Thin skin

Capítulo 7.

Abro el grifo y el agua empieza a caer, fría al principio y al cabo de unos minutos confortable y caliente. Uno de mis pies toca el frío mármol ahora bañado en agua y le sigue el otro. Acaricio la cascada de agua que cae con la mano, noto mí largo pelo rozando mi cintura y con un escalofrío finalmente me hundo en ella. Mientras el agua cae y cubre mi cuerpo me pongo a pensar. Ya hace un mes que empezó el instituto, hoy he tachado uno de Octubre con mi bolígrafo rojo en el calendario. Me siento muy débil aunque estas últimas semanas me he obligado a comer mejor. Tengo las uñas rotas y desgastadas debido la falta de vitaminas así que me las he pintado de color rojo para disimularlas. El pelo sigue cayéndome a mechones y las pesadillas siguen presentes en mí aunque ya no aparecen todos los días, cosa que agradezco. Nathan tampoco duerme bien, sé que algo le preocupa pero no quiere decírmelo y yo tampoco le he preguntado. Nos ponemos a altas horas de la madrugada a ver la tele y yo preparo té para los dos, parece que este insomnio nos está uniendo más. Me pregunto qué le rondará por la cabeza.

Las clases se han empezado a complicar un poco y voy hasta el cuello de trabajo, este curso efectivamente es el más complicado. Me vienen a la mente los cuatro gamberros que se están dedicando a robar en el instituto estos días... Todavía no se sabe quién son pero confío que lo averigüen pronto. En cuanto a Adam me he topado con él bastantes veces en la taquilla. No articula palabra alguna hacia mí pero siempre me sonríe dulcemente y yo le giro la cara y sigo con mi tema. Cuando acabo de darme la confortable ducha me pongo el pijama y me meto en la cama. Mañana será un nuevo día.

"When the days are cold, and the cards are fall, and the saints we see..." Demons, de Imagine Dragons entra en mi mente y apago el despertador. Salgo de la cama y tacho ese dos de Octubre en el calendario.

La clase de Dibujo Técnico es la más pesada de toda la semana, no puedo evitar pintar en los bordes del libro para distraerme. Ojalá que alguien me saque de aquí antes de que me explote la cabeza. En cuanto ese pensamiento aparece en mi cabeza la puerta de la clase se abre, yo no le doy importancia, estoy inmersa en mis pensamientos y cuando estoy acabando de dibujar la cola del dragón en mí libro escucho esa familiar voz.

-Profesora, ¿puedo robarle a Georgia unos minutos? Ha pasado algo. - Levanto la vista y ahí está esa mata de rizos. Los profesores le adoran tanto que la profesora me deja salir de clase sin objeciones. Cruzo una mirada con Andy, que está a mi lado, y me levanto de la silla en dirección a la puerta que Adam cierra detrás de mí.

-¿Se puede saber qué...? - intento preguntar.

-Nos han reventado la taquilla.- me interrumpe antes de que pueda acabar de formular mi pregunta.

-¿¡QUÉ!?- pregunto, chillando más de lo que quería. Noto que los ojos se me han abierto mucho a la vez que mi boca y me he parado en seco en nuestro camino por el pasillo.

- Ya sabes que han estado robando por el instituto pero ahora ya no son mochilas, sino que les ha dado por las taquillas y han decidido empezar por la nuestra. - Me explica mientras reanudamos nuestra marcha hasta la maldita taquilla. Me está dando más problemas que soluciones, y no debería ser así.