Capítulo 6: Problemas

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El resto de la semana me la pase atareada. El último semestre estaba por comenzar por lo tanto, tenía muchos trabajos y exámenes a menudo.

Los profesores parecían ponerse de acuerdo para evaluarnos, uno tras otro... Siempre pasaba lo mismo y eso que recién estaba comenzando, con los verdaderos estudios. Que no solo eran unas cuantas hojas al igual que la preparatoria.

Pero por otro lado, me siento bastante orgullosa de estar a punto de terminar mi primer año de Universidad. El profesorado de Literatura es lo que decidí estudiar, me gustaba mucho el hecho de leer y escribir. Y es lo que quiero hacer, enseñar a los demás es para lo que estoy hecha. Además es mi sueño... Desde pequeña siempre me gustó jugar a la maestra, en casa de April más específicamente en la casita del árbol era donde solíamos jugar. Nos la pasábamos los veranos allí, Will su padre, la hizo para ella y tenía un gran valor sentimental.

Mis padres estuvieron de acuerdo con que estudiara esto ya que, es lo que me gusta y me hace feliz. Y agradezco que así sea.

Aunque hay algo que debo admitir y es que he dejado lo que me apasiona de lado. Por lo que, últimamente me pregunto... Si, ¿es lo que realmente me apasiona?

El timbre que indica el cambio de hora, me sacó de mis cavilaciones y volví al presente de un segundo a otro.

Alcé mis cosas y me dirigí a mi casillero. Guardé mis libros y saqué los que necesitaría, como era Viernes la última clase que me quedaba era Literatura.

¿Había algo para hoy? Hice memoria pero no recordé nada, y lo peor era que algo me decía que lo que olvidaba era importante.

Decidí abrir el cuaderno, pero tampoco tenía nada anotado allí. Y justo allí recordé la conversación con el señor Thompson ¡El examen! No puede ser, ¡es hoy!

¿Cómo lo pude olvidar?

Pensé en no ir a la clase aunque no serviría de nada. De todos modos no me daría otra oportunidad. El profesor tenía toda la razón estoy muy distraída últimamente. ¿Qué rayos me pasa?

El timbre volvió a sonar, suspiré mientras cerraba el casillero. Me dirigí a la clase a paso lento. Creo que ni el primer día estuve tan nerviosa como ahora... Y es que, siempre obtuve buenas calificaciones, nunca antes descuide mis estudios. Y eso me ponía más nerviosa todavía.

Llegué a la clase y tomé asiento casi al final, tal vez recordaba algo de lo visto y no me iba tan mal después de todo.

A los pocos minutos apareció el profesor y nos indicó que saquemos una hoja, como lo hacía siempre a la hora de evaluar.

Cuando escribió las preguntas me di cuenta que no sabía absolutamente nada, debió ser de lo que habló la última clase.

Maldición. ¡Si hubiese prestado atención esto no estaría pasando!

Giré lentamente la cabeza y ví a mi lado un chico que escribía como si se supiera todo de memoria. Si me inclinaba un poco tal vez podría ver algo... Observé fugazmente su hoja, no había caso su letra era difícil de entender aunque, era muy linda la verdad.

Me concentré en el examen pero nada vino a mi mente. Tenía la hoja en blanco y mi cerebro estaba nulo. Observé la hoja indefinidamente, hasta que el chico que se encontraba a mi lado comenzó a guardar sus cosas, había terminado. Lo miré por un instante, pero nunca antes lo había visto...

Tenía el cabello castaño oscuro corto a los lados y unos hermosos ojos verdes, su ceño estaba levemente fruncido mientras seguía guardando sus cosas. Y debo decir que era realmente guapo.

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