Forty Three.

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Faltaba sólo una semana para Navidad. Aún no le había comentado nada a mis padres sobre lo que habíamos decidido Evan y yo. Bueno, en realidad no les conté nada de nada.
Con Evan habíamos quedado en decirlo la noche de Navidad a las dos familias juntas. O sea que hasta entonces no diríamos que somos pareja.

Voy a la casa de mis padres en un taxi, porque ya no me queda tan cerca como antes. Evan se había ido con James a hacer unas compras navideñas. Las cosas había vuelto a cambiar un cien por ciento. Clarie dejó a Patrick por James. ¿Cómo fue? Después de que Clarie viera como James se preocupaba por ayudar a Evan conmigo, fue como que la estupidez que veía en él desapareció y comenzó a hablarle amistosamente. Después James invitó a Clarie a otra cita, en la que la pasaron genial porque fueron al muelle y luego a patinar en el Culver Ice Arena. No era novedad que a Clarie le atraía, pero nunca pensó que James esa tarde le entregara una cajita de terciopelo azul con una delicada cadena de plata con un dije de la C. Cuando Clarie le preguntó: "¿Por qué?" él le respondió: "Por todos los engaños y mentiras. Y por ser un idiota contigo. Nunca me había tomado el tiempo para conocerte de verdad y ahora que lo hice, veo que eres genial y que eres una chica maravillosa. Tómalo como una disculpa". Después de eso Clarie no pudo más y dejó a Patrick no sin antes decirle que terminaba con él porque su corazón le pertenecía a otro hombre. Patrick supo comprender, aunque se la pasó un poco raro los últimos días. Igual estoy feliz por Clarie, y no tengo nada que reclamarle con respecto a Patrick porque no sería justo siendo que ella no me reclamó nada cuando yo terminé con Steve. También era bastante obvio que la rubia terminaría con Adams. Me lo veía venir tarde o temprano.

Cambiando de tema, Evan y yo nos la pasamos juntos toda esta semana, bueno cuatro meses y medios distanciados tienen que recuperarse de alguna manera.

Llámennos locos, pero es hermoso pasear por la playa cuando hace frío. Obvio que nos equipamos bien y llevamos una carpa con colchas y un termo lleno de chocolate caliente para mirar la vista al mar mientras la brisa fresca nos azotaba la cara. Me sorprende lo profundo y romántico que puede llegar a ser pasar una tarde sentada mirando al mar con él a mi lado. Es como un momento de paz, de tranquilidad en todo el caos que puede llegar a ser el mundo, es un cable a tierra. Un hermoso cable a tierra.

Cuando llego a la casa de mis padres, el ambiente se ve tranquilo. Nada de gritos, ni discusiones. El auto de papá no está, pero puedo sentir ruidos en la cocina.

Con razón, mamá está sola en casa.

—¿Mamá?— hablo mientras cierro la puerta detrás de mí y tiro las llaves al sofá.
Mamá no contesta.
Entro a la cocina y la veo nerviosa pasarse una mano por las mejillas mientras se oculta en la heladera buscando algo.
—Ay, Juli, no sabía que ibas a venir. — la siento decir detrás de la puerta de la heladera.

¿Acaso está llorando?

—Mamá ¿Estás bien?

—Si, sí. — dice aún atrás de la puerta.
—Mamá sal de ahí, no vas a engañarme.

Ella cierra lentamente la puerta y me mira tratando de esconder sus lágrimas, pero sus ojos están cristalinos y su nariz está colorada.
—¿Qué sucedió?
Ella se sienta en la mesa de la cocina y suspira pesadamente.— Tu padre. Las cosas están cada vez peor y... yo no sé qué hacer para que esto termine.—siento sus voz quebrarse.

—No ten angusties. ¿Si prueban ir a una terapeuta?
—Sabes cómo es tu padre, no cree en esas cosas.—niega y luego sorbe su nariz con un pañuelo.
—Oye, les traigo buenas noticias, a lo mejor les venga bien.—comienzo—Evan nos ha invitado a que pasemos Navidad y año nuevo con él y su familia en San Francisco. Será lindo, veremos a los Stones, podrán distraerse y además tal vez sea una buena oportunidad para que por fin vuelvan a ser ese matrimonio hermoso que siempre fueron.—tomo su mano— han pasado veinte años juntos, por favor no tiren todo a la basura. Cualquiera puede cometer errores.
Ella logra sonreír un poco.—Así que Evan nos invitó, que lindo de su parte.
—Si, bueno, me dijo que es para agradecer que lo hayamos invitado en Acción de Gracias.
—Tú y él estaban raros ese día.— sorbe su nariz de nuevo.
—No.—sonrío mirando mis manos. Dios, todas las cosas que se me olvidaron contar. Seee, "olvidaron".—yo estaba muy incómoda porque a papá se le da por avergonzarme.
—Es algo que no podrás evitar nunca.—se ríe.—Me gustaría ver a Annabel. Han pasado un par de años.
—Va a ser una semana realmente linda. Y tranquila, papá no puede estar sin ti, nadie deja sus calzoncillos más suaves que tú.—bromeo. Ella vuelve a reír.
—Se lo diré cunado vuelva a casa.

Regresaras de Rodillas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora