mi ex pareja, disfruté de mi soltería y aproveché al máximo mis estu...