Las minis vacaciones de las fiestas fueron geniales. En una semana, ya hice un álbum completo con mi cámara instantánea. Sólo en dos días.
Bueno, en realidad habíamos salido con Evan a pasear y llevé mi cámara y no pude evitar sacar fotos. Se me fue un poco la mano, supongo. Pero es imposible no sacar fotos de San Francisco en estas épocas.
Evan también llevó su cámara. Me había comentado que se la había dado a James cuando nos habíamos separado, pero luego cuando nos reconciliamos, James se la devolvió para que él pudiera continuar con su famoso documental.
Así que, mientras él me grababa con su cámara filmadora, yo le sacaba fotos, y así nos la pasamos todo el día y la tarde. Y para fin de año, pues fue inevitable sacar fotos con la familia y los niños, sin mencionar que Ian robó mi cámara y nos sacó fotos a Evan y a mí cuando estábamos besándonos en la cocina. También le sacó fotos a Titan, el perro caballo. Así que me llevo un alto de fotos a mi apartamento para comenzar el año.
Ni bien llego a mi apartamento, le marco a Clarie para decirle que quiero que nos veamos. Nos hemos saludado por celular, pero no es lo mismo que darle un abrazo a la rubia loca de Clarie. Además tengo su regalo y quiero ver la cara que pone al ver las sandalias que le compré.
-Te veo en diez minutos.- dice cuando llamo para invitarla a nuestro café favorito.
Me cambio, con un sweater de color verde con un motivo medio a Mandala, unos jeans negros, y unas botas bajas de color negro. El pelo suelto con un gorro de lana negro. Sin olvidar la enorme caja del regalo para Clarie, y además el regalo para Steve. Las cosas aún siguen medio tensas, así que se lo daré a Clarie para que se lo entregue.
Al llegar Clarie ya está allí en nuestro asiento, esperándome y cuando me ve entrar comienza a gritar y me estrecha en un abrazo. La gente nos mira. Pasaron solo siete días. Pero Clarie reacciona como si hubieran pasado siete años. Nos mecemos un poco y reímos por ser tan alborotadas. Ni bien nos separamos le extiendo el paquete y ella me mira con la boca abierta.
-Maldita, no debiste.- dice tomando la caja. -¿Qué demonios es?- ríe.- Es bastante grande.
Comienzo a reír y me siento en la silla de nuestra mesa.-Anda, abre. Quiero ver si le pegué al talle.
Ella comienza a rasgar el papel y abre la caja. Un sonrisa más grande que la del gato de Alicia en el País de las Maravillas, aparece en su rostro.
-Me muero. Me muero.- comienza a chillar.- ¡¡¡Los amo!!!- saca uno y lo observa.
- Sabía que te gustarían.
- Son geniales. Gracias, amiga. - me abraza y luego se sienta en su silla.
Me siento delante de ella y le hago una seña a Jeff para que nos tome el pedido.
-¡Hey! No habrás pensado que me olvidé de tu regalo ¿no?- dice mientras hurga en su bolso.
-Oh, no lo hiciste.- murmuro viendo el paquete que saca de su bolso.
-Sí, si lo hice.- me entrega el paquete.
Lo tomo y lo siento pesado. Me apuro en rasgar el papel y cuando lo veo me sale un pequeño grito e emoción. Son dos libros. Uno es de Megan Maxwell y el otro es de Nicholas Sparks.
-No sabía cual podría gustarte así que traje los dos. - se encoje de hombros.
-Maldita, te adoro.- chillo emocionada. - no debiste.-Vamos a lo serio, cuéntame de tus vacaciones con tus suegros.- ríe mientras nos acomodamos mejor en las sillas.
Evan-
Ya había ido a visitar a James y habíamos hablado de esta semana de locos y nos habíamos tomado un par de latas de cerveza. Las cosas con nuestras chicas estaban más que bien, pero tenía una única cuenta pendiente de la cual necesitaba la ayuda de James. Ahora íbamos en camino al apartamento de Patrick para tener novedades.
Cuando Patrick nos abre la puerta, automáticamente muestra un ceño fruncido y su mirada no se despega de James. James hace lo mismo y parece que en cualquier momento van a darse un buen golpe en la cara.
-¡Hey! No era para que se golpearan entre ustedes.- me interpongo.
-¿Por qué trajiste a este idiota?- pregunta Patrick con un tono de voz oscuro.
-¿Idiota?- ríe James- no pienso ayudar a este perdedor.
- Tranquilos.- intervengo- James es uno de mis mejores amigos.- le digo a Patrick.- Y Patrick...- miro a James.- es mi cuñado y los dos necesitamos ayuda.
Los dos parecen calmarse pero aún se siente la tensión en el ambiente.
Tengo entendido que los dos tienen un problema por Clarie. Entiendo a James por que si fuera a la inversa y me pasara lo mismo con Steve no estaría para nada cómodo.
Patrick nos hace entrar y me explica que ha conseguido saber donde estará esta noche el idiota que quiso drogar a Julia y aprovecharse de ella. Ha pasado un tiempo, pero la venganza se cumplirá. De sólo pensar que le pudo hacer semejante daño me hierve la sangre y me las tiene que pagar. No sólo yo quiero matarlo a golpes. Patrick, seguramente quiere masacrarlo, escupir el cadáver y tirarlo por una barranca. Aún así no planeamos matarlo, sólo asustarlo.
Sí, sólo eso.
Por lo menos yo no planeo matarlo en serio. Espero que Patrick no se desquicie.
***
Le he dicho a Julia que tenía que dejar unos cuantos currículums por ahí porque necesitaba dinero, así que esa noche no iría a cenar con ella. En realidad le miento, porque si le digo que iré con seis chicos más a buscar a ese idiota tal vez todo termine saliendo al revés y no la quiero metida en esto. James le dice lo mismo a Clarie, no quiere que se preocupe ya demás le iría con el chisme a Julia.
Estamos a las afueras de un bar que parece de película de terror, no sé como es que hay este tipo de lugarejos en LA, pero al parecer este tipo anda en cosas raras. Estamos en dos autos. Yo voy con Patrick y Brad en el auto de Pat y James va con Marcus, y sus hermanos, que decidieron venir a ayudarnos.
Nos quedamos en la oscuridad vigilando el bar y a cada rato nos comunicamos por mensajes de texto como si fuéramos el comando de seguridad de la casa blanca.
Patrick me da un codazo cuando lo ve salir del bar con tres tipos más. Entonces le hago sonar el celular a James y bajamos del auto.
Nos bajamos en silencio y caminamos. Comienzo a sentir la adrenalina en mi cuerpo y cuando nos vamos acercando veo como el tipo rubio y alto nos mir desconcertados y ahí es cuando sin decir nada le pego con el bate que llevo en la mano. El tipo cae tocándose la cabeza. Pero de inmediato veo siento un golpe en la espalda y me giro como puedo pegándole a un tipo en las costillas. Veo a James darle puñetazos a un chico de color muy alto, Patrick está pegándole en el suelo al tipo que quiso abusar de Julia, mientras le grita cosas. Veo a otro acercarse y le doy con el bate en las costillas. Cuando cae lo pateo hasta que veo que ya no puede levantarse. Veo salir a dos tipos más del bar que viene al rescate del idiota y sus amigos. Marcus lo recibe con un golpe en la mandíbula, pero el gorila le hace un tacle y lo tira al suelo y allí se trenzan en golpes.
El ruido que hacemos hace que más personas salgan del bar. Seguramente ya han llamado a la policía y no tardan en venir.
Veo venir a un idiota con su puño listo para impactar en mi cara, pero trato de esquivarlo como puedo. El tipo toma mi muñeca y me retuerce el brazo haciendo que tire mi bate antes de que pudiera pegarle. Chillo del dolor pero luego hundo mi codo en su estómago. El tipo lanza un quejido seco. Se ha queda sin aire.
Siento la sirena de la policía a lo lejos. Marcus comienza a gritar que es hora de irnos, pero Patrick sigue a los puñetazos con el idiota que trato de abusar de Julia.
Me acerco y tomo a Patrick por los hombros, tratando de sacarlo de su furia, pero no puedo. No hay caso. Está poseído.
-La Policía, viejo. - le grito.
El parece reaccionar y lo suelta.
Patrick se levanta y gira para correr al auto.
En una fracción de segundo ocurre todo.
Gritos. La policía. Un arma. Un disparo. Un herido.
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Regresaras de Rodillas.
Teen FictionJulia había sido engañada como miles de chicas. Su primera vez tenía que ser un momento especial, tierno y romántico. Sin embargo, no eligió muy bien al chico a quién entregarle su virginidad. Evan Stone y Julia Watson era los mejores amigos. Como...