Capítulo 32.

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-¿Qué te parece?

Mis ojos buscan los azules de Carmen mientras le enseño el conjunto de ropa interior que me quiero comprar. Ella se voltea para observarlo, alzar las cejas y asentir.

-Es muy mono.

Asiento de acuerdo con ella y mi mirada se posa sobre él. Consta de un sujetador rosa y un culotte del mismo color. Tras probármelo y Carmen hacer lo mismo con ropa que ha escogido, nos dirigimos hacia la caja registradora para esperar a que nos atiendan.

-¿Qué tal con Mario?

Al pronunciar su nombre, mi amiga me observa con mosqueo y saca su teléfono para desbloquearlo y enseñarme una conversación con él. Tras hacerlo, un suspiro brota de mis labios y se lo devuelvo.

-¿Tú crees que será verdad?

-Y yo que sé... - murmura mientras le da su ropa a la cajera.- Las dudas abundan en mí.

Carmen paga la ropa y yo le doy la mía a la chica para después pagar y salir ambas de la tienda.

-Pero él te ha dicho que tenía miedo a comprometerse contigo, y aún así, quiere intentarlo contigo.

-Ahora - me recuerda.- Antes no quería.

Asiento y cruzamos un paso de cebra.

-Yo, siendo sincera, preferiría que me lo dijese a la cara todo lo que te envía.

-Tienes razón.

Hora y media después, Carmen y yo llegamos a su casa para después cambiarnos y bañarnos en la piscina que hay en la parte trasera. Cuando la hora de comer ha llegado, nos dirigimos a la cocina para prepararnos algo.

-¿Y tus padres? Han desaparecido de repente.

-Mi padre trabaja - comenta poniendo la sartén al fuego.- Y mi madre habrá salido por ahí.

-¿Sigues escuchando sus gemidos por las noches?- pregunto para después estallar en risas.

-Gilipollas...- murmura y me lanza un trapo.-Y sí, los oigo todavía.

Sonrío divertida.

-Seguro que te los imaginas- la pico.

-Noelia, por Dios.

Río.

-Cambiando de tema... ¿Te han avisado ya?

Saco un tomate de la nevera y se lo entrego mientras sus ojos azules, confundidos, me observan.

-Avisar, ¿de qué?

-Que te han aceptado en una universidad.

Asiente y sonríe.

-En la de Portugal -dice poniendo aceite.- Pero espero la de Salamanca. ¿Y a ti?

Resoplo y me recuesto de espaldas a la encimera.

-No, y me preocupa.

-¿Dónde enviaste solicitudes?

-Pues... - murmuro pensativa recordando.- A Madrid, Noruega, Austria y Italia.

-¿Y los idiomas?

-Los iré aprendiendo.

***

-¿Te imaginas a nosotras en unos años?

Mis ojos verdes se posan sobre el perfil de Carmen y niego con la cabeza para después cerrar los ojos y recostarme bien en la tumbona.

-Espero que sigamos juntas, a pesar de los años de universidad y el distanciamiento.

Mi primer amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora