Four.

7.3K 532 15
                                    


  Actualidad.

Evan—

Otro día asqueroso en la universidad.
Estaciono mi moto y bajo con mi mochila al hombro tirando una colilla de cigarrillo en el césped recién cortado.
Los autos de James y Malcom estaban allí así que supongo que se encuentran adentro, esperándome y guardándome un lugar.
Camino lentamente sin la importancia de que llego tarde. Para qué apurarme si ya llego tarde de todos modos.
Tomo mi tiempo hasta llegar al corredor principal y luego me dirijo a la clase del Sr. Colder. Ay... el viejo y cascarrabias Colder.
Toco la puerta y esta se abre dejando ver su rostro molesto.
– El tráfico. – excuso.
– Siempre es el tráfico. – Dice el cerrando la puerta detrás de mi. – Vas a tener que salir más temprano de casa si quieres aprobar la asignatura.
Asiento sonriendo y me dirijo a mi puesto.
James y Malcom me saludan haciendo un gesto con la mirada y yo se las devuelvo.
– En el campo de medios de comunicación la preparación de los materiales es súper importante ya que... – Colder comienza con su clase y yo me obligo a tomar apuntes.
A pesar de que odio venir, es la única forma de conseguir un trabajo estable y que me de ganancias. Podría terminar siendo un productor importantísimo en Los Ángeles, quizá llegue a Director, quizá termine casándome con una importante actriz. Quién sabe.

Mis manos vuelan sobre la hoja escribiendo tratando de no perder ni una palabra de lo que Colder dice. Ya de por sí no nos caemos bien así que ahorrarme el : "Disculpe profesor, ¡podría repetir?"  Me ahorrarían dolores de cabeza. 
Pero una bola de papel choca en mi cuaderno y obstruye los renglones.
La hago a un lado y sigo tomando apuntes hasta que Colder nos da un respiro.
Abro el papel y trato de entender la desastrosa caligrafía de Malcom.

"Nueva chica. Un bombón."

Sonrió de lado y garabateo una respuesta.

"Qué bueno que vine."

Se la lanzo de nuevo y espero a que responda.

"No tan rápido, James la vio primero."

Miro hacia James y él me guiña un ojo. Hago un gesto de disgusto.

" Para qué me ilusionan."

Contesto.

Los dos comienzan a reír y llaman la atención de Colder.

– ¿Algo interesante para aportar? – Frunce el ceño.
– No señor. – contesta Malcom tragando su risa.

La clase continua pero ahora escribo automáticamente porque mi mente piensa en la nueva chica de la universidad. Pues para que James se fijara en ella debe ser muy linda.
Me concentro en Colder y me mantengo mirándolo hasta que la clase termina.
Luego de que se cumpliera el horario de Colder, James y Malcom se acercan.

– Así que el tráfico de nuevo. – Ríe James burlándose.
– El maldito despertador se quedó sin pilas de nuevo. – Digo guardando mis cosas y encaminándome hacia los pasillos.
Malcom y James ríen con ganas.
Les doy un zape a los dos.
– Ya, no te esponjes. – Dice James. – Quiero mostrarte al amor de mi vida. – Hace cara de idiota.
– No me digas que es de esas tonterías de amor a primera vista. – río.
– Claro que no. – sonríe. – sólo quiero que conozca mi cama. – Guiña un ojo.
Comenzamos a caminar hasta la cafetería.
Muero de hambre. Al salir apurado olvidé desayunar.
Entramos a la cafetería y escogemos una mesa.
– Mira quién está allá. – dice James a Malcom – Barbie. – lo codea.
– Oh, por favor... – Toma su cabeza entre las manos. – después de nuestra noche no ha dejado de llamarme... Tuve que decirle que solo había sido un polvo. – Levanta sus manos. – ahora me odia.
– Ellas saben con quién se meten. – Dejo caer mis manos en la mesa. – creen que podrán domarnos pero no es así. – Sonrío de lado.
– Tenemos nuestra reputación, no somos santos. – Dice James concordando conmigo.

Me levanto a buscar una bandeja y escoger algo para desayunar.
Al volver a la mesa, James ya no estaba.

– ¿Donde está James? – Pregunto.
– Con la chica nueva. – apunta hacia una morocha de espaldas.
James está con su sonrisa de galán y dice algunas palabras. La chica sólo está parada sin hacer ningún movimiento, más que sostener una botella de agua en su mano derecha.
Vuelvo mi vista hacia mi bandeja y pronto siento cuando James vuelve.
– ¿Qué paso? ¿Ya tienes cita? – pregunta Malcom.
– Me rebotaron. – Dice en tono molesto. – me acaban de rebotar... ¡A mí! – se apunta a sí mismo.
Nosotros comenzamos a reír a carcajadas.
– Esto no se queda así. – frunce el ceño.
– Conoces las reglas amigo, me toca a mi. – Dice  Malcom tomando un trago de jugo y yendo hasta la morocha que acaba de tomar asiento en una mesa vacía.
James y yo lo miramos expectantes.
Él se acomoda un poco el pelo y se acerca, se sienta delante de ella... Tenemos la vista perfecta, sólo que no puedo ver la cara de ella. La curiosidad me carcome.
Después de un par de sonrisas, la cara de Malcom cambia y queda en un rostro inexpresivo.
Codeo a James.
– Lo van a rebotar. – Digo con un toque de risa en mi voz.
Malcom trata de acariciarla pero ella le pega en su mano y hace que choque contra la mesa. La sorpresa se hace presente en la cara de Malcom y no le queda otra que volver a donde estamos.
La morocha cansada se retira de la cafetería con un libro en su mano derecha y en su hombro izquierdo un bolso negro.
– No puedo creerlo. – Dice el sentándose a mi lado.
– Ustedes no han aprendido de mi. – me señalo con el pulgar. – Cuando quieres a una mujer y esta se hace la difícil – explico. – vas y la tomas de gusto.
– Quiero ver tu cara cuando te reboten. – Dice James riendo.
– Ya lo veremos.
Me levanto de mi silla y camino entre las mesas para salir en busca de la morocha pero una mano me para.
– Evan, cariño. – Sonríe coqueta.
Genial.
Megan otra vez.
– Hola lindura, después te hablo tengo que ir a buscar un par de libros... – Trato de liberarme pero sujeta más fuerte.
– Eso me dijiste hace una semana... – Frunce el ceño. – y aún no me has hablado.
– Perdí mi celular. – excuso.
Ella afloja su agarre y yo me suelto. – de verdad, después hablamos. – digo guiñándole un ojo.
Ella queda conforme y sonríe triunfadora ante sus amigas.
– Ingenua. – pienso.

Recorro los pasillos buscándola pero no la encuentro.
Hasta que la veo parada con su celular en la mano texteando algo.

Me acerco a ella y la tomo de la cintura. Su cuerpo se estremece.
– Hola cielo. – Digo susurrando en su oído.
Su cuerpo se relaja y poco después siento un codazo en mi estómago.
Me retuerzo.
Ella gira y veo su rostro.
– Veo que no me reconociste. – dice ella con una sonrisa en su rostro. – pero sin embargo, tú no has cambiado en nada.
Me quedo sin aire y sin habla.
¿Acaso veo fantasmas?
– ¿Julia Watson? – Logro articular.  

Regresaras de Rodillas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora