Capítulo 22.

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Al abrir la puerta de casa noto mis converse inundadas por agua resonando en el suelo. Camino hasta mi habitación, mi pelo gotea al igual que mi ropa y mi mochila dejando un rastro de agua por toda la casa.

-¿Se puede saber qué haces así de mojada y por qué llegas a estas horas? - pregunta Nathan. Oh, no me había dado cuenta de que está sentado en el sofá de la sala de estar mirando la tele junto a Lucas, que ahora tiene la boca abierta de par en par. Supongo que estaba demasiado inmersa en mis pensamientos por lo que acaba de pasar ahí abajo con Adam.

-Uhm, me ha pillado la lluvia y como era tarde he cenado en un... - no sé cómo llamar a ese sitio ¿restaurante? - en una cafetería. - me decido. No es una cafetería pero tampoco un restaurante. Nada formal pero tampoco informal. Noto que he dejado un charco enorme por toda la casa, será mejor que me quite esta ropa ya.

- Me voy a la ducha, estoy empezando a tener frío. - digo mientras me voy rápidamente de allí y dejo a Nathan y Lucas con la boca abierta. No estoy preparada para más preguntas.

Una vez duchada me estiro en mi cama, parece que hayan pasado siglos des de que esta mañana no quería ir al instituto y he apagado el despertador por quinta vez. Siento como llaman a la puerta y me incorporo sentándome en la cama.

-Adelante. -digo. Lucas asoma su cabeza por la puerta y se acerca a mí sentándose a mi lado.

-¿Qué pasa? - No sé qué está haciendo aquí.

- Gi, me gustaría saber si... bueno, si de verdad esta noche has cenado fuera o era solo una mentira más. - ¿Qué?

-Claro. ¿Me estás controlando? - digo tajante. Odio que alguien intente saber lo que hago en todo momento y menos cuando le conozco de dos días. Pero oh, he mantenido mi mente ocupada pensando en lo que ha pasado con Adam hoy que ni siquiera he manejado la opción de vomitar la hamburguesa, pienso sorprendida.

- No, claro que no, solo quería saber. - Lucas se rasca la cabeza, esa no es su única pregunta y lo sé.

-¿Qué pasa? ¿Qué quieres preguntarme? Suéltalo. - gruño intentando no parecer demasiado borde, pero es algo que no puedo evitar. Lucas suspira y formula su pregunta.

- Me gustaría saber si de verdad mis intentos de ayudarte están funcionando. - ¿Le digo la verdad o dejo que crea que puede ayudarme? No, si sus esfuerzos están siendo en vano debería saberlo, así que me armo de valor y se lo digo lo más suave posible.

-No, sinceramente, sigo igual. Siento que tus esfuerzos no sirvan de nada pero te lo dije... No es tan fácil. - digo mirando sus profundos ojos marrones. Él suspira.

-No me he rendido ni lo haré, no puedo verte así. - dice Lucas mientras se levanta de la cama y sale por la puerta. - Buenas noches, Gi.

-Buenas noches Lucas. - le digo sin saber por qué.

En cuanto me meto en la cama dejo aparte la conversación con Lucas y vuelvo a rescatar los recuerdos de la tarde con Adam. Parece como si todavía pudiera sentir su respiración y su brazo rodeando mi cintura. Han sido muchas emociones en un día y sinceramente ya no sé lo que está pasando con Adam, no tengo el control de la situación y necesito que alguien me aclare la cabeza. Andy, aunque no solemos hablar de estas cosas creo que mañana hablaré con ella. Por mi cabeza rondan demasiados pensamientos ahora mismo, ¿qué haré mañana cuando vea a Adam? ¿Cómo se supone que voy a actuar? Cierro los ojos, abrazo mi almohada y me duermo con una sonrisa en la cara.

***

Toca el timbre que da paso a la media hora de descanso. Recreo, por fin. Recojo rápidamente mis libros y los meto en la mochila, me cuelgo ésta al hombro y voy directa hasta Andy. He visto la moto de Adam aparcada fuera esta mañana, pero no nos ha tocado ninguna clase juntos todavía, así que mi miedo por qué hacer o decir cuando le vea se he desvanecido un poco. Andy y yo nos sentamos en nuestro habitual sitio, la pared del edificio de la biblioteca.

-¿Necesitas explicarme algo? - dice Andy preocupada. ¿Me ha leído el pensamiento? - Te veo nerviosa.

- Eh... no, bueno sí. - suspiro y le explico toda la tarde de ayer. Desde que salimos de la biblioteca, la lluvia, el paseo en moto sin casco, la cena y la polémica despedida. - No sé qué hacer, no sé lo que siento, no sé qué me pasa. Solo me gustaría que él no hubiera aparecido nunca y mi vida sería mucho más tranquila.

- No digas eso. ¿No sabes lo que sientes o no quieres admitirlo, Gi? - dice Andy con una media sonrisa. - Tienes miedo a querer a la gente más de lo que debes quizá, y creas una barrera en ti. Yo, por ejemplo, arriesgué con Alec y ahora no veo otra vida más feliz.

- ¿Me estás sugiriendo que arriesgue? ¿Qué arriesgue el qué? Es que yo no le... no le quiero.

- No hagas caso a lo que te diga tu maldito cerebro cabezota. - dice entre risas. - Sonará cursi pero son tus sentimientos los que mandan ahora y los que deberías seguir. Si te gusta ¿por qué no probar?

Pues porque soy una chica con una inestabilidad mental preocupante, que se autolesiona y tiene problemas alimenticios. Si Adam se entera de todo ello saldrá corriendo para no tener que toparse más conmigo. Pienso para mí misma.

-Creo que... dejaré que el tiempo decida. - digo algo confusa. ¿Estoy realmente proponiéndome acercarme a Adam? He sido injusta con él, sí, me trata bien mientras que yo me dedico a odiarle, como a todo el mundo. Pero y si... ¿y si él es diferente?


Thin skinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora