Me duele la cabeza horriblemente y tengo frío, mucho frío. El sonido vibrante de un motor me despierta. Abro los ojos delicadamente y me llevo dos dedos a la frente, masajeándome las sienes en un intento fallido de que calmar el dolor de cabeza. ¿Dónde se supone que estoy? ¿Me he vuelto a desmayar? Recorro el oscuro y sombrío lugar con la mirada pero estoy totalmente descolocada. El sonido del motor enmudece. No sé qué estoy haciendo aquí, vamos Gi, haz un esfuerzo y recuerda cómo has llegado a parar hasta este lugar, piensa. La fiesta, eso es, aquellos malditos pervertidos, el alcohol... Parece que empiezo a encajar las piezas del puzle hasta que reparo en una oscura y alta figura que aparece por uno de los lados del sitio dónde me encuentro. Se acerca a mí con pasos decididos hasta que mis ojos consiguen distinguir a quién tengo delante.
-¿Gi? - escucho la ronca voz de Adam. ¿Qué está haciendo aquí? ¿Pero dónde estoy?
-¿Adam? - Sigo recorriendo el lugar con mis azules ojos y creo que ya sé dónde me encuentro. Es la estatua cercana al instituto. - ¿Qué estás haciendo tú aquí? ¿Qué estoy haciendo yo aquí?
- Todo el mundo ahí fuera te está buscando, ¿sabes? ¡No puedes desaparecer de esta manera! - me chilla.
- Ah ¡Ahora resulta que te importo! - las palabras abandonan mi boca sin control. Todo esto es por su culpa.
- ¿Qué? ¿¡Y por qué no deberías importarme?! - Ahora soy yo la que piensa '¿qué?'. Me rindo. Después de todos estos gritos se hacen unos segundos de silencio, me muerdo la mejilla y Adam se sienta a mi lado.
-¿Por qué has venido a buscarme? - pregunto. Aunque millones de preguntas revolotean ahora mismo por mi cabeza esa es la primera que me sale.
- Tu hermano Nathan, creo, me ha llamado. Estaba asustado, no te encontraban y ha visto montones de llamadas perdidas mías en tu móvil y ha decidido llamarme para ver si estabas conmigo. - me explica Adam un poco más calmado. Todo parece cobrar sentido. Había dejado mi móvil entre las chaquetas de los chicos y habrá visto las llamadas perdidas de Adam que había ignorado. Parece que todo eso haya pasado hace siglos.
- Podrías haber olvidado la conversación con mi hermano. ¿Por qué has decidido buscarme? ¿Cómo sabías que estaba aquí? ¿Qué hora es? ¿Dónde están los demás? - las preguntas que antes he decidido callar salen de golpe, dejando a Adam sin saber por dónde empezar.
-Hablando de los demás, tengo que avisarles de que te he encontrado, estarán preocupados. - dice mientras saca el móvil de su bolsillo derecho y teclea algo que supongo que enviará a mi móvil y que verá mi hermano. - Son las seis de la mañana Gi. Las preguntas debería hacértelas yo. ¿Qué haces aquí con todo el maquillaje destrozado a estas horas del día? O noche, no sé cómo llamarlo.
- Yo he preguntado primero. - Le digo. ¿Tan mal llevo el maquillaje?
-Llevamos buscando desde las tres de la mañana, ya no sabía por dónde más buscar hasta que por alguna razón he decidido venir a este sitio. ¿Por qué has venido hasta aquí?
- N-no lo sé, solo me acuerdo de... lo que pasó antes de irme de la fiesta. - digo.
-¿Qué pasó Georgia? - me pregunta Adam mirándome con sus ojos verdes. Voy a ser sincera conmigo misma por una vez: Me gustaría explicárselo todo. Como me sentí cuando aquellos dos intentaban aprovecharse de mí, lo asustada que estaba. Me gustaría que me diera un abrazo y que me dijera que todo va a estar bien. Pero no va a ser así, no me olvido de lo que ha pasado esta mañana. No puedo confiar en él, en nadie.
-¿Por qué quieres saberlo? Ni siquiera sé por qué estás aquí cuando podrías estar durmiendo en tu casa, o quién sabe, quizá estarías durmiendo con Loreth. - Digo cortante. Adam me mira con una expresión que interpreto como frustración.
- Gi, lo que has visto hoy... yo, yo no quería. Tienes que creerme, Loreth es una amiga para mí, ha confundido la situación. - me dice.
- No hace falta que me des ningún tipo de explicación Adam, puedes hacer lo que quieras con tu vida, tú y yo no somos nada. - sentencio.
- No somos nada... ¿Lo del otro día, bajo la lluvia, para ti es nada?- dice desviando sus ojos de los míos para clavarlos en el suelo. Esta situación me duele, para qué negarlo, pero las cosas son así.
- No podemos ser amigos Adam, no podemos seguir hablando. No deberías haber aparecido en mi vida. - le digo con un hilo de voz intentando que no se me quiebre.
- ¿Cómo? Tenemos un trabajo que hacer... juntos.
-Seremos compañeros, nada más. Por favor Adam, no puedo. Por favor. - digo con un tono suplicante.
- No... no entiendo nada Gi. - me dice y se queda pensativo. - Está bien, si es lo que deseas déjame llevarte a casa y tú y yo jamás habremos... hablado.
Cierro los ojos y asiento levemente con la cabeza. Salimos de la estatua, me subo a su moto y rodeo su cintura con mis brazos para que me lleve de vuelta a casa. Por última vez.
El camino se me hace corto, más de lo que me hubiera gustado. Al bajar de la moto de Adam no miro hacia atrás, tengo que hacer esto por mi bien, me pasó una vez y estoy escarmentada. Demasiado escarmentada.
-Adiós, Gi. - siento que dice Adam tras de mí con su voz ronca a la vez que pone en marcha el motor y se va.
Cuando llamo a la puerta ésta se abre y me encuentro con los ojos de Nathan. Louis, Zack y Lucas en el sofá con toda la habitación a oscuras. Esta situación me avergüenza. Me arrepiento de haber actuado así, sin pensar en los demás, solo preocupada por huir. Todos se levantan para venir hasta mí, al ver a mi hermano no lo puedo evitar y me lanzo para darle un abrazo. Noto que Nathan se queda rígido pero al final acaba devolviéndomelo.
-Ya está. - me dice frotando mi espalda delicadamente. - ¿Qué ha pasado? - me pregunta separándose de mí. No sé si explicárselo hoy o mañana, pienso mientras muerdo mi mejilla. - Da igual, ves a descansar, mañana me lo explicas. - responde por mí y se lo agradezco.
- Vaya noche. - dice Louis rascándose la nuca. Intercambia miradas con Zack. - Creo que nosotros nos vamos ya. - dice finalmente.
Louis y Zack se despiden de mí con un "adiós pequeña" a la vez que uno alborota mi pelo, como de costumbre, y el otro me lo arregla. Cuando la puerta se cierra decido irme a mi habitación a dormir.
-¿Te ha traído ese Adam? - me pregunta Nathan antes de que abandone la habitación. Lucas no ha dicho nada durante toda la escena. Asiento. - No sé cómo te habrá encontrado, pero dale las gracias de mi parte.
- Creo que eso no va a ser posible. - digo mientras formo una sonrisa amarga en mi rostro y me retiro a mi habitación, dejando a Nathan desconcertado.

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Thin skin
Подростковая литератураCuando tienes la piel más fina que los demás todo te afecta de manera diferente, todo es mucho más duro y doloroso. Georgia es esa clase de persona de piel fina y ya no confía en nadie. Quiere ser una chica solitaria, convencerse de que es fuerte, d...