Capítulo 1: Aniversario

501 38 10
                                    

Me cubrió los ojos e inconscientemente sonreí.

—Adivina... ¿Quién soy? —preguntó, haciendo una voz mucho más grave pero que aún así, no logró engañarme.

—Mm... ¿El chico sexy de último año? —mordí mi labio inferior reprimiendo una carcajada, al pensar como reaccionaría luego.

—¡¿Quién?! —sacó sus manos al instante, de tan solo un movimiento.

Me volteé obteniendo una mejor vista de su persona, tenía el ceño ligeramente fruncido y sus brazos se mantenían cruzados debajo de su pecho. Haciéndome sonreír, al notar sus celos.

—¿Sabes? Te ves lindo cuando te enojas.

—Soy lindo siempre cariño —respondió con la modestia de siempre —, pero no me cambies de tema. ¿Quién es ese chico sexy de último año? —enarcó una de sus pobladas cejas.

—No es nadie —solté la risa que estuve conteniendo sin poder evitarlo —. Solo quería ver tu reacción —elevé un poco las comisuras de mis labios, fingiendo inocencia.

—Solo me querías fastidiar, ¿he? —me tomó por la cintura y me acercó a él, permitiendo que solo suelte otra de mis risitas. Aquellas que solo uso para camuflar mis nervios o vergüenza ya que son, demasiado notorios en mi.

—Creo que no solo te enfadaste. Te pusiste, ¿celoso? —ahora soy yo quien alza una ceja, con algo de diversión. Adoro cuando la situación se revierte por completo.

—¡Por favor! ¿Celoso? —rodó los ojos —. Dime, teniéndome a mi, ¿me cambiarías?

—Bueno... —entre cerró los ojos amenazante, ante mi duda —A pesar de que sigues siendo un egocéntrico y un poco idiota. No te cambiaría —bromeé.

—Solo soy así para molestarte, lo sabes ¿verdad?

—Lo se —afirmé, acercándome aún más y uniéndo nuestros labios en un beso.

Recordando cuando nos conocimos por primera vez en la comisaría y no, no fue por que estuviésemos por algún delito. Si no porque nuestros padres son colegas y trabajan allí.

Flashback

Espérame aquí Sam, ahora regreso —me dijó mi padre y en respuesta, asentí lentamente.

—De acuerdo, procura no tardar —suspiré y me senté en una de las sillas a la espera.

A pesar de que trabaja en la comisaría desde que tengo noción, he venido muy pocas veces aquí. Aprovechando la ocación, me detengo a mirar el lugar en donde mi padre se pasa la mayoría del tiempo. Algunos oficiales hacen su trabajo habitual, otros están sentados en escritorios tecleando en sus computadoras. Al inspeccionar la entrada, entran dos hombres más que, llevan a algúna gente esposada y los demás salen a socorrer alguna emergencia... Vaya, si que es un verdadero caos todo ésto, ya veo porque mi padre realmente se altera cuando algo grave ocurre.

—Sam ¿cómo estás? —se acercó sonriente el señor Allen, un compañero de trabajo de mi padre.

—Señor Allen tanto tiempo... estoy bien ¿y usted? —respondí también sonriendo, éste hombre me agrada.

Me alegro por ti, yo estoy muy bien —miró a un costado y alzó la mano —. Enseguida regreso, mi hijo está esperándome —señaló hacia atrás a modo de disculpa.

—Oh está bien —miré hacia dónde se dirigía y me quedé completamente helada.

¡¿Thomas?! ¿El chico popular del instituto, hijo del señor Allen? Ahora que lo pienso mejor... ¡Mierda, si! Se llama Thomas Allen. Pero nunca imaginé que sería el hijo de Albert.
¿Quién lo hubiese dicho?

Mi Lugar Eres Tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora