Sus labios, suaves y blandos, se mantienen parados y unidos todavía con los míos. El latido de mi corazón se ha disparado y siento mi mundo estar en una nube cuando su brazo cálido rodea mi espalda para atraerme más hacia él.
Ahora estamos uno frente al otro, sin mover nuestros labios y disfrutando de este beso que nos damos. Paso, tímidamente, mis brazos por su cuello atrayéndolo más hacia mí y alargando más el beso que provoca el revoloteo de las tan conocidas mariposas en mi estómago.
Pocos segundos después nos separamos y yo me sonrojo al percatarme de lo que acaba de suceder. Desvío mi mirada hacia otro lado y observo la gente caminar por el lugar para cuando Rafa me toma del brazo y me atrae de nuevo a él.
Vuelvo a sentir sus labios y sus brazos rodeándome sin dejarme escapatoria alguna. El rubor en mis mejillas incrementa y el latir de mi corazón aumenta más de lo que ya estaba a la vez que el hormiguero de mi estómago se hace más presente.
Poco a poco asimilo la situación y me separo de él con los ojos cerrados notando su cálido aliento recaer sobre mi nariz. Cuando los abro, veo una sonrisa en su cara y sus ojos verdes observarme con profundidad.
Sonrío.
-Al fin – dice para acercarse de nuevo a mis labios.
Sin movernos, volvemos a unirnos de nuevo; saboreando el beso. Puedo confirmar y asegurar que siento felicidad en estos instantes en los cuales me tiene atrapada entre sus brazos y estamos unidos en un beso.
-Rafa...– murmuro separándonos.
-Gracias – agradece él.
Frunzo el ceño.
-¿Por qué?
-Por besarme y confirmarme que empiezo a sentir algo por ti.
Estando todavía entre sus brazos, alzo las cejas ante sus palabras y sonrío felizmente. Él siente algo por mí.
-No hay de qué – le digo todavía con una sonrisa.- Ya sabía que caerías a mis brazos.
Reímos.
-Será mejor atender a la clientela, por tu culpa están empezando a mosquearse.
Me sonríe y empieza a atender a la gente, al igual que yo, mientras siento en mis labios el tacto de los suyos.
Cuando acabamos de atender a todos los clientes, me incomodo al no saber qué hacer, pero a Rafa parece ser que no le sucede lo mismo ya que vuelvo a estar entre sus brazos. Apoya su frente contra la mía mientras cierra los ojos y sonríe.
-Adán tenía razón – me dice.
Frunzo el ceño y separo nuestras frentes.
-¿Quién es Adán?
-Un amigo – responde.- Me dijo que acabaríamos liados.
Alzo las cejas.
-¿Le has hablado de mí?
-De nosotros – corrige.- Me dijo que, por lo que le he contado, acabaríamos juntos o algo por el estilo.
-Supongo que ha tenido razón.
Asiente.
-Tal vez.
Nos quedamos mirando los ojos del uno al otro para cuando Rafa sonríe y besa castamente mis labios.
-¿Quieres algo para beber?
Niego con la cabeza y nos separamos.
***
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Mi primer amor.
RomanceEl amor es aquel sentimiento tan odiado como amado. Yo, por mi parte, me encuentro en el punto medio sobre el cual no sé hacia donde ir; si odiarlo o amarlo. Cuando acabé con Yago, mi ex pareja, disfruté de mi soltería y aproveché al máximo mis estu...