Capítulo 57.

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Rafa.

Tras escuchar la confesión de Noelia y percatarme de que ella me acaba de confesar que está enamorada de mí desde el primer instante, sonrío con bastante evidencia de la felicidad que reina ahora mismo en mí a la vez que no dejo de observar su imagen en mi portátil. Noelia se seca las lágrimas y noto como mi pecho se oprime; quiero estar con ella en estos momentos, pero sé que es algo imposible tanto para los dos.

-¿No dices nada? – me pregunta con voz ronca a causa del llanto. Noelia sonríe achinando sus ojos rojos, peina su pelo húmedo de lado y yo suspiro; qué guapa es.- No me hagas arrepentirme, Rafa.

Estallo en carcajadas al escuchar la última oración que me dice, provocando que mi cabeza se vaya para atrás y se marquen mis patas de gallo.

-No sé qué decirte – confieso.- Es la primera vez que me pasa esto, Noelia.

Ella hace un mohín durante unos instantes pero, como siempre, acaba sonriendo.

-¿Y a ti cómo te pasó?

Sonrío ante su curiosidad y hago memoria, recordando aquel día en que la conocí a finales del mes de junio.

-Me sorprendiste bastante – empiezo tras un carraspeo.- No todos los días una chica me venía a proponer sexo así porque sí. Aquel día me dejaste confundido, pero no le di más importancia hasta que te vi y quería reírme un rato de ti porque sabía que no te acordarías. Te juro que entre el día que te volví a ver y hasta el día que te besé no recuerdo nada más, ni siquiera sé que pasó. Me pongo a hacer memoria y no recuerdo tu mirada, tu sonrisa o incluso lo bien que te quedaban aquellos tops y pantalones; siento que todo eso fue como un cortocircuito, el final de un orgasmo o un apagón. A pesar de eso, cuando te besé noté aquello que no sentía desde la primera vez que amé a alguien; noté cómo una serie de corrientes eléctricas se instalaban en mi abdomen y como mi corazón no dejaba de bombear de fuerza.

>> Yo también supongo que estoy enamorado de ti desde el momento en que te vi con aquel top blanco caminando junto Diana y Carmen. Y tampoco sé por qué te había llamado en la verbena siguiente, porque podría haberte ignorado o ni siquiera haberte visto; supongo que tenías y tienes un no sé qué que me hizo querer llamar tu atención diciendo: "¡Eh, estoy aquí, Noelia!" . Jamás había sentido lo que siento con ninguna, y me vale una mierda si me tachan de romántico o repipi; yo, te amo. Te amo por cómo eres y lo feliz que me haces, lo buena persona que eres y por tu mirada llena de bondad.

>> Porque cuando te veo siento que eres buena en tu plenitud, me haces sonreír como nunca lo había hecho y siento como el mundo es diferente a tu lado. Me la pela los años que nos llevemos y la distancia, te seguiré amando a ti a pesar de todo.

***

-Hola, Rafa – me saluda Adán dándome un apretón mano con mano.- ¿Vamos al coche?

Asiento y recojo todos los papeles que hay esparcidos en la mesa de la oficina. Él, bajo su mirada de ojos azules, observa la acción que hago y cuando acabo salimos del lugar.

-Rafa – me llama una voz femenina. Volteo parte de mi cuerpo y observo como viene Alba, la chica que ha empezado hace poco a trabajar.- No me he acordado de pedirte si vienes mañana a comer con nosotros.

Le doy una ojeada a Adán, el cual se cruza de brazos mientras intenta reprimir una risa ante la insistente mirada que me da Alba con sus ojos negros. Acabo asintiendo con la cabeza y ella sonríe, se acerca para darme un beso en la mejilla pero la acabo apartando.

-Estás cosas son indebidas, Alba – la riño.

-Yo...

-Déjalo, enserio. No lo vuelvas a hacer.

Hago un movimiento con mi mano y ambos nos marchamos para salir del lugar donde trabajo. Al llegar a la calle, desbloqueo mi teléfono y accedo a WhatsApp para responder a los mensajes de Noelia.

-¿Cómo le va por Noruega?

Doy un largo suspiro a modo de respuesta mientras guardo mi teléfono en el bolsillo de mi pantalón negro, observo los ojos de Adán y niego con la cabeza.

-Le gustaría estar aquí pero sabe que no puede – contesto mientras los dos caminamos en dirección al coche de mi mejor amigo.- ¿Y tú con las chicas?

Se encoge de hombros y yo me adentro en la parte de copiloto.

-Poca cosa – murmura tras poner el coche en marcha.- El otro día vi a Diana.

Alzo las cejas y poso mi mirada en el perfil de él.

-¿Por dónde?

-Eh... - tantea pensativo.- Por el centro, pero no me acuerdo exactamente.

-¿Y qué tal?

Se encoge de hombros, nos paramos frente un semáforo en rojo y él me mira.

-Iba con uno, que supongo que es el padre del bebé.

-¿Pero no me dijiste que iba a abortar? – pregunto confuso.

-Ni idea, Rafa, ya sabes que no me hablo con ella desde hace la leche.

Asiento y poso mi mirada en la carretera.

-¿Qué tal te va a ti tu relación con Noelia? – pregunta tras un tiempo en silencio los dos.- ¿Hay buen sexo?

Río y paso mi mano derecha por mi pelo negro ondulado recogido en un diminuto moño.

-Va bien – contesto con una sonrisa mientras respondo otro WhatsApp de ella.- Y en cuanto a lo del sexo...

-¿No la chupa bien?

Le doy una mala mirada para después negar con la cabeza al ver que se ríe como el completo idiota que es.

-Mejor no contesto.

Adán ríe.

-Venga, dale pistas a tu mejor amigo.

Ruedo los ojos y río.

-No.

[...]

-¿Cómo te ha ido en el trabajo? – escucho como pregunta con su voz mientras yo estoy haciendo mi cena.

Volteo mi cabeza, observo la pantalla del portátil y vuelvo a lo que estoy haciendo.

-Ha ido bien – contesto.- Después me he ido con Adán.

-Ya no sé nada de él – comenta, volteo mi cabeza de nuevo y la veo recoger su precioso pelo largo.- ¿Qué se cuenta?

-Poca cosa – respondo mientras vierto el contenido que estaba haciendo en la sartén.- Me ha dicho que vio a Diana.

-¿A Diana? – asiento.- Ah, bueno.

-¿Estás bien? – le pregunto dándome la vuelta por unos instantes y observando su imagen en la pantalla de mi portátil.

Asiente con una sonrisa.

-Me sorprende – responde con sinceridad.- El mundo es pequeño cuando quiere, eh.

Sonrío y asiento.

-Concuerdo contigo.

Tras haberme hecho la cena y comer mientras mantenía una conversación con Noelia vía Skype, me he ido a cambiar de ropa y ahora mismo me encuentro tumbado en la cama con el portátil sobre mi regazo. Observo la imagen que hay en mi portátil con una media sonrisa al ver cómo sus ojos verdes observan la webcam y tiene un leve rubor en sus mejillas.

-Buenas noches, amor – se despide agitando su mano izquierda para después lanzarme un beso.

-Buenas noches, cariño.

Mi primer amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora