Capítulo 54.

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   Cierro con lentitud mis ojos para presionar mis labios secos sobre los suyos, intentando conservar este momento para la posteridad; me separo de él a tan solo unos centímetros de su rostro para observarle otra vez intentando memorizarle.

-Es hora de irnos, Noelia – me anuncia mi padre.- Tu vuelo sale en dos horas.

Giro mi cabeza y observo a mis padres, asiento con mis ojos cristalizados y Rafa toma mis maletas para después dirigirnos los cuatro hacia el control del aeropuerto. Cuando llegamos, mi novio me tiende las maletas y yo le dedico una débil sonrisa mientras pienso que esto no quiero que acabe, que quiero volver a ayer y quedarme estancada ahí para no afrontar la realidad.

Sin preámbulo alguno, acaba su cuello rodeado por mis brazos y mi cabeza apoyada en su hombro causando que Rafa rodee mi cintura con fuerza y yo tenga que alzarme un poco. Sollozos empiezan de nuevo por parte de los dos y sé que lo pasaré muy mal las primeras semanas de universidad.

-No llores, ¿vale? – repite.- No puedes llorar; tú eres fuerte.

Río irónicamente y me separo de él para observarle, paso mis pulgares por ambas de sus mejillas y limpio la humedad de estas.

-Mira quién lo dijo.

Rafa ríe, entrelaza su mano con la mía y con la otra la posa sobre mi nuca para acercarme a él y besarme en un corto beso, el cual provoca que ansíe más. Tras eso, me despido con más lágrimas de mis padres y voy directa al control, entrego mi billete y empiezo a quitarme todo lo que sea de metal.

Dejo todo en una bandeja de plástico y la llevo a una cinta, mientras, observo a través del cristal a mis padres y Rafa observarme. Él, desde la lejanía, agita su mano a modo de saludo y me sonríe, pero yo no puedo. Cuando voy a pasar por el detector, un grito inesperado hace que toda la gente que se encuentra en el lugar se voltee:

-¡Noelia! – me grita Rafa desde el otro lado del cristal.- ¡Te amo!

Le observo y, nada más escuchar lo que me dice, sonrío sintiendo como mis mejillas se humedecen más.

***

-¿Noelia Gómez?

Cuando pronuncian mi nombre, me volteo y observo a una mujer de pelo negro recogido en un moño elegante que sostiene un cartel entre sus manos. Asiento extrañada y ella me dedica una sonrisa.

-Soy de la universidad, tus padres me dijeron si te podía pasar a buscar.

Me cuesta un tiempo comprender lo que me dice en inglés, pero acabo asintiendo con una sonrisa y nos encaminamos a el coche de la mujer cuyo nombre aún no sé.

-¿Eres de España? – me pregunta tras haberse sentado en el asiento del copiloto. La miro a través del espejo retrovisor y asiento con una débil sonrisa.- Debe ser duro dejar tu país para estudiar.

-Sí – afirmo mientras observo el aeropuerto de Noruega a través de la ventana.- Y más si tienes allí al amor de tu vida.

[...]

-Esta es tu habitación – me comunica tras abrir la puerta.- En principio no la compartirás con nadie hasta que venga la chica que toca.

Con el ceño fruncido observo los ojos miel de la mujer, asiento y ella me dedica una sonrisa.

-Si necesitas algo hay una recepción en esta residencia, a unos metros.

Asiento y dejo las maletas en el suelo.

-Muchas gracias.

-No hay de qué – dice y se acerca al marco de la puerta.- Ahora el recepcionista te traerá las maletas que faltan.

Mi primer amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora