Era Viernes y por ende el último día de la semana, me dirigí a la clase de literatura y me senté como de costumbre al fondo del salón.
Nicholas se había adelantado... ya debería estar aquí. Lo busqué con la mirada y lo encontré casi en la punta de la fila sentado junto a aquella chica. ¿Cómo se llamaba? ¿Candas? No... ¿Cintia? Como sea, con esa.
Me quedé viéndolos un instante y cuando Nicholas me vió, me hice la distraída hasta que oí cuando decía mi nombre. Giré disimuladamente, y estaba haciéndome señas de que fuese con ellos. Pero la chica a su lado al darse cuenta, dejó de sonreír y me miró mal.
¿Qué carajos le pasaba? Negué con la cabeza y no los volví a mirar.
La clase pasó lentamente... De vez en cuando me obligué a prestar atención no quería más problemas con el señor Thompson. Pero mi mente no quería centrarse en el profesor.
¿Qué sería lo que mi padre ocultaba? ¿Thomas estaría involucrado también? Se que ayudaba al señor Allen, su padre, con las investigaciónes para tener experiencia. Pero esto era muy diferente esto era... demasiado arriesgado.
Me preocupaba tanto él como mi padre. Y sabía que no debía ser así con todo lo que me había hecho, sin embargo era lo que sentía y no podía hacer nada contra eso.
El timbre de salida sonó, y guardé sin ganas mis cosas. Una semanas más había llegado a su fin.
Me puse la mochila en el hombro y avancé detrás de los alumnos que salían lo más rápido que podían, como si estuviesen escapando de algún tipo de prisión.
Al llegar a la salida busqué la melena pelirroja de April, entre los alumnos. Cuándo la encontré me acerqué a ella.
—¿Qué tal tu día, cariño? —preguntó colocándose sus gafas de sol.
—Aburrido, por cierto me gustan tus gafas —se las quité y me las coloqué.
—Me quedan mejor —sacó la lengua y se las volvió a poner.
—De todos modos no me gusta usar gafas. —Moví mi mano, para restarle importancia.
—¿Y Nicholas?
—No lo sé.
—¿Porqué no lo sabes?
—¿Porqué tendría que saberlo? —pregunté a la defensiva.
—Porque estaba contigo en clases.
—Ni siquiera estuvo conmigo —recordé de mal humor.
—¿Por qué?
—Se sentó con la chica de la otra vez —rodé los ojos.
—¿Con quién? —April lucía cada vez más confundida.
—Con esa chica que le coqueteó la otra vez. ¿Candy? ¿Cintia? ¿Candas? ¿Corney? ¡Como sea! —casi gruñí por no recordar el nombre de la maldita.
—Ah... hablas de Cindy —dijó finalmente.
—Si de esa.
—¿De modo que se sentó con ella hoy?
—Si eso acabo de decir.
—Pagaría por haber visto tu cara —rió fuertemente. ¿Era en serio?
—Solo vámonos, ¿quieres? —tomé su mano.
—¿Qué hay de Ni...?
—Cuando vea que no estamos aquí, se irá solo.
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Mi Lugar Eres Tú
Teen FictionUn noviazgo, una mentira, un rompimiento, un corazón roto. Una familia que empieza a desmoronarse, una investigacion para atrapar a un criminal junto con muchas preguntas sin resolver. Un chico nuevo en su vida, y un corazon dividido entre dos perso...