Adam va delante de mí caminando por los pasillos y yo le sigo un metro por detrás. Abre la puerta de una clase cualquiera, comprueba que efectivamente no hay nadie y me hace una señal para que entre detrás de él. Una vez dentro Adam cierra la puerta tras de mí y quedamos envueltos en el silencio de la clase vacía. Me cruzo de brazos agarrando mis codos tímidamente y aparto la mirada de Adam para clavarla en el suelo.
-¿Qué hacemos aquí? - digo con un leve tono de voz, pero antes de que Adam pueda responder se escucha el segundo timbre que indica que las clases ya han empezado. Espero que se dé prisa en decirme lo que me tiene que decir porque ya llegamos tarde a la siguiente clase.
- No lo sé, necesitaba hablar contigo de algo, lo que sea. - me dice Adam. El sonido de unas llaves al otro lado de la puerta hace que desvíe mi atención de él. Alguien está metiendo una llave en la cerradura y no precisamente para abrir la clase. Antes de que podamos reaccionar, la puerta ya está cerrada con nosotros dentro. Mis ojos se abren de par en par ¿es que no puedo tener un día tranquilo?
-Mierda. - masculla Adam acercándose a la puerta, intenta abrirla, la golpea un par de veces y chilla por si alguien puede abrirnos pero es inútil. Yo me limito a mirar como él intenta sacarnos de aquí porque no tengo ni ganas ni fuerzas para intentarlo yo. Adam suspira. - Joder.
-Joder. - repito yo asintiendo. Adam se sienta encima de una mesa y yo me siento en la de al lado cruzando mis piernas.
-Siento haberme comportado así ayer. - se disculpa Adam y noto cómo el corazón se me sale por la boca al recordar la tarde de ayer.
-Fue una reacción comprensible.
- Necesitaba pensar.
- ¿Y qué has pensado? - digo temerosa.
- Que no somos tan diferentes, que quizá cada persona tiene una forma diferente de escapar de lo que le rodea. Tú haces... eso, yo por ejemplo me hacía tatuajes y otra persona se irá a dar un paseo. Cada uno se aferra a lo que puede. - asiento.
-Hablas muy bien. - digo sonriendo un poco. Es verdad, habla muy bien y ha entendido mi situación a la perfección, Adam tiene un don para entender a las personas y hacerlas sentir bien.
-Deberías habérmelo explicado.
- Lo sé, lo siento. - Adam arrastra su trasero por la mesa y se acerca a mí.
Lo que hace a continuación rompe todos mis esquemas porque alarga la mano y tira de mi brazo izquierdo, subiéndome la manga de la camiseta hasta el codo y apartando mis pulseras. Un instinto reflejo me impulsa a esconder el brazo pero lo controlo y dejo que mire mi muñeca magullada ¿qué más puedo perder? Nada. Adam pasa su pulgar por las cicatrices, como ayer en la cama, y un escalofrío recorre mi espalda. Siento que no debería estar dejando que Adam me toque los cortes, es algo personal. Algo mío e íntimo. Como si me desnudara al completo.
-Entiendo que sea tu forma de escapar de la realidad pero no puedes hacerte eso. Tienes que dejar de hacerlo. - me pide mirándome a los ojos.
- Dame un motivo.
- ¿Yo soy motivo suficiente? - Sé que si fuera otra persona ni siquiera lo intentaría pero es Adam. Es él. El único que me hace tan vulnerable.
- Lo intentaré.
- No sé, cuando sientas la necesidad de hacerlo llámame. - asiento despacio.
-¿Esto significa que volvemos a estar juntos?
-Nunca te he dejado. - me responde Adam. En el fondo sé que esto cambiará las cosas entre nosotros, el hecho de que él sepa todo lo que me pasa solo servirá para que me trate de manera diferente pero no quiero pensar en eso ahora.

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Thin skin
Fiksi RemajaCuando tienes la piel más fina que los demás todo te afecta de manera diferente, todo es mucho más duro y doloroso. Georgia es esa clase de persona de piel fina y ya no confía en nadie. Quiere ser una chica solitaria, convencerse de que es fuerte, d...