Capítulo 52.

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    Miro sus párpados cerrados para después fijar mi vista en sus labios secos expulsando el aire de sus pulmones. Sonrío sin dar a enseñar mis dientes y me muevo hasta sentarme en el borde la cama, miro a la pared de la habitación de Rafa y me incorporo con la intención de empezar a vestirme. Cuando cierro la bragueta de mi pantalón y estoy completamente vestida, me quedo observando a mi pareja dormir plácidamente sobre su cama, mientras, trago fuertemente y siento el miedo apoderarse de mí.

Joder, estoy cagada.

Me doy media vuelta, salgo de su apartamento y le escribo un simple mensaje de WhatsApp dándole como excusa que me he ido a trabajar. Cuando llego a la calle, voy hacia la principal y llamo a un taxi en el cual me subo para ir directa hacia la casa de Carlota.

[...]

La chica pelinegra abre la puerta de su apartamento con una sonrisa achinando sus ojos, se hace a un lado y yo me adentro tras haber mesado ambas de sus mejillas.

-¿Qué tal? – me pregunta mientras nos adentramos a su sala de estar.

Resoplo, paso mis manos por mi rostro y me despeino.

-¿Qué pasa, Noelia? – me pregunta tras habernos sentado las dos en su sofá negro con forma de L.

-Me voy a Noruega para estudiar – anuncio en voz baja observando sus ojos marrones pequeños.- Y sé que es bueno y tal, pero... es por Rafa.

Carlota me mira procesando lo que le digo, lleva su mano a la mía y las entrelaza.

-Pero, Noelia, es tu futuro.

-Lo sé – afirmo con un asentimiento de cabeza.- Y sé que es lo mejor para mí, pero imaginarme lejos de él...

Carlota se acomoda en el sofá, posicionándose en forma de indio con su cuerpo de cara a mí.

-Es normal que pienses eso, Noelia, pero piensa que es más importante tus estudios que tu trabajo.

Asiento cabizbaja.

-No sé si hago la tonta sintiéndome así, pero es que...

-¿Qué dices? No lo haces – niega haciéndome consciente de ello.- Es normal, Noelia; tú quieres a Rafa.

***

-¿Y eso que te has ido sin despedirte de mí? – me pregunta desde la otra línea de teléfono, erizándome la piel cuando escucho su tono de voz.- Pensaba en despertar contigo.

-Resulta que he tenido que sustituir a Marcus.

-¿El chico ese que fumaba cuando nos vimos?

Asiento y empiezo a desmaquillarme con una toallita.

-Sí – afirmo observándome.- Oye, Rafa.

Hay un breve silencio.

-Dime.

-Tengo miedo – susurro.- Siento ser pesada, pero...

-Noelia – me corta.- Tú no eres pesada, cariño. Es normal que tengas miedo, pero hay que ser fuertes.

-Te quiero mucho, Rafa.

-¿Más que la trucha al trucho?

Río, tiro la toallita y voy directa a mi habitación para deshacer la cama y adentrarme en ella.

-Qué idiota.

Reímos.

-¿Quieres que nos veamos mañana? Podemos ir a la playa juntos – propone.- O a dar una vuelta.

Mi primer amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora