LEXA
Se levantó cómo cada mañana, pero algo había cambiado. Se sentía distinta y no sabía por qué. Bueno en parte sí, quizás el hecho de haber visto a Clarke el día anterior la animó un poco, pero claro eso era asunto ya del pasado. Clarke se había marchado y ella debía seguir con su maldita vida en aquella ciudad. Era la decisión que había tomado tiempo atrás y pensaba cumplirla, estaba completamente decidida. La visita de Clarke no iba a trastocar nada de su nueva vida.
Cuando salió del portal vio la moto de Clarke aparcada justo enfrente y casi sintió que se le había parado un poquito el corazón al comprobar que Clarke seguía por allí, pero sólo un poquito.
-Buenos días. –Dijo Clarke detrás de ella.
Se giró para comprobar que no estaba alucinando y que la rubia seguí allí.
-Te he comprado un café, es como te gusta. –Dijo Clarke entregándole el vaso. –Esa cafetería es carísima, si lo llego a saber recolecto yo misma los granos de café. –Decía sonriendo. –Toma anda que se enfría.
Cuando lo aceptó vio como la cara de Clarke se iluminaba de felicidad.
Destapó el vaso y vertió el contenido sobre una alcantarilla que había justo al lado, observando directamente como el gesto de Clarke cambiaba.
Tapó el vaso y se lo devolvió alzando un poco una de sus cejas y sonriendo de medio lado para después continuar el camino hacia su coche.
Iba lista si un café mañanero iba a darle la oportunidad de tan siquiera cruzar unas simples palabras con ella. No después de todo por lo que había pasado.
No pudo despejar a Clarke de su mente y menos aún sabiendo que seguía allí, que no se había marchado cómo pensaba. Que incluso seguía con la idea de intentar hablar con ella. Se empezó a agobiar sin darse cuenta, bueno sí, se dio cuenta cuando su pierna empezó a moverse casi sin dar tregua.
Decidió tomarse un descanso y salir a tomar el aire. Estaba claro que así no podía seguir trabajando. Necesitaba despejarse, desconectar por un momento. Solía ir a una pequeña plaza justo enfrente de las oficinas, era bastante transitada. Niños corrían y jugaban, madres que pasaban cargadas con bolsas de la compra. Jóvenes con bicicletas y monopatines. Músicos y mimos por toda la plaza llamando la atención de la gente del lugar y de los turistas. Abuelos a los que le resultaba entrañable mirarlos mientras conversaban entre ellos.
-¿Cómo siempre señorita? –Le dijo el señor del kiosco donde solía comprar el café.
-Sí por favor.
Cogió su café y se dirigió al lugar desde donde más le gustaba observar todo alrededor de la plaza. Justo a la fuente principal. Se sentaba en el filo, era bajita por lo que estaba realmente cómoda cruzando las piernas y tomándose el café tranquilamente. Podía perderse en que estaba pasando por la cabeza de todos aquellos que pasaban por ahí. En ocasiones hasta inventaba historias y creaba pequeños monólogos cuando pasaba alguna pareja o grupo.
Le solía funcionar como terapia para olvidar cuanto odiaba su vida actual y como no podía hablarlo con la persona que más deseaba, su madre. No les había dicho a sus padres nada de lo ocurrido, ellos seguían pensando que Clarke y ella seguían juntas. ¿Por qué no les había dicho nada? Básicamente por dos motivos, no quería preocuparlos y no se veía con ganas de hablar del tema. Sabía que en cuanto hablasen sobre Clarke o la mencionasen tan siquiera en la conversación, su madre notaría al momento el cambio en su ánimo o su voz.
CLARKE
Que Lexa la mandase a la mierda en el primer intento no le hizo retroceder en sus pensamientos. Tampoco sus negativas, o simplemente el no recibir ni una sola palabra de sus labios. Es por eso mismo que hasta ese momento no había decidido ir a buscarla, si se hubiese forzado a hacerlo antes, posiblemente ahora mismo estaría de vuelta a casa resignada con no poder hacer nada más. Llorando por las esquinas, maldiciéndose mil veces y posiblemente volviendo a un círculo vicioso del cual le costaría salir más que nunca.
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Arkadia (AU) -Español [Clexa]
FanfictionLa nueva vida de Lexa se abría ante sus ojos: nueva ciudad, nuevo trabajo, nuevas expectativas y todo ello rodeada de sus dos inseparables amigas. Con lo que no contaba era con algo, o más bien con alguien que iba a trastocar su mundo por completo...