Capítulo 5: Un mal día

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Me senté en una de las mesas de la cafetería y ordené una bebida. Thomas llamó para que habláramos, le dije que lo haríamos mañana después de clases pero debido a su insistencia quedamos para hoy.

Ésta mañana me marché de la casa de April temprano, llegué a casa y mi familia había salido. Por un lado lo agradecí no quería que me preguntarán nada, solo en mi cara se notaba lo mal que me sentía.

No sabía muy bien que diría ésta vez, pero quería que ésto se resolviese o de una vez por todas. Y era que no podía seguir así, por que una vez que alguien traiciona tu confianza cuesta volver a creer. Y Thomas ya lo había hecho demasiadas veces...

—Perdón por la tardanza —su voz me sacó de mis pensamientos.

Se sentó y frunció el ceño al verme como dije, me veía realmente mal. Pero aún así, no dijo palabra alguna al respecto, debía ser porque en el fondo sabía que era culpa suya.

Llegó el camarero con mi bebida y me limité a darles las gracias, en voz baja.

—Primero que nada quiero que sepas que estoy muy arrepentido, lo último que quería era hacerte daño Sam —comenzó diciendo, y me preparé mentalmente para lo que venía.

—Pero lo hiciste. El daño y la traición ya están hechas, no hay nada que pueda cambiar eso.

—Lo lamento ¿si? Pero lo único que te puedo ofrecer para remendar esto, es mi palabra. Confía en mi Samantha no lo volverá a suceder.

—¿Que no volverá a suceder, las mentiras?

—No quería mentirte, te pensaba decir que iba a una fiesta. Pero cuando supe que Shirley también iría imaginé que no te agradaría.

—¿Por qué no me agradaría? Dejame pensar... Puede ser porque ¿me odia y me hace la vida imposible? O porque ¿es tu ex novia? —respondí sarcásticamente.

—Por favor Sam. No estoy para reclamos ni para soportar tus celos.

—¿Entonces para qué viniste? —pensó su respuesta, durante unos segundos.

—Lo siento. Sabes que digo cosas de las que me arrepiento luego.

Claro, siempre con el mismo cuento.

—Entonces ponte en mi lugar por un momento y dime. Si me pasara la noche de fiesta emborrachandome con mi ex novio y quien además te odia y jode la vida ¿no estarías furioso? —crucé mis brazos a la espera de su respuesta.

—Si, claro que lo estaría —admitió de una buena vez —. Estuve mal y lo se. Quiero que sepas que Shirley no significa nada para mi y lo sabes muy bien.

—Estoy aquí solo para que quede claro que... —seguí lo que mi cerebro me decía, por una vez —, esto no puede continuar así. Me molestó el hecho de que me mintieras y de que bebieras, sabes muy bien lo mucho que nos costo salir de eso —recordé apenada.

—No quería beber. Ayer te dije lo que sucedió. Y se muy bien, el daño que eso me ocasionó. Mi vida era un desastre, yo era un desastre hasta que llegaste tú. No tenía ningún motivo para cambiar. Pero cuando te conocí vi que eras una buena persona y cambié por que en en fondo sabía que no te merecía, eras demasiado buena para mi. Y si cambie fué por eso, para poder ser un poco mejor para ti.

—Entonces, demuéstralo. Aquella noche que dijiste que lo intentarías ¿la olvidaste?

—No, la recuerdo muy bien. Lo intenté Sam, cambié por ti. Y lo volvería a hacer si fuese necesario —tomó mi mano por encima de la mesa. No retiré mi mano, pero tampoco tomé la suya, solo me mantenía al márgen.

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