Rafa.
Entreabro los ojos un poco y rápidamente los cierro a causa del contacto con la luz de la mañana. Recuesto mi cabeza sobre la almohada que está cubierta de una funda azul turquesa y resoplo para después rodear los hombros de Noelia y atraerla hacia mí para observarla; me posiciono de lado de modo que la observo en toda su totalidad y una media sonrisa abarca en mi rostro mientras empiezo a trazar círculos imaginarios por la piel de su rostro.
Sus ojos se encuentran cerrados y con el maquillaje algo borrado a causa de la noche que pasamos, su pelo está algo enredado y esparcido por su espalda y la almohada, dándole aquel toque de sensualidad que a mí me gusta tanto de ella. Doy un último suspiro y me incorporo de la cama para ponerme los bóxers de ayer e ir a la cocina para preparar el desayuno.
Love me harder – Ariana Grande ft. The Weekend suena desde el mp3 que nos hemos llevado mientras me dedico a tostar cuatro rebanadas de pan. La canción empieza a hacerse pegadiza mientras el tiempo transcurre y sigue sonando, por lo que acabo tarareándola.
-Podría grabarte y luego chantajearte, pero no soy tan mala persona – escucho una voz femenina que hace acto de presencia en la cocina.
Me volteo y observo a mi tía cruzada de brazos mientras está recostada en el marco de la puerta. Su pelo castaño claro se encuentra recogido en un moño y sus ojos marrones grandes me observan para luego posar su mirada en lo que estoy haciendo.
-Hola, tía – la saludo acercándome para besar su mejilla.- ¿Qué tal estás?
-Muy bien – responde con una sonrisa en su rostro somnoliento mientras se acerca a la comida.- ¿Es para Noelia?
Mis ojos verdes la observan por unos instantes y después acabo asintiendo mientras empiezo a cortar rodajas de tomate para ponerlas sobre el pan.
-¿Quieres que luego te haga el tuyo?
-No hace falta – se niega posando su mano en mi omóplato.- Estate tiempo con ella.
Le doy una ojeada a mi tía, la cual observa como lo preparo.
Sonrío.
-¿Te cae bien?
-Es muy buena niña – me dice con una sonrisa.- Además, tú la miras con una mirada que deja sin aliento a cualquiera.
-Exagerada – digo con una sonrisa.- La verdad es que le he cogido mucho cariño rápidamente.
-Más que cariño, Rafa – me dice mientras se recuesta de espaldas a la encimera.- Estás sintiendo el amor, sobrino.
Vuelvo a darle otra ojeada y pongo el desayuno en una bandeja.
-No, tía.
-Rafa, cariño – me menciona.- Hazme caso, que sé lo que digo.
Sonrío.
-Es demasiado pronto por el poco tiempo que llevamos – le recuerdo cruzándome de brazos y poniéndome en la misma posición que ella.
-El tiempo no importa, Rafa – me dice y posa una mano en mi pecho.- Lo que importa es lo de aquí. Si tú ya la amas con el poco tiempo que lleváis, no tienes por qué preocuparte. Cada amor es diferente.
***
-¿A dónde me llevas? – pregunta observándome a través de sus gafas polarizadas.
Río ante su insistencia y la miro por unos segundos para seguir tirando de su mano mientras caminamos a paso apresurado por las calles de Cuba intentando llegar lo más pronto posible a Cayo Largo. Cuando llegamos y veo que no hay mucha gente, sonrío.
-Bienvenida a Cayo Largo, mi amor – le anuncio volteando para observa su rostro de sorpresa.
Noelia abre la boca, quita sus gafas del rostro y me mira para después lanzarse a mis brazos con una gran sonrisa en su rostro. Río mientras ella me besa reiteradas veces el mentón y le pega algún que otro mordisco.
-Gracias, gracias y gracias. ¡Eres el mejor!
Río y entrelazo nuestras manos.
-¿Vamos a tomar el sol?
Noelia me observa a través de sus ojos verdes y asiente para después los dos caminar y tumbarnos en nuestras toallas por encima de la blanca arena del lugar. Puedo ver, a través de mis gafas, como mi novia se quita su camiseta y deja a la vista su vientre y la parte de arriba de su bikini, que le queda perfectamente con sus pechos.
-¿Te gusta? – pregunta dando una vuelta sobre sí misma.
Al yo estar apoyado sobre mis hombros, sonrío y no me pierdo lugar alguno de su cuerpo cuando ella da la vuelta, embobándome por completo. Me incorporo y camino decido hacia ella, rodeo su cintura con mis brazos y la beso con seguridad.
-¿Y esto? – pregunta ella extrañada cuando nos separamos.
-Me apetecía – confieso con una sonrisa, quito mis gafas y le guiño un ojo.- Anda, vete a bañar y luego voy yo.
Noelia asiente, se deshace de su pantalón y me guiña el ojo pícaramente.
-¿No vienes?
-No, prefiero quedar para guardar la ropa.
[...]
Acabamos de comer y observo como Noelia recoge su pelo en una coleta improvisada, dejándose así algún que otro mechón de pelo suelto y causa que ría.
-¿Qué? – pregunta extrañada.- Ya sé que soy guapa, pero no me mires así.
Río y la rodeo entre mis brazos para sentarla encima de mi regazo.
-Deja de ser tan engreída y péinate sin dejarte mechones sueltos.
Noelia ríe, cosa que provoca la aceleración de mi pulso y que una serie de nervios se instalen en mi estómago. Me reprocho el haber sentido aquellas cosas como un adolescente, pero dejo de hacerlo cuando la chica se gira y, a contraluz del sol, sus ojos me miran fijamente incitándome a que sonría enseñándole mis dientes imperfectos.
Mis ojos verdes la observan, escaneando su rostro y quedándome con cada rasgo suyo para que, si en un futuro no estamos juntos, recordarla a la perfección. Noelia se gira de manera que estamos cara a cara y sus brazos me rodean el cuello, pero no nos acercamos para besarnos, sino para seguir mirándonos mejor y sin la incomodidad que supone que ella gire su cuello.
-Te amo – confieso sin haberme planteado decírselo.- Te estoy amando, Noelia, y me da igual si es demasiado pronto para decírtelo.
ESTÁS LEYENDO
Mi primer amor.
RomanceEl amor es aquel sentimiento tan odiado como amado. Yo, por mi parte, me encuentro en el punto medio sobre el cual no sé hacia donde ir; si odiarlo o amarlo. Cuando acabé con Yago, mi ex pareja, disfruté de mi soltería y aproveché al máximo mis estu...