A mitad de la semana ya tenía la mayoría de mis tareas y trabajos terminados, incluso mi exposición. Estaba agotada y no tan solo por los estudios por todo en realidad... Pero, no podía evitar el sentirme nerviosa, no quería imaginar como sería estar frente a todos. Hace bastante no hacía esto, solo esperaba que todo saliera bien.
-Estaba pensando que el Viernes podríamos ir a dar una vuelta -. La voz de April me sacó de mis cavilaciones.
-Puede ser... No espera, el viernes daré la exposición -moví la cabeza a modo de negación.
-Por eso -alzó las cejas exasperada -. Si te va bien, salimos a festejar y si te va mal salimos para que te despejes. ¿Qué dices?
Sin poder evitarlo una risa brotó de mis labios. Por más de que este en mi peor día, ella siempre me sacaba una sonrisa. Esque, ¿cómo no reír? Si inclusive, era mejor animadora que los payasos del circo.
-Solo si apruebo, saldremos.
-Esta bien, procura hacerlo -suspiró.
-Haré lo posibles. ¿Y tú como vas con Zac? -cambié de tema.
Desde la primera vez que habían salido no sabía nada sobre ellos. Aunque la había visto más alegre de lo habitual estos últimos días, lo que implicaba que sería más que bien.
-De maravilla -. Su cara se iluminó, como lo hacía cada vez que oía su nombre. -Es muy gracioso y me la pasé muy bien cuando salimos pero, todavía no pasó nada -bufó con clara molestia.
-Tiempo al tiempo April. Recién empiezan a salir, no quieras apurar las cosas.
-Si claro -hizo una mueca de disgusto -. Por cierto el Lunes pase a buscarte y no estabas -. Achicó los ojos desafiante -. Cuando hayas salido sin mi...
-No, estaba en la biblioteca -recordé con una sonrisa.
-De modo que volviste a leer.
Sabía de mi pasión por la lectura aunque lamentablemente, no la compartía. No había caso con ella, traté de que leyera al menos un libro pero... no, se negó diciendo; -No quiero terminar como tú, sin ofender. Pero no tengo tiempo para desperdiciar. Cuando sea mayor y no tenga nada que hacer con mi aburrida vida, probablemente léa.
Puse los ojos en blanco al recordar sus palabras, no sabía lo que decía.
-¿Recuerdas ese chico que siempre llevaba algún libro?
Frunció el ceño unos segundos hasta que al parecer, logró recordarlo.
-Si, ¿por?
-La semana pasada intenté copiar el examen de un chico que nunca antes había visto en la clase de Literatura. Resulta que, luego me encontré en la biblioteca al chico de los libros y adivina que... ¡eran la misma persona!
-Vaya... -abrió los ojos -. ¿Intentaste copiar un examen? ¿Tú? -preguntó, obviando la parte del chico.
-Si, aunque no lo hice soy un fracaso para esas cosas. Pero de eso no estoy hablando -le recordé.
-Ya me imagino -hizo una cara de completo horror -. Te tendré que enseñarte luego. Ahora si, me hablabas del chico de los libros, ¿cómo es? -añadió con curiosidad.
-Es diferente...
-Alguién que se la pasa leyendo, sin lugar a dudas es diferente. -La fulminé con la mirada y se encogió de hombros.
-Me refiero a que no es la clase de chico diferente, que pensábamos. Es simpático, amable y muy sociable.
-Que raro. También pensé que sería diferente, como no tiene amigos ni nada tal vez sea antisocial.
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Mi Lugar Eres Tú
Ficção AdolescenteUn noviazgo, una mentira, un rompimiento, un corazón roto. Una familia que empieza a desmoronarse, una investigacion para atrapar a un criminal junto con muchas preguntas sin resolver. Un chico nuevo en su vida, y un corazon dividido entre dos perso...