—¿Estás segura de esto? —volvió a preguntar.
—Eso creo.
—De acuerdo.
Se acercó a la puerta y tocó dos veces el timbre, volvió a mi lado y esperamos pacientemente que abriesen la puerta.
¿Si salía Nicholas? Lo más probable era que no me quisiese ver ni en figuritas... Estaba en una mala situación, una muy mala.
Se oyó el ruido de unas llaves y luego estás siendo insertadas en la cerradura.
Mi respiración se aceleró y los nervios me invadieron. ¿Qué le diría? "Hey Nicholas, solo vine a decirte que soy una estúpida y que no dejaré que te alejes de mi. Porqué significas más de lo que creía en mi vida, cosa que acabo de darme cuenta gracias a April. Lo que implica que cambié de opinión, ¿qué dices?
Que estupidez, estaba apunto de mover mis pies pero la puerta se abrió en ese instante.
Me quedé estática en el lugar, mientras ésta se abría en cámara lenta. Un alivio me invadió pero al mismo sentí algo de decepción, cuando ví a Rosalie, su madre allí.
—Hola señora. —Habló April primero.
—Hola. —Nos miró a ambas extrañada.
—¿Se acuerda de nosotras? —le preguntó esta vez.
—Lo siento... —negó —. Mi memoria está fallando últimamente.
—Vinimos al cumpleaños de Nicholas... Hace unos meses.
—¡Oh! —abrió los ojos —. Claro que si, ¿cómo están? —preguntó sonriente.
—Muy bien, ¿y usted? —se acercó más a mi, y golpeó sutilmente mi brazo. La miré mal, pero ni siquiera lo notó.
—Está... —carraspeé, reaccionando finalmente —. ¿Está Nicholas?
—Lo siento, acaba de salir hace unos minutos.
—Oh. —Hice una mueca de desagrado pero la borré al instante —. ¿Sabe si tardará?
—No lo se, nunca demora mucho en correr. —Comentó.
—¿Correr? —April soltó una risa y su madre se limita a asentir. —¿Ahora es deportista?
—Siempre le gustaron los deportes —dijó su madre, borrando la sonrisa de April.
—Será mejor que volvamos luego —dije, aprovechando la situación. Era mi momento para huir.
—Si gustan, pueden esperarlo. —Ofreció su madre.
—¡Claro! —se apresuró a responder April.
—Genial, de paso me hacen compañia. —Añadió sonriendo aún más, si eso era posible.
—De acuerdo. —Suspiré y nos adentramos a la casa.
Nuevamente, me quedé asombrada por la belleza de este lugar. Su madre nos invitó a tomar el té y obviamente April no se negó, siendo tan sinvergüenza como de costumbre.
—¿A que se dedica? —le pregunta después de unos segundos.
—Desde pequeña me gustó dibujar —tomó un sorbo de su té —. Y en mi adolecencia comencé con la pintura.
—¿Pinta? —. Sonreí masticando un muffins que se deshizo en mi paladar, sabía increíblemente bien.
—Así es, de hecho esos retratos lo hice yo misma. —Señaló detrás de nosotras.
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Mi Lugar Eres Tú
Teen FictionUn noviazgo, una mentira, un rompimiento, un corazón roto. Una familia que empieza a desmoronarse, una investigacion para atrapar a un criminal junto con muchas preguntas sin resolver. Un chico nuevo en su vida, y un corazon dividido entre dos perso...