Capítulo 46.

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Me quedo en shock cuando escucho lo que Rafa me confiesa mirándome con fijeza a mis ojos. Con la boca entreabierta y sin saber qué decir, estampo mis labios con los suyos buscando la respuesta a lo que me ha dicho, la cual llega cuando me encuentro besándolo y sintiendo el mar de sensaciones que se crean en la parte baja de mi abdomen.

-Rafa... - lo nombro en voz baja mientras le miro a sus ojos verdes, que están atentos.- ¿Por qué has tardado tanto?

Él, confundido, frunce el ceño y va a hablar, pero continúo.

-He esperado mucho tiempo para encontrar a alguien como tú – le aclaro.- Ya era hora, eh.

Mi novio cuando comprende lo que quiero decirle, sonríe y rueda los ojos a su vez para después acercarse a mi cuello y dejar un simple beso allí, que provoca que mi piel se erice y por un momento me quede sin respirar.

-O sea, me tomo eso como un "yo también", ¿no?

Río y acaricio su nuca con mis manos.

-Tómatelo como un "yo más".

Rafa ríe y me atrae hacia él para abrazarme, posiciono mi cabeza en el hueco de su hombro y cuello mientras cierro los ojos y aspiro su ahora; embriagándome de él. En cosa de unos segundos, me separo del lugar donde estoy y observo a través de mis ojos su rostro; al hacerlo, memorizo cada rasgo suyo y más aún cuando me sonríe.

-Quién diría que llevamos mes y pico – le digo rompiendo el silencio para después sonreír.- Se me hace todo muy intenso contigo.

Rafa asiente, dándome a entender que él concuerda conmigo.

-Entonces debe ser bueno, ¿no crees?

***

-¡No, Rafa! – grito para después reír mientras corro en el patio de la casa de la tía de mi novio.

-¡Rafa, déjala! – grita su tía, que está riendo junto al resto de la familia.

Mi novio me atrapa entre sus brazos, provocando que mi espalda choque con su pecho y lleve sus manos por mi abdomen y rostro, esparciéndome salsa de tomate por cada lugar de mi cuerpo. Cuando me suelta, entre risas y malas miradas, consigo subirme a caballito de él y propinarle un azote fuerte en su culo.

-¡Noelia! – chilla él al recibirlo.

Sus primas y yo reímos.

-Anda, Rafa, no te quejes que te lo mereces – le dice Idania.

Me bajo de encima suya y río cuando veo que me observa con sus ojos entrecerrados, donde se encuentran un gran rencor hacia mí. Sin preámbulo alguno, rodea con su brazo derecho mi cintura y lleva, automáticamente, su boca a mi oído.

-Esta noche te enteras.

Río y me separo de él.

-¿Tengo que temblar? – le vacilo.- ¡Uh, que miedo!

Todos reímos ante el rostro de Rafa, que se encuentra frunciendo sus anchas cejas y tiene su pelo negro recogido en un pequeño moño.

-Te amo – le digo nada más haberme acercado a su rostro.- No te enfades, cariño.

[...]

-¿Dónde estamos? – pregunto.

Con nuestras manos entrelazadas, nos paramos en medio de un lugar que desconozco; Rafa se gira, me observa con una gran sonrisa y rodea mi cintura con sus brazos mientras no deja de hacer conexión con mis ojos.

Mi primer amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora