Capítulo 19: Vulnerable

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Mi madre tarareaba una canción mientras cocinaba y no pude evitar sentirme felíz por ella. Al parecer estaba mucho mejor está mañana.

—Por tu buen humor, supongo que arreglaron las cosas. 

Sonrió y asintió, dejando la preparación de galletas a un lado para mirarme mejor.

—No del todo, pero mejoraron bastante.

—Me alegro por eso... —tomé una galleta del plato y le dí un mordisco. Entonces resurgió en mi lo que me había dicho mi padre la última vez.
¿Le habría contado la verdad? ¿Sobre su investigación?

—Me explico el porqué se encontraba así. —Dijó como si pudiese leer mi mente.

—¿Así? ¿Y que era? —pregunté con sutileza. Tratando de averiguar que era aquello que tanto ocultaba.

Sacó otra fuente con galletas de chocolate del horno y las dejó sobre la encimera. Se acercó a mi, y su expresión cambió a una totalmente seria.

—Es un asunto complicado. Aunque no me contó todos los detalles... quiero que te cuides Sam.

—¿De qué hablas? —pregunté alarmada.

—Mientras menos sepas mejor. —Rodé los ojos, al oír lo mismo que me dijo hace tiempo mi padre.

—Si mi vida está en riesgo quiero saber que sucede.

—Esta bien —suspiró y sonreí interiormente, nunca podía ocultar nada —. Hay un hombre... un mafioso — se corrigió —. Que buscan desde hace mucho tiempo. A John le asignaron su busqueda ya que es unos de los que más experiencia tiene. Toda la comisaría está revoluciona y es que no encuentran rastros de ese tipo. Al parecer eso es lo que lo tiene tan preocupado —añadió sin tanta preocupación. Al parecer había aceptado las respuestas de mi padre.

—Ya me dijo eso, la otra vez. ¿Lo olvidaste?

—Oh —rió por lo bajo —. Lo había olvidado, en fin si ya lo sabes eso es todo. —Se encogió de hombros para restarle importancia, pero se veía algo tensa.

—¿Tan peligroso es ese tipo? —pregunté volviendo al tema.

—Así parece, por eso mientras no estes en casa ten cuidado. Él seguro sabe que tu padre lo está buscando. O tal vez no pero, más vale prevenir que lamentar. —Repitió la misma frase de siempre.

—¿Aún no encuentran nada? Cómo alguna pista o algo...

—Lamentablemente no. Es un tipo muy astuto no deja rastros en ningúna parte.

—Y si lo decubren... Todo volverá a la normalidad, ¿verdad?

—Espero que sí.

Volvió a sus quehaceres y me quedé pensando.. ¿Quién sería ese hombre?

No quería ni pensarlo. Mi padre estaba corriendo peligro y temí por él. ¿Y si le sucedía algo? Lo único que pedía era que encuentrasen rápido a ese tipo así todo acabase de una vez por todas.

(...)

—¿Porqué no llamaste? —fue lo primero que preguntó April al acercarme a ella. Estaba molesta lo notaba, porqué siempre que lo estaba adquiría un color rojizo en la cara. Más que el que comúnmente llevaba.

—Lo olvidé —respondí, sin tener más remedio que decir la verdad.

—¡Genial! Eres una amiga estupenda, ¿sabes? —dijó con sarcasmo. —Menos mal que no era de vida o muerte.

—No estoy para reproches tontos. —bufé, pero al instante me arrepentí de haberlo dicho.

—¿Qué? —preguntó sorprendida.

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