Evan –
Julia se estaba demorando, a lo mejor había pasado algo malo en casa de sus padres u otra cosa.
Comienzo a preocuparme y cuando me decido a levantarme para ir a buscarla, ella aparece por el umbral de la puerta de mi habitación, tomándome por el cuello y besándome tan salvaje que por un rato pensé que no era ella. Puse mis manos en su espalda baja y la volví a tumbar en la cama para retomar en dónde habíamos quedado.
–¿Está todo bien? – pregunto entre besos.
–Si.
No me deja seguir preguntando, y pues no sé cómo me tumba ella a mí y comienza a jugar con mi cuello, dejando besos por mi pecho hasta la clavícula.
Las otras prendas que nos quedaban desaparecieron con tan sólo chasquear los dedos.
Me detuve a observarla, a admirar cada milímetro de piel bronceada, marcas de estrías por la pubertad, algunos rollitos productos de comida chatarra, una chica normal, como cualquier otra. Amo que sea así, con imperfecciones que la hacen perfecta, que no se avergüenza de mostrar lo que ella es.
Ver sus pezones duros me hace desearla aún más y antes de entrar en ella la miro a los ojos y le digo que la amo, que la amo tanto que tal vez estoy loco, pero soy el loco más feliz de este maldito mundo. Ella sólo se limita besarme de nuevo y a pasar sus manos por mi espalda, bajando más y más.
Ya no podemos esperar más, eso tenía que suceder y con movimientos suaves y escondiendo mi cabeza en su cuello, aspiro su aroma, entrando y saliendo, rozando su piel, sintiendo sus suspiros y jadeos en mi oreja, queriendo que ese momento durara para siempre en mi memoria.
***
A la mañana siguiente, me despierto lenta y perezosamente. Realmente ha sido genial hacer el amor con ella. Las sábanas sólo cubren mi pierna izquierda, he estado tan cansado que me dormí sin si quiera taparme bueno, no tengo nada que no me haya visto en la noche.
Me sonrío imaginando la cara de Julia en la mañana al vernos así.
Ella no está, así que supongo que debe estar en el baño por ducharse.
Me levanto con las intenciones de ducharme con ella, pero para mi sorpresa no está en el baño.
Voy a la cocina, sin siquiera ponerme bóxer. Tampoco.
Soy un loco que anda caminando desnudo buscando a alguien que no está
Por pura casualidad se me da por mirar la mesa y veo un cuaderno y un felpón rojo encima, me ha dejado una nota.
Espero que lo de anoche haya sido suficiente para que no te quitarán tu moto. Aún no puedo creer que montaste todo un circo por una apuesta. Tú no cambias más. No me llames y tampoco me busques en mi apartamento, no volveré.
Mi corazón se congela en mi pecho y mis piernas tiemblan un poco...
–¿Qué demonios?
Vuelvo rápidamente a mi habitación y levanto lo primero que encuentro, me cambio y me cruzo a su apartamento.
Golpeo varias veces, pero es cierto lo de la nota, no está.
Llamo a James.
–Hola, bro.
–Te voy a matar. – rugí por el teléfono.– No era necesario que me jodieras de esa manera. – dije gritando y volví a mi apartamento para buscar las llaves de mi moto.
–No sé de qué mierda hablas. Calmat
–¡No me calmo nada! Eres un bastardo, ¡Jugar sucio! ¿En serio? Eres una mierda.
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Regresaras de Rodillas.
Teen FictionJulia había sido engañada como miles de chicas. Su primera vez tenía que ser un momento especial, tierno y romántico. Sin embargo, no eligió muy bien al chico a quién entregarle su virginidad. Evan Stone y Julia Watson era los mejores amigos. Como...