Capítulo 14.

11.1K 374 9
                                        

Al cruzar la puerta de nuevo, el cambio de temperatura vuelve a golpearme, hace frío. Sigo a Adam sin saber a dónde nos dirigimos, caminamos en silencio alejándonos de la biblioteca y del instituto.

-Oye, ¿a dónde vamos? - pregunto.

- No lo sé pero quería salir de allí, al menos aquí podemos hablar en voz alta. - me responde volviéndose a alborotar el pelo con la mano. ¿Tiene un tic o qué? - ¿Qué te parece sin nos sentamos por allí? - Me señala una especie de escultura urbana negra y enorme, con una forma abstracta muy rara, parece un túnel. Está apartada de todo, cubierta y parece acogedora. La verdad es que no sé qué estoy haciendo con Adam aquí fuera, deberíamos habernos quedado en la biblioteca. Asiento con la cabeza.

- Sabes que tampoco vamos a hablar mucho, ¿no? - le digo rompiendo el silencio mientras tiro la mochila dentro de la enorme escultura y seguidamente entro. Adam hace lo mismo y en un abrir y cerrar de ojos ya estamos los dos allí, resguardados del frío y del mundo. Me gusta este sitio, nunca me había fijado que existía. Estamos uno en frente del otro, él apoyado en su lado y yo en el mío intercambiando miradas incómodas. Esta situación es de chiste. ¿Vamos a estar una hora entera así? Por mi perfecto pero...

- ¡Adam! - Chillo de golpe.- ¡Hoy teníamos la clase de iniciación al proyecto! - Noto como Adam se tensa y empieza a ser consciente de la situación. Se me había olvidado completamente con tanto movimiento.

- Oh no... me vas a matar. - dice Adam mirando sus pies totalmente concentrado.

- ¿Por qué? ¿Qué pasa? - pregunto extrañada, de momento no ha hecho nada durante la mañana para que quiera matarle, o eso creo.

- Este año los proyectos estaban estipulados por parejas y adivina quién ha faltado hoy. - levanta la mirada de sus pies y ahora la dirige a mis ojos.

- ¿Quieres decir que nos tocará juntos? No, seguramente Andy habrá dicho que lo haré con ella. Además, puede ser que alguien más haya faltado o que al final decidan hacerlos individuales. - digo tranquila. Pero conforme voy pensando cada palabra que digo, voy estando menos segura de mí misma. Andy me dijo que si finalmente el proyecto se hacía en parejas, no querría ir conmigo por no bajar mis notas (ya que las suyas son desastrosas, sinceramente). Yo le dije que eso era una ridiculez pero no acabamos pactando nada. El destino ha tenido que hacer una especie de pacto con el diablo para meter a Adam en mi camino a la mínima oportunidad.

- Bueno, por mí no habría problema, tendríamos buena nota en el trabajo. El "alumno ejemplar" y la "chica de notas excelentes", formaríamos un buen equipo. - se ríe y no puedo evitar reírme yo también.

- No, no formaríamos un buen equipo. - decido responder. Vuelven a producirse varios minutos de silencio incómodo y de nuevo lo rompo yo. ¿Qué me pasa?

- Adam cuando me has... bueno, yo... no quiero parecer cotilla ni... pero... - balbuceo, sin saber encontrar las palabras exactas para formular la pregunta.

- Quieres preguntarme qué hacía ayer en un hospital hasta tarde, ¿verdad? Es una larga historia. - me dice con una sonrisa amarga en la cara. Sé que no me lo va a explicar, porque cuando alguien dice 'es una larga historia' es sinónimo de 'no tengo ganas de hablar de ello'. Me arrepiento de haber preguntado. Entonces abre sus rosados labios y las palabras empiezan a fluir de ellos, yo escucho atentamente.

- ¿Te acuerdas del otro día? ¿Cuándo te desmayaste y te dije que yo era como tú? - Asiento concentrada - Pues bien, es algo relacionado con eso. - Traga saliva, se toma su tiempo y yo le dejo, sé lo que se siente cuando le explicas algo difícil para ti a alguien.

- Hace un año atrás tuve un accidente con la moto, un coche me sacó de la calzada. Nada grave, solo me rompí el brazo y me quemé la pantorrilla con el asfalto. Por esta última herida me dejaron en observación tres días, para que no se infectara, y me hicieron compartir habitación con una persona muy especial. - Noto cómo se le ilumina la cara. Rodeo mis rodillas con mis brazos y apoyo la cabeza en ellas. - Yo odiaba a la gente, no exactamente como tú. Me dedicaba a reírme, a ser el chico malo de clase y me quise convencer a mí mismo de que realmente era así, incluso me apunté a boxeo. Estaba enfadado con el mundo y me metía con la gente. - Ahora puedo ver el arrepentimiento en sus ojos, eso me ha dolido, jamás me hubiera imaginado a Adam siendo así.


Thin skinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora