Capítulo 36.

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Última hora de la tarde y todavía no he recibido ninguna llamada de Adam. Me he dado una ducha y he intentado estudiar un poco con intención de calmarme pero en el fondo estoy nerviosa. Nerviosa por lo que pueda pasar. ¿Qué pasa si Lucy se nos va? Si Adam la pierde a ella yo le perderé a él, está claro. Cierro el libro de historia y me estiro en la silla, necesito distraerme. Me dirijo a la sala de estar mientras sostengo el móvil entre mis manos, Lucas está sentado leyendo un libro así que no podré encender la tele. Me siento en el sofá justo a su lado y dejo caer hacia atrás la cabeza con los ojos cerrados, cojo todo el aire posible y lo dejo ir. Es una técnica que me funciona cuando necesito calmarme, me la enseñó mi madre cuando era pequeña y aún la sigo utilizando. Noto como Lucas aparta su mirada del libro para dirigirla a mí.

-¿Estresada? - me pregunta él.

-Algo así. - Lucas cierra el libro y lo deja sobre la mesa, me gustaría preguntarle si ha hablado con su padre para el tema de la convención pero no quiero que se sienta obligado a pagarlo así que cierro la boca.

- ¿Cómo estás? - no me esperaba esa pregunta así que me ha pillado desprevenida. Me quedo pensativa y la verdad es que estoy bien. No estoy genial pero tampoco estoy tan mal, quiero decir, las pesadillas han desaparecido por el momento e intento comer normal.

- Bien. - le digo sin evitar una expresión de sorpresa. - Estoy... bien. - digo esbozando una sonrisa, Lucas sonríe conmigo.

- Últimamente no estás mucho por casa.

- Ya, ehm, es que estoy con...

-...Adam. - me interrumpe antes de que acabe la frase. La verdad es que no iba a decir "Adam", iba a decir "proyecto". - No hace falta que me mientas sobre él. Estáis saliendo, ¿verdad?

Miro a Lucas buscando algún tipo de expresión en su rostro que me indique lo que siente ahora mismo pero no la encuentro, solo veo al chico encantador que me encontré en la puerta de casa hace un mes. Un mes. ¿Lucas ya lleva en casa un mes? No sé si quiero decirle que estoy saliendo con Adam y no sé por qué. Creo que me siento culpable, culpable por esas caricias en el pelo que me daba para calmarme, culpable por todo el apoyo que me da y yo no le doy nada. No quiero decirle que estoy con él pero no hay ninguna razón para ocultarlo.

-Sí. - digo mirándome las manos. Es extraño admitir que estoy saliendo con Adam porque yo no lo considero así, ¿pero cómo llamarlo? Vuelvo a estar confusa sobre esta situación. Al cabo de un tiempo Nathan llega a casa y se une a nosotros en el sofá mientras vemos un programa algo extraño donde un multimillonario se infiltra y vive durante un tiempo en los barrios pobres de América. Miro el móvil continuamente esperando una llamada o un simple mensaje de Adam pero no aparece, muevo de arriba abajo la pierna en un tic nervioso.

- Es extraño verte fuera de tu habitación, ¿sabes? - me dice Nathan echándome una mirada acusativa. - Y ahora ni eso, ahora parece que vives fuera de casa.

De alguna manera ese comentario me hiere. Aunque en realidad no sé si es el comentario o la mirada de mi hermano; sé que cada día me alejo más de él. Lucas nos observa y abre la boca en el peor momento.

-Sí, vive en casa de Adam. - dice de manera irónica. ¿Qué? Le echo una mirada asesina, de las que matarían, y Nathan lo mira extrañado. - Sí, están saliendo.

No puedo creer lo que acaba de decir. Nathan ahora dirige sus ojos hasta mí. Me tapo la cara con las manos y suspiro, esta situación no la puedo controlar. Me levanto del sofá y después de una última mirada de asco hacia Lucas me voy a mi habitación a pasos rápidos. ¿Se puede saber qué le pasa? Me meto en la cama y me arropo hasta la cabeza, quedándome perdida entre las sábanas con el móvil en la mano y esperando la llamada de Adam. Después de escasos minutos siento que alguien entra a mi habitación, asomo un ojo de entre las sábanas y veo a mi hermano, se sienta en el borde de mi cama y yo me acomodo.

-¿Estás saliendo con él? - me pregunta y asiento con delicadeza. - Bien, solo quiero que tengas cuidado ¿me entiendes? - asiento de nuevo, supongo que me lo dice por mis antiguas experiencias. - Gi, ¿estás segura de que te quiere de verdad?

- C-creo que sí. - siento que quiere decirme algo, son muchos años viviendo con él. Se pasa una mano por el pelo y aparta la mirada de mis ojos.

- Es que... no sé si debería explicarte esto. - Lo sabía. Me oculta algo, sabe algo que yo no sé. El miedo se apodera de mí.

- Nathan suéltalo.

- Solo quiero que no te enfades conmigo, quizá me estoy equivocando ¿vale? Verás, la semana que lo estabas pasando tan mal, con las pesadillas, sin ir a clase, sin salir de tu habitación, a oscuras...

- Ya lo pillo, Nathan. - le digo para que pare de enumerar cada uno de los malos momentos de esa horrible semana.

- Estaba preocupado por ti, ¿entiendes? Salí para ir a la universidad y me topé con Adam. Le pedí que... bueno, que averiguase qué te pasaba y aceptó. No sé si está saliendo contigo por ese motivo o porque te quiere de verdad, no lo sé. Eso es todo. - Nathan levanta la mirada y ahora me mira.

Debería sentirme furiosa con Nathan por intentar averiguar lo que me pasa a través de Adam, por no ser directo conmigo, pero la rabia se canaliza en forma de miedo al pensar que quizá todo lo que Adam está haciendo solo sea por lo que le pidió Nathan. ¿Y si hacer que me enamore de él solo es una falsa para llegar hasta mí y averiguar lo que me pasa? Noto como las manos me sudan. ¿Y si todo lo que hace Adam es falso? Nathan me coge la mano.

- ¿Estas enfadada? - me pregunta y niego con la cabeza. - Solo quiero que vuelvas a ser la de antes, tu experiencia con Brad te cambió, Gi. Prométeme que irás con cuidado y que no dejarás que te hagan daño de nuevo.

- Esa promesa me la hice hace mucho tiempo a mí misa, no te preocupes. - le digo con los ojos vidriosos. Hasta ahora el tema de Brad había sido como un tema tabú entre mi hermano y yo. Tomo la iniciativa y le doy un abrazo, él me rodea fuerte con sus brazos y nos quedamos así unos minutos.

***

Al día siguiente voy al instituto esperando encontrarme con Adam. No llamó en toda la noche y estoy preocupada a la vez que nerviosa por si todo esto ha sido falso, posiblemente haya sido falso. Los ojos se me llenan de lágrimas al pensar que he sido tonta al empezar a quererle. Pero sin embargo Adam no aparece en todo el día por el instituto y mis nervios aumentan. ¿Y si le ha pasado algo? Cuando llego a casa a penas me como medio trozo de pollo que sobró ayer en la cena, lo demás lo tiro. Cuando me cruzó con Lucas por casa simplemente le doy la espalda y paso de él, es imbécil. Paso el resto del día estudiando hasta que suena mi móvil, salto de la silla y corro hasta él impaciente. Bingo. El nombre de Adam aparece en la pantalla. «Estoy en la casa, siento no haber llamado antes. Te espero aquí y te lo explico todo. xx. » Rápidamente me pongo los zapatos y salgo de casa. Es hora de pedir explicaciones.


Thin skinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora