Capítulo 44.

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Cierro los ojos sin darme cuenta mientras la cabeza me cae a un lado. De pronto siento un golpe en las costillas de mi lado izquierdo. Abro los ojos inmediatamente sobresaltada, Adam me ha pegado un codazo para despertarme. Estamos en el tren de camino a Londres y la verdad es que estoy cansada. Esta noche no he dormido mucho por culpa de las pesadillas. Adam está sentado a mi lado y el profesor Tipett, con su gabardina y sus redondas gafas casi en la punta de la nariz, está frente a nosotros concentrado leyendo el diario del día. Apuesto lo que sea a que será una noticia de política o economía, vamos, lo único que se puede leer últimamente en la prensa. Las ventanas están totalmente oscuras a causa de que estamos pasando por un tramo donde viajamos bajo tierra.

-Te duermes. - me dice Adam riendo.

- Lo sé. - digo frotándome los ojos.

-Apóyate en mí, aún queda un buen rato. - dice ahuecando la mano en su hombro. Sin objeciones obedezco, dejo caer mi cabeza en él para dejarme llevar por el sueño y noto como me rodea con su brazo. Es curioso pero no me importa que el profesor nos vea tan juntos, en otra ocasión quizá no hubiera actuado así. ¿Será Adam el que me transmite esa confianza? No lo sé, pero la verdad es que ahora mismo me importa poco, solo quiero dormir.

Cuando despierto, o mejor dicho, cuando Adam me despierta ya solo falta una parada para llegar a Londres. Por las ventanas puedo comprobar que ya no estamos bajo tierra y veo la ciudad pasar veloz ante mis ojos. Varias personas se han levantado de sus asientos y empiezan a prepararse para bajar en breves, creo que nosotros deberíamos hacer lo mismo. Despego mi mejilla del hombro de Adam y rescato mi posición normal. Un dolor agudo recorre todo mi cuello y me lo froto frunciendo el ceño.

-Lo siento pero creo que no volveré a usar tu hombro como almohada jamás. - le digo a Adam mientras intento mantener los ojos abiertos para no volver a dormirme.

-Tened, son las vuestras. - interrumpe el profesor que ya está de pie sosteniendo un par de maletas. No me acordaba que viajábamos en compañía. Reconozco mi maleta verde a su lado derecho, la verdad es que es una maleta horrible pero ayer Nathan no se dignó a bajar la mía de lo alto del armario.

Una multitud mareante de personas baja del tren al mismo tiempo que lo hacemos Adam, Tipett y yo, por suerte mi querido chico de rizos entrelaza sus dedos con los míos antes de que me pierda entre la gente. Habrá pensado en la facilidad que tengo de perderme por lo despistada que llego a ser a veces, río pero mi risa queda ahogada por el ruido que reina en la estación. Caminamos rápidamente por detrás del profesor, que lleva su gabardina ondeando al viento, la pequeña maleta colgada al hombro y el diario bajo el brazo. No conozco de nada a este profesor y en lo que llevamos de camino tampoco he podido conocerle demasiado así que no sé qué pensar de él. Justo cuando ese pensamiento cruza mi mente él empieza a hablar.

-Entonces chicos, vamos a una convención llena de gente importante para conseguir alguna ayuda para vuestro trabajo de investigación. - dice recalcando lo obvio.

-Aha. - dice Adam.

-¿Sabéis algo? A todos los profesores del departamento les sorprendió vuestra iniciativa. Nadie se había aventurado nunca a hacer una parte práctica tan seria. Recaudar dinero es... difícil. Sin embargo todos tenemos curiosidad por cómo concluirá este asunto. - nos explica mientras dejamos atrás la estación y nos dirigimos a la salida.

-¿Curiosidad? - digo algo indignada. Adam me echa una mirada fugaz de advertencia. Es cierto que quizá sea algo precipitado y que posiblemente no consigamos dinero, pero hay que intentarlo por Lucy y además, la parte práctica fue idea mía y no me hace gracia que tengan "curiosidad", como si fuéramos ratas de laboratorio a las que poner a prueba.

Thin skinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora