Capítulo 39.

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Adam arranca la última porción de pizza haciendo que el queso fundido se estire al máximo y yo me acabo la mía. Me he cortado una porción pequeña, sé que arrepentiré de esto pero no quiero incomodar a Adam.

-Necesito darme una ducha. - le digo estirando los brazos para desperezarme. Cenar en la cama hace que me entre pereza.

-Vale, un segundo. - me dice Adam dándome un beso en la frente y saliendo de la cama mientras me guiña un ojo y desaparece de la habitación. Al cabo de unos minutos aparece con un par de toallas y algo de ropa para dormir. - No he encontrado jabón ni champú. - me dice encogiéndose de hombros.

-¿Y cómo me voy a duchar sin jabón, Adam? - le digo riendo. - Mejor dejamos la ducha para otro día.

- Como quieras. - dice mientras se quita la camiseta dejando al descubierto sus abdomen, que para mi sorpresa está lleno de tatuajes. Siento calor por todo el cuerpo y noto como me pongo roja. Adam ve que me he quedado observándole demasiado tiempo y reprime una sonrisa. Aparto la mirada de él rápidamente.

-Estás loco, esta casa todavía no está preparada para que viva gente, no deberíamos habernos quedado. - Adam me tira una camiseta y la cojo al vuelo.

- Bueno, podrías haberte negado a quedarte pero sin embargo has aceptado mi oferta... - pongo los ojos en blanco y le hago una señal para que se gire, no tengo ganas de que vea mi grasa. Él obedece y me quito la camiseta para ponerme la que me ha dado, es gris con una estrella azul en el centro algo desgastada. Me quito los pantalones y me meto rápidamente en la cama.

-Ya está. - le digo algo avergonzada. Adam vuelve a girar-se y se acerca a la cama.

-¿Vas a dejarme dormir contigo o me tengo que ir al sofá? - bromea.

- No seas idiota. - sonríe y se mete en la cama. Sin camiseta. El calor en mi cuerpo vuelve a aparecer e intento desviar mis pensamientos. - No sabía que tuvieras tatuajes. ¿Eres una especie de chico malo camuflado en el pellejo de un chico bueno?

- Ya te dije que tuve mi época de chico malo, sí. Pero ahora soy muy bueno. - dice con un tono pícaro que hace que me derrita por dentro. Debería estar asustada por su tono pero lo único que consigue es que mi atrevimiento crezca. ¿Quiere jugar? Pues tendrá juego, sonrío ante mis pensamientos.

- ¿Y tienen algún significado? Por ejemplo... este. - digo acercándome a él y tocándole con el dedo uno de los pájaros que tiene tatuados en su pecho. Noto el tacto caliente y suave de su piel y el calor que siento en el cuerpo baja y se concentra en mi entrepierna.

- Sinceramente, no tienen ningún significado. - dice Adam acercándose a la mí mientras dirige sus ojos a mi boca. Dibujo un camino por su piel con mi dedo hasta llegas a su estómago y Adam presiona sus labios contra los míos. Noto como rodea con su brazo mi cintura y me atrae hasta él. Mi muslo roza sus bóxers y noto un gran bulto en ellos. La lengua de Adam juega con la mía, paso mi mano por su pelo y él aprieta mi cuerpo aún más contra el suyo, tanto que noto el calor de su piel en mi vientre. Con un movimiento rápido Adam me pone encima suyo y pasa las manos desde mi espalda hasta mi cintura y luego hasta mi trasero. Dejo escapar un gemido de sorpresa y placer mientras él presiona su cintura contra la mía. Las manos de Adam abandonan su posición para quitarme la camiseta y me deja en ropa interior. Mis manos recorren todo su pecho y bajo hasta sus bóxers, le acaricio el bulto que hay en ellos y Adam deja escapar un gemido.

- Espera, eres... - me pregunta Adam pero niego con la cabeza, él asiente y se gira sobre mí. Ahora estoy boca arriba y él encima de mí. Me besa y volvemos a enzarzar nuestras lenguas. Con sus enormes manos acaricia la piel de mis piernas y sube por mi cintura, caderas, pecho, cuello, espalda y sigue subiendo por mi cuerpo que hasta tengo que estirar los brazos. Adam pasa sus manos por ellos hasta que llega... espera. Llega a mis muñecas. Cuando me doy cuenta él ya ha reparado en que una de mis muñecas tiene un relieve diferente a la otra. Extrañado Adam pasa el pulgar por mi piel magullada aún sin parar de besarme. En mi interior el fuego ha desaparecido y rezo para que no le dé importancia a ese relieve en mi muñeca. Noto como vuelve a pasar su pulgar por ella y corta el beso. Mierda.

Thin skinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora