Tras saludarme, sonrío ante la pronunciación de mi nombre y me inclino para besar su mejilla sin apenas ser consciente del acto que hago.
-Hola, Rafa.
Observo como sus ojos verdes me escanean el rostro hasta quedarse fijo en mis ojos; mirándome.
-¿Paseamos?
Asiento y emprendemos camino por la plaza de Cañadio sin pronunciar palabra alguna. La incomodidad se hace presente, al menos para mí, y frunzo mis labios, buscando algo que decir.
-Y... ¿Cómo te encuentras? -rompo el silencio, intentando entablar una conversación
Me mira y sonríe.
-Muy bien - responde. - Gracias por venir.
Lo miro desconcertada.
-Tampoco ha sido molestia.
-Bueno, pero igualmente.
Seguimos caminando y yo doy por finalizada la conversación, pero él habla.
-¿Te gustaría trabajar conmigo? Es decir, se te da bien eso de vender y...
Niego con la cabeza.
-No me apetece trabajar de churrera por el momento, pero gracias -sonrío. - Rafa, quiero que conste que solo lo he hecho para ayudarte.
Me devuelve la sonrisa.
-Eres muy buena niña.
Vuelvo a sonreír, pero algo en mi mente se alerta.
Me ha dicho niña.
Me ha dicho niña.
Yo no soy una niña.
-Gracias -musito.
Impulsos inconscientes de mi cuerpo quieren que me abalance ahora sobre él y besar sus labios sin fin, pero no lo hago. Él me ve como una niña, y es comprensible.
-¿Qué carrera has estudiado?
Nos paramos y él se posiciona enfrente de mí.
-Publicidad y marketing.
Alzo las cejas sorprendida.
-Vaya.
-¿No te gusta?
-Sí, pero pensaba que te habrías decantado por la medicina o ingeniería.
Sonríe.
-Me alegra que pienses que podría llegar a eso, pero no. Esas carreras no me atraen realmente.
Nos quedamos mirando por un momento mientras ambos sonreímos y el vivo sol de verano hace sombra a su rostro, provocando que a penas pueda ver su expresión. Igualmente puedo ver cómo nuestros ojos verdes están conectados y siento desplazarme hacia otro lugar, pero entonces bajo la mirada rompiendo la conexión y borrando mi sonrisa.
No puedo comprometerme tan rápido.
Y también cabe incluir que me lleva ocho años.
“Noelia, cariño mío, el karma te devuelve haber hecho chuletas a los trece años.” Pienso.
-Y tú, ¿qué quieres estudiar? -se interesa, preguntándome tras un silencio incómodo.
Mis ojos se posan sobre él y medito unos segundos a la vez que seguimos sin movernos, estáticos uno frente al otro.
- Administración y gestión de empresas, en principio.
-Es interesante. ¿Crees haber sacado la nota para la universidad?
ESTÁS LEYENDO
Mi primer amor.
RomanceEl amor es aquel sentimiento tan odiado como amado. Yo, por mi parte, me encuentro en el punto medio sobre el cual no sé hacia donde ir; si odiarlo o amarlo. Cuando acabé con Yago, mi ex pareja, disfruté de mi soltería y aproveché al máximo mis estu...