Capítulo 39.

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-¿Y ahora, puedes?

Rafa me observa sin articular nada y sin mover parte alguna de su cuerpo. Yo, con lentitud, me acerco lentamente a él y busco su mano para unirla con la mía.

-Rafa... - le nombro.- Por favor, di algo.

Él baja la mirada para después posarla de nuevo en mí y, sin preámbulo alguno, me encuentro rodeada entre sus brazos mientras él cuela su cabeza entre el hueco de mi hombro y cuello.

-Lo siento, Noelia – me susurra al oído.- Lo siento muchísimo.

-Rafa – le menciono mientras nos separamos y poso mi mano sobre su mejilla.- Tranquilo, ¿vale?

-Te he echado de menos.

Cuando me confiesa eso, una sonrisa abarca en mis labios y siento mi corazón latir como cuando le veía. Sin rapidez, unimos nuestros labios en un beso ansiado, añorado y con ternura.

-Me tengo que ir – murmuro separándome de él.- Llámame, por favor.

Rafa toma mis manos, provocando que sienta mi cuerpo reclamar el suyo al igual que las ganas de abrazarle y decirle lo cuánto le he echado de menos.

-Te llamaré. Prometido.

Asiento con una media sonrisa y nos besamos para después cada uno dirigirse hacia su lado. Cuando salgo a la calle, Marcus me observa esperando que le cuente lo que ha pasado, provocando así que ría.

-¿Qué?

-¿Tu novio?

Le miro mientras le tiendo una bolsa y asiento con una sonrisa. Los ojos negros de Marcus me observan con un brillo y nos encaminamos hacia el apartamento de Gabriela. Al llegar, ella nos da la bienvenida para después adentrarnos a su piso y encontrarnos con los demás.

***

-¿Cómo estás?

Su voz al otro lado de la línea me hace sonreír y siento un gran confort en mí. Enredo un mechón de mi pelo en el dedo índice mientras respondo a la pregunta de Rafa cuando estoy tirada en la cama de uno de los hoteles de Ibiza.

-¿Y tú?

-Hoy tenía el día libre...

Hago una mueca.

-Si lo hubiese sabido antes... - comento con voz entristecida.- Tengo ganas de pasar tiempo a solas contigo, la verdad.

-¿Para qué será, señorita?

Río y tapo mis ojos con mi brazo.

-¡Tonto! – exclamo.- No iba en el sentido sexual.

-Excusas, excusas...

Sonrío y ruedo los ojos ante la mirada pícara de Carmen.

-Bueno, pues ahora mismo voy en un conjunto de ropa interior preciosa...

-¿Ah sí? – pregunta con una voz más diferente de la normal.- ¿Te atreverías a mandarme una foto?

Río.

-Era broma, cariño.

-Serás...

-Ya lo verás en privado – le anuncio.- Cuando nos veamos.

-¿Qué te parece en tres días? Tenía pensado estar unos días a solas los dos...

Ensancho los ojos ante su propuesta y siento mis mejillas enrojecerse.

-¿De verdad?

-Ajá...

-¡Parejita, dejar la llamada caliente que nos vamos pa' la fiesta! – exclama Carmen desde el baño.

Mi primer amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora