El Viñedo

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Para desgracia de Jordán sus nietos querían ir al viñedo, no porque realmente les gustase si no porque era la única vez que Stiles les dejaba probar el vino, por fortuna eran lobos y cualquier droga o sustancia alcohólica no les afectaba...

No podemos ir a otro lado?– pregunta Jordán sonrojado

Noooo!!!– canturrean sus hijos y su nietos.

los odio saben!– menciona con un gran puchero, no iba a soportar mirar de nuevo al capataz, sabía que trabajaba ese día, a comparación de John que hacia su chequeo cada mes del viñedo, el lo hacía cada semana para comprobar que todo marchase bien.

–existe algo que no quieras que se sepamos Parrish?– pregunta Peter sonriente, eran una gran familia, tanto el como John habían hecho fuerte para cuando sus respectivas parejas no les dejaban comer chucherías, en una de sus pláticas había salido el tema del sexo, donde ambos confesaron el lugar donde casi los chacaron intimado, para desgracia de ambos los habían cachado a John en el viñedo y Peter en una de sus sucursales del lobo hambriento.

Nada!– dice sonrojado.

Bien porque ya llegamos!– dice Fred el era el principal chofer del castaño, como tantas veces los hijos de Stiles le habían advertido que estuviese preparado para andar de un lado a otro pero siempre el castaño terminaba encerrado en su despacho, eran las primeras vacaciones que tenía.

Todos bajaron admirando la gran casona, la casona no era el atractivo sino realmente las grandes parcelas del viñedo eran enormes, la manada no creia lo que miraba.

casi los embargan por cada Eco y ahora tienen más propiedades que el mismo presidente!–dice Scott mirando la casona

las vueltas que da la vida!!– dice sonriente el castaño murmurando en su interior la cantidad exacta de propiedades que su familia tenía, la mayoría era bajo el nombre del señor S, pero otras eran a nombre de un familiar lejano que no existia, con eso la fachada de la familia estaba segura.

Un gusto volverle a ver en buenas condiciones!– dice el capataz que los había cachado en su acto de amor–jefe!

–Buenos días Agustín!– dice John sonriente, Jordán hecho un tomate completo, estaba seguro que saldria corriendo si no fuera que lo tenía bien agarrado de la cintura– como va todo?

–Bien señor, les mande el último informe con los datos del cargamento, así como el nuevo pedido....– apesar de que ninguno de los dos les gustaba que les hablará de señor, eran sus trabajadores y eso en China y la Patagonia se respeta.

Bien, preparaste lo que te pedí?– dice Stiles entrando en la plática.

–Si mi señor, hemos pedido prestados algunos ejemplares para poder tener los caballos listos..–dice mirando al castaño.

Muy bien, la casona está lista?–

–Si, Analiz se encargó de mandar personal a limpiar y tener todo listo para su llegada...– la propiedad tenía otra finca oculta al ojo humano, era protegida por una gran Barrera sólo los trabajadores o en este caso los únicos Agustín y su esposa Analiz sabían de la existencia, las muchachas que les ayudaban sólo conocían que existía pero apezar de todo ninguna sabía llegar al recinto.

******

Si a alguno le quedaba duda de lo cambiado que estaba Stiles, al verle montar fue una experiencia agradable tan seguro un verdadero jinete frente a ellos, a todos se les había dado una clase rápida de montar y claro que para ninguno la explicación se le hizo difícil, pero la práctica siempre es donde los maestros dudan de su conocimiento.

Manada S.StilinskiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora