Capítulo 95

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LEXA

Llevaba casi dos meses de convivencia con Clarke. Aunque al principio hubo algún que otro roce...era algo típico y normal. Ambas sabían que los principios costaban, eran conscientes de que la cosa podría salir o muy bien o muy mal. No era lo mismo verse durante muchas horas que realmente vivir con una persona todos los días y compartir todo. Compartir cada hora, cada minuto y cada segundo. Y que ya no te valdría el refugio de tu casa o de tu habitación si surgía algún problema.

Recordó el primer enfado. Ella estaba algo estresada por unos proyectos nuevos en el trabajo mientras que Clarke tenía que organizar una nueva exposición. Su chica se metía tan de lleno en que sus exposiciones quedaran perfectas que prácticamente perdía la noción del tiempo. Se aislaba por completo en sí misma. Cuando salía de casa y volvía la encontraba en la misma posición, hasta dudaba en ocasiones de si había ido a la cafetería o si había comido. Sentada en la mesa del pequeño despacho con la mirada tras el portátil, sin apartarla en ningún momento.

Bufó cuando vio las cosas sin hacer, la tele encendida y la cocina sin recoger. Subió las escaleras encontrándose el cesto de la ropa sucia en mitad del pasillo y la luz del baño encendida.

Tuvo que cerrar el portátil delante de sus narices para que Clarke la atendiera tras haberla llamado un par de veces y no contestar.

-¿Qué pasa? –Se quejó Clarke ante su jugada, mirándola sin entender absolutamente nada.

-Pasa que llego de trabajar y está todo sin hacer y hecho un desastre. –Le contestó ella cruzándose de brazos.

-No soy la criada de nadie. Tú también vives aquí. –Le espetó Clarke sin pensar. –Lo siento, lo siento. –Se justificó rápidamente. –Lo dije sin pensar. Es que me he perdido completamente en la elección de fotografías para la nueva exposición. Ahora mismo lo hago todo. Perdóname. –Dijo levantándose de la silla.

-Clarke. Escúchame. –Dijo parándola y agarrándola de la mano. –No eres la criada de nadie. No te estoy recriminando nada, pero ya que has llegado antes a casa...podrías por lo menos explicarme que hace el cesto de ropa sucia en mitad del pasillo y las luces encendidas. –Dijo con tono divertido.

Había llegado un poco enfadada por el trabajo, y encontrarse esa situación en la casa hizo que su enfado se viniese un poco arriba, pero la cara que puso Clarke cómo si un perrito agachase las orejitas ante una regañina de sus dueños, la removió por dentro.

-Lo siento. Iba a poner la lavadora, pero me vino una idea y ya desconecté. Menudo desastre. –Dijo Clarke agachando la mirada.

-Vale. No pasa nada. De verdad que te entiendo. Sé lo que es perderse por completo en un proyecto. –Dijo Lexa totalmente siendo sincera. –Vamos a recoger todo juntas y así podrás volver cuanto antes a tu ordenador.

Desde entonces sabía que si llegaba del trabajo y encontraba la casa un poco desordenada, era porque Clarke estaba completamente envuelta en su trabajo. No se lo recriminaba ya que los demás días la casa prácticamente brillaba. Es más, a veces lo que le recriminaba era que no hacía falta que se esforzara tanto, en ocasiones pensaba que Clarke limpiaba sobre lo limpio con tal de que todo estuviera bien.

La verdad es que los días con Clarke eran toda una aventura. Nada más aún sin despertarse cada mañana ya la estaba sorprendiendo. La despertaba entre besos, caricias o haciendo que se estremeciera de placer bajo las sábanas.

-Ufff. Dios. –Exclamaba aferrándose a la almohada. –Dios mío Clarke, me vas a matar.

-No quisiera eso, te lo digo en serio. –Contestó Clarke subiendo hacia su boca dando pequeños besos húmedos por todo su cuerpo. –Te pones tan caliente que podrías quemar la habitación en apenas un segundo. –Dijo mordisqueando su cuello y agarrando con suavidad uno de sus pechos.

Arkadia (AU) -Español  [Clexa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora