Me despierta la cálida y lejana risa de Louis que viene de la sala de estar. Abro los ojos lentamente y me noto congelada, me he quedado dormida sin camiseta. El reproductor de música ha seguido sonando des de que me he ido a dormir y ahora reconozco la letra de Daydreamin' sonando por mis auriculares. Me levanto lentamente, me pongo una camiseta cualquiera que había por ahí tirada en mi habitación y salgo a la sala de estar.
Como cada viernes, vienen Louis y Zack para estar con mi hermano y por lo que parece Lucas se ha unido a la fiesta. Están todos bien vestidos, con cazadoras, vaqueros y camisetas que me hacen babear.
-Hombre, buenos días bella durmiente. - dice Louis.
-¿Pero qué...? - La única explicación que me viene a la cabeza para que Louis sepa que estaba durmiendo es que haya entrado a mi habitación, con lo cual me habrá visto en ropa interior. - ¡Eres un pervertido! - le digo mientras le pego pequeños puñetazos en el brazo.
Lucas ríe y parece que ha decidido olvidar lo de antes, no creo que le haya explicado a nadie lo que ha pasado al medio día, me siento algo avergonzada y le evito la mirada. Antes, durante el momento, no me ha importado que me viera sin camiseta pero ahora es realmente vergonzoso, al igual que mi comportamiento.
-¿Dónde vais así vestidos? - pregunto algo extrañada. Normalmente suelen quedarse en casa durante toda la noche o se van a cenar a alguna pizzería pero por las pintas que tienen no lo creo.
-Nos vamos de fiesta. - dice Nathan con una sonrisa orgullosa de oreja a oreja en la cara y se le añaden Louis y Zack.
-¿Tú también? - digo dirigiéndome a Lucas que asiente con la cabeza. Han congeniado bien estos cuatro, pero Lucas no es el tipo de persona que me imaginaba de fiesta en fiesta. Supongo que no le conozco lo suficiente, como a Adam. La rabia vuelve a aflorar en mi interior.
-¿Me puedo apuntar? - las palabras fluyen de mi boca antes de que pueda pararlas. Todos ponen cara de sorprendidos y me miran realmente extrañados.
-¿Te encuentras bien Gi? - dice ahora Louis con sarcasmo.
-Sí - respondo a Louis con inocencia.
- Claro, puedes venir, pero nos vamos de aquí a poco. - dice Nathan.
-¡Dame quince minutos! - le digo a Nathan mientras corro hasta mi habitación para cambiarme.
No sé lo que estoy haciendo, no parezco yo, pero quiero olvidarme de todo lo que ha pasado hoy y salir de fiesta parece una buena opción. No salgo desde que... bueno, desde que vivía en Irlanda. Abro el olvidado cajón donde tengo toda mi ropa de fiesta y me pongo a escoger prendas. Después de unos minutos de estrés probando combinaciones de ropa acabo con una pequeña y delicada falda que me llega por encima de las rodillas (sí, yo con una falda), una camiseta de tirantes y mis converse. Rápidamente rescato del fondo del armario mi maletín de maquillaje que hace siglos que no uso, ni siquiera sé por qué me lo traje de Irlanda. Aplico máscara en mis pestañas, una fina línea de lápiz de ojos, un poco de brillo de labios y algo de color a mis pálidos pómulos.
Cuando acabo de estar lista me miro al espejo, mis ojos escanean mi aspecto de arriba abajo, des de las Converse negras hasta la pequeña e imperceptible cinta del pelo. Paso mis pequeñas manos sobre mis caderas mientras la impotencia se apodera de mí. Esto es ridículo.
-¿Gi? ¡Es tarde! - escucho a Nathan.
-¡Un segundo! - le respondo. Suspiro y rápidamente me cambio la delicada falda por unos vaqueros de un azul oscuro. Mejor. Cojo mi cazadora y mi bolso, también rescatado del olvido y salgo de mi habitación para dirigirme a la sala de estar. Cuando llego me encuentro con que no hay nadie, excepto Lucas, que está sentado en uno de los brazos del sofá. En cuanto me ve me repasa de arriba abajo y sonríe.
-Vaya, estás... - intenta decir pero le interrumpo antes de que pueda acabar la frase. No quiero ningún tipo de cumplidos sobre mi aspecto.
-¿Dónde están todos? - pregunto algo incómoda. Después de lo de este medio día no sé cómo mirar a Lucas y estar los dos solos en una silenciosa habitación no ayuda.
- Han decidido adelantarse y yo me he quedado a esperarte. - dice Lucas. Oh. Asiento y decidimos encaminarnos hasta su coche, un deportivo blanco increíble, se nota que viene de familia adinerada. Nos montamos en él y conduce suavemente, no sé a dónde nos dirigimos pero tampoco me importa mucho, solo quiero olvidarme del día de hoy. Miro por la ventana hacia el oscuro cielo, no puedo seguir avergonzada con Lucas cada vez que le vea, vivimos bajo el mismo techo.
-Lucas, lo siento. - digo con un hilo de voz. - Siento mi actitud de este medio día.
Lucas me mira con una extraña expresión en la cara a la vez que gira el volante suavemente. Seguimos de camino a la fiesta, discoteca o dónde sea que vayamos, no estoy muy segura de lo que es.
-No te disculpes, ¿un mal día? - me pregunta.
- Sí. - digo mientras suspiro.
- No sé qué habrá pasado para que le pegues salvajemente a un cojín pero estoy seguro de que ahora te olvidarás, vamos a disfrutar. - dice con una sonrisa y me uno a él.
Quizá venir a la fiesta ha sido una idea acertada y Lucas realmente está siendo buena compañía, quiero olvidarme de mi error: mi intento fallido de confiar en Adam. He vuelto a aprender que no debo fiarme de nadie, por muy especial que parezca, por suerte esta vez me he dado cuenta a tiempo.
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Thin skin
Teen FictionCuando tienes la piel más fina que los demás todo te afecta de manera diferente, todo es mucho más duro y doloroso. Georgia es esa clase de persona de piel fina y ya no confía en nadie. Quiere ser una chica solitaria, convencerse de que es fuerte, d...