Capítulo 61.

3.3K 256 24
                                    

El silencio inunda mi habitación en la que me encuentro tan solo yo y, por su parte Rafa, que no presta atención a la webcam ya que se encuentra mirando hacia otro punto. No sé qué pasa, pero no tengo ganas de llorar a pesar del nudo que se ha formado en mi garganta y el pánico que hay instalado en mí.

-¿Vas a mandar todo a la mierda porque sí? - me cuestiona posando sus ojos verdes en la webcam.- Te creía más fuerte, Noelia.

No respondo, solo bajo la mirada a la vez que busco las palabras exactas con las que explicarle el por qué de mi decisión.

De nuevo mi mirada se encuentra observando su imagen y la añoranza de su tacto se hace presente. Dejo de sentir el nudo en la garganta pero el pánico sigue ahí, cada vez más; aún así, evito que Rafa vea lo mal que me encuentro ahora y opto por ponerme una coraza.

-Es lo mejor para los dos - digo con gran seguridad. Llamo su atención.- Y he llegado a esta conclusión porque a pesar de que te amo como a nadie y eres lo mejor que me ha pasado, tengo que dejarte ir, Rafa. No puedo dejar de centrarme en mis estudios por la distancia que nos separa.

>> Mi madre y tú me dijisteis que era mi futuro, y estoy de acuerdo. Así que como es mi futuro prefiero sufrir por la ruptura que no echándote de menos durante cinco años de universidad. También lo hago por ti, para que no estés gastando tu dinero en venir a verme un fin de semana o menos aquí; quiero que te centres en tu trabajo y hagas lo que quieras.

>> No me arrepiento de nada, Rafa. Todo esto lo he hecho queriendo, porque contigo me he sentido más segura que nunca y todas las sensaciones que he notado no las había sentido jamás. Por eso te dejo ir, para que cada uno se construya su futuro sin distracciones.

Rafa suspira abatido, pasa la palma de su mano por la barbilla y se queda pensativo unos instantes donde yo me dedico a observarle por última vez. Escaneo su rostro y recuerdo la primera vez que nos besamos en la churrería, mi primera vez con él y todo lo que hemos vivido juntos.

-No sé qué decirte, la verdad.

-Lo que tú quieras, Rafa, estás en tu derecho.

Él por fin posa su mirada, de nuevo, en la webcam tras haberla quitado y creo ver como sus ojos están cristalizados. A causa de la coraza que me he puesto para intentar no darle a ver mi vulnerabilidad, me intento hacer consciente de que él tampoco lo pasará mal después de esto.

-Es tu decisión y la respeto - me dice con sinceridad.- Pero... ¿no podríamos cuando vinieses hablar sobre el tema?Noelia, yo no quiero que todo esto acabe.

Niego con la cabeza. Esto se está haciendo más complicado de lo que creía.

-Yo tampoco, Rafa - le aseguro sin dejar de observar su imagen.- Pero es lo mejor, tanto para ti como para mí.

-¿Estaría mal si ahora mismo soy egoísta pensando que solo estoy sufriendo yo?

Niego con la cabeza.

-No - respondo cabizbaja.- Es más, lo entendería, pero aquí estamos sufriendo los dos.

Él asiente y creo ver como sorbe su nariz.

-Has sido mi primer amor, Rafa - hablo, intentando captar su atención y que no esté mal.- Y porque te amo y es lo mejor, te dejo ir.

-Yo no quiero dejarte ir, Noelia.

-Lo sé - asiento entendiéndole. Una lágrima se desliza sin querer por mi mejilla y la limpio rápidamente con el dorso de mi mano.- Tampoco quiero dejarte ir, Rafa.

-¿Estás segura que en navidades no podremos hablar?

Asiento aunque ansíe verle.

-Solo lo haremos más difícil - le digo.- Si ahora estoy así, imagínate el año que viene y el siguiente.

No dice nada, más bien se levanta de la silla en la que estaba sentado y desaparece, lo que me da a mi tiempo para dejar que mis penas fluyan y sienta como mi pecho se oprime más que antes. Veo como vuelve, así que bajo un poco la pantalla del portátil de modo que no vea mi rostro.

-Lo siento, tengo algo al fuego -se disculpa por haberse marchado.- ¿Noelia?

Muevo la pantalla y sonrío forzada.

-Lo siento, estaba ayudando a mi compañera de habitación.

Rafa asiente y los dos nos quedamos en silencio. Mi mirada no se vuelve a desviar a la pantalla porque se que él está observándome y no quiero romperme ante él. Suelta un sonoro suspiro y yo pestañeo con rapidez ahuyentando a las lágrimas.

-Te amo.

Poso mis ojos en la pantalla.

-Yo también.

-Bueno... - murmura.- Me tengo que ir.

Asiento.

-Te voy a echar de menos - espeto sintiendo como mis ojos se cristalizan al instante y las lágrimas, seguidamente, mojan mis mejillas.

Rafa cierra los ojos haciendo presión entre sus párpados y yo tapo mi boca procurando que los sollozos no se hagan sonoros.

-Yo también, Noelia.

Pocos minutos después la conversación se acaba, cada uno apaga su ordenador y yo me encuentro todavía sola en la habitación. Mi vista se posa en el suelo del lugar mientras hago memoria y recuerdo el viaje a Cuba.

Es cuestión de segundos que las lágrimas se deslicen por mis mejillas y sienta como la ansiedad me abunda. La puerta de mi habitación se abre y aparece Elena hablando con una amiga, pero cuando me ve, lo deja todo y viene hacia mí para ponerse de cuclillas.

-¿Qué pasa, Noelia?

No puedo mirarla a los ojos y responderle con aquella frase típica que se dice tras una ruptura. Cierro los ojos y escucho la puerta cerrarse.

-Hemos roto.

Mi compañera de habitación ensancha sus ojos marrones, hace una leve mueca y mira a la chica que ha entrado. Yo, por mi parte, ni me tomo la molestia de mirarla ya que me encuentro enfrascada en una espiral de miedo y dolor.

-¿Quieres que te dejemos a solas o algo?

-Necesito que llames a Adolf - murmuro.

Mi primer amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora