Capítulo 38: Confesiones

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Me pasé toda la tarde allí, tenía sueño y estaba muy cansada. Pero no pensaba irme, Thomas me necesitaba justo ahora.

Estaba sola en este momento, mi madre se había ido a buscar a Nick y mi padre fué a tomar una ducha para volver más tarde... Mientras que el señor Allen, hacía un rato que había salido afuera a tomar un poco de aire.

Aún no podíamos entrar y eso me desesperaba, necesitaba verlo tan solo una vez más. Mis parpados pesaban y me apoye en el respaldar de la silla, tal vez durmiera un rato. Estaba luchando contra la inconsciencia y mis ojos estaban a punto de cerrarse...

—Sam! —un chillido hizo que me sobresaltara —. ¿Qué pasó? ¿Por qué estás aquí? —llegó April preocupada y me abrazó.

—Estoy bien, no me pasó nada al menos físicamente —me encogi de hombros.

—¿Te atacaron? —señaló mi mejilla que seguramente estaría lastimada con rasguños, pero negué —. ¿Entonces que sucedió?

—Es una historia muy larga y me duele demasiado la cabeza prefiero no hablar sobre eso... -

—Oh no Samantha —chasqueó la lengua —. Me lo dirás todo ahora, tú madre me prometió que me dirías lo que estaba sucediendo.

—De acuerdo —rodé los ojos —. Te contaré —cedí finalmente.

Sonrió triunfante.

—Espera aún no, ahí viene Nicholas —señaló detrás de mi.

Me volteé confundida y lo ví con el ceño fruncido viniendo hacia nosotras.

—¿Qué hace aquí? —dije, entre susurros.

—Yo le conté, espero que no te moleste —sonrió de lado, ocultando alguna de las suyas.

—Descuida, esta bien.

—Sam, ¿que pasó? April me contó que estabas aquí, estaba preocupado... —se veía alterado, se detuvo y me inspeccionó con la vista. Verificando mi buen estado.

—Tranquilo yo estoy bien y le estaba por contar a April lo que sucedió, ya que ninguno de ustedes lo sabe. —Asintió y tomó asiento a mi lado.

—Ahora sí. —April me miró impaciente.

—Hace un tiempo mi padre comenzó a comportarse extraño —comencé a decir —..., llegaba tarde a casa ponía de excusa el trabajo y mi madre sospechaba que la engañaba.

—¿Qué? ¿La engaña? —abrió la boca.

—No April, dejame hablar —continúe—. Empecé a averiguar en secreto todas aquellas dudas que tenía. Buscaban a un mafioso muy importante por eso es que estaba tan alterado. Después de un tiempo descubrí que Thomas estaba involucrado en la investigación también, hable con él pero no quiso decirme nada. Yo estaba muy preocupada por mi familia, según mi padre todos corríamos peligro. Y tan solo hace unos pocos días revisando su computadora encontré el informe y descubrí quien era ese mafioso. —Tragué en seco al recordar a Smit, y el terror que le tenía a ese hombre.

—¿Quién? —preguntaron al unísono.

—El mafioso es Williams Smit —levanté la vista y April estaba sin habla, mientras que Nicholas seguía sin entender de quién se trataba —. Es el padre de Shirley —aclaré.

—¿Shirley? —asintió y abrió los ojos de par en par.

—Hace dos dias llegué a casa y mi papá nos prohibió salir de allí. Según él nos harían daño, se fué despidiéndose de todos como si... No fuese a regresar. Y esa misma noche fue Thomas a casa y decidí seguirlo. Llegamos a la casa de Shriley y allí descubrí varias cosas. Thomas había vuelto con Shirley solamente por la investigación ya que, no conseguían pruebas suficientes contra su padre. Ella le dijo que me haría daño por haberla engañado, yo estaba escuchando todo esto detrás de una puerta. Thomas le preguntó el porqué me odiaba tanto y ella dijo... —la voz me tembló, y no de dolor si no de rabia —. Que era mi prima.

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