Capítulo 19.

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Suena el despertador y lo apago por quinta vez. Llevo posponiendo la alarma cada dos por tres, no quiero ir al instituto, mi vida es un sinsentido continuo. De pronto, aparece en mi cabeza la imagen de ese chico risueño de pelo rizado y pienso en Lucy y en sus ganas de vivir. Le daría mi vida para yo quedarme con la suya y poderme rendir, pero eso no se puede hacer así que decido levantarme de la cama por ella. Eso es, lo haré por ella.

Tacho la fecha de hoy en el calendario y miro por la ventana, está lloviendo. Medio dormida escojo una camiseta y un pantalón cualquiera para encima ponerme una sudadera. Me trenzo el pelo, hago la cama, la mochila y me pongo mis pulseras en la muñeca izquierda, torciendo la boca en una mueca de dolor al notar las delgadas cuerdas rozar mis cortes. Me dirijo a la sala de estar para irme y me encuentro con Lucas en un pijama de rallas azules con una tostada en la mano.

-Buenos días. - me dice. Se me había olvidado que ahora compartía piso. Nathan aún debe estar en la cama porque, como siempre, entra más tarde. - No desayunas, ¿verdad? - Me pregunta Lucas. Eso me ha pillado totalmente desprevenida y ahora recuerdo todo lo que pasó anoche ¿cómo debería dirigirme a Lucas después de lo de ayer? Cierro los ojos y trago saliva para negar con la cabeza. Cojo la mochila, me pongo el gorro de lana, la bufanda y rápidamente me voy. Espero que Lucas no me cause problemas.

Las clases se me hacen realmente pesadas hoy y para colmo hoy el día será largo. Camino por el abarrotado pasillo del instituto, solo me queda una hora de clase y seré libre. Subo las escaleras hasta el primer piso ya que necesito coger el libro de historia de la taquilla. Desbloqueo el candado, abro la pequeña puerta y para mi sorpresa me encuentro una nota enganchada en ella. Con curiosidad la cojo y leo. De inmediato reconozco la desastrosa caligrafía de Adam « ¿A las 17:00 en la puerta de la biblioteca? » No puedo evitar sonreír y una absurda idea pasa por mi cabeza, ¿olerá la nota a ese suave aroma a canela igual que Adam? Decido comprobarlo, cierro los ojos y huelo el papel.

-¿Qué haces Gi? - dice Andy detrás de mí. Esta chica sale de debajo de las piedras. Noto mis mejillas ponerse rojas y me guardo la nota, que definitivamente huele a papel, nada de canela.

-Eh... nada. - Andy ríe y acabo uniéndome a ella.

-Vamos a clase, anda. - dice tirando de mi brazo.

- Ahora te alcanzo, ves tirando. - digo. Andy asiente y se encamina hacia la clase. Antes tengo que responder a una pregunta. Saco una libreta cualquiera y le arranco un pequeño trozo de papel, abro rápidamente mi estuche y cojo un bolígrafo. No sé qué poner: ¿vale? ¿Un simple sí? Oh, vamos Gi, es una respuesta bien fácil. «Allí nos vemos. » me decido. Cojo adhesivo de mi caja de material y engancho el papel en la puerta.

Estoy en la puerta del apartamento, las clases ya han finalizado. Hace un frío terrible. Saco las llaves del pequeño bolsillo de la mochila y abro la puerta del apartamento. Lucas está en casa y huele a comida recién echa. La boca se me hace agua pero decido apartar ese pensamiento de mi cabeza.

-Hola, ¿Lucas? Ya he llegado. - digo extrañada de que nadie haya respondido al ruido de la puerta al entrar.

- Ah hola Gi, no te había oído entrar. Estoy en la cocina. - me dice con una sonrisa. Lleva puesto un delantal rosa y en la mano derecha sostiene unas pinzas de cocinar.

- ¿Qué haces con ese delantal? - empiezo a reír por las pintas de Lucas.

- Es lo primero que he encontrado. - dice a la vez que ríe conmigo. - ¿Comerás? - dice ahora algo más serio. No sé qué contestar, obviamente sabe la respuesta.

-Lucas yo... - sigo sin saber qué decir, no puedo articular palabra alguna.

-He hecho pescado, es sano. Puedes intentarlo y te ayudaré, recuerda... - dice.

Thin skinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora