Nineteen.

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La observé atentamente tratando de averiguar con quién hablaba.
– Si, lo sé. – Dice ella riendo. – Mañana me parece bien,  no tengo ningún plan. ¿Te parece encontrarnos a las 19:30? Es que debo llegar y bañarme, arreglarme, esas cosas... – Hace un ademán con las manos, como si la persona con la que está hablando pudiera verla. – Sabes cómo somos las mujeres, nos demoramos por todo.
¿Es Patrick? ¿Está arreglando otra cita con él? ¿Es alguien más? Me desespera saber con quién habla. Y, al mismo tiempo, me estoy dando cuenta de que estoy actuando como un verdadero loco, porque en realidad no me debería de importar con quién habla Julia ¿o sí? Soy ridículo, además no puedo quedarme toda la noche en el corredor a escucharla hablar por celular.

Estoy a punto de salir de mi escondite cuando ella sigue hablando, me escondo de nuevo.

— Está bien, Steve. – Sonríe. – Nos vemos mañana. Un beso. – Su rostro se ilumina. Mierda, esto me da nauseas.
Ella corta la llamada y guarda su celular en el bolsillo trasero de su jean. A continuación saca sus llaves y las introduce en la ranura correspondiente. Salgo de mi escondite caminando normalmente como si recién hubiera llegado al piso y paso por su lado. Ella me mira, lo noto perfectamente a pesar de que no hice contacto visual con ella. No me resisto y me giro para hablarle.

—Hola vecina. – Sonrío seductoramente. Sé que es totalmente idiota, porque a ella no la convencen esas sonrisas, pero no puedo evitarlo, es como automático.
— Ya creía yo que ibas a ignorarme y dejarme terminar la noche en paz. – Suelta una pequeña risita y termina de abrir su puerta.
— ¿Ignorarte? No podría... – Me acerco sólo un poco más. Me siento mal por decirle eso porque en secundaria yo si la ignoré un par de veces. Bueno... un par de muchas veces.
— ¿Qué quieres, Stone? – Arquea una ceja y se cruza de brazos.
– Sólo vengo a invitarte a una cita. – Sonrío. Ella abre sus ojos a tope y luego frunce el ceño. – y antes de que me pegues o algo por el estilo, déjame decirte que es una cita de proyecto.
¿Cita de proyecto? ¿En qué mierdas estoy pensando? Mi boca habla sola, estoy improvisando porque siento la necesidad de hablarle, siento la necesidad de estar cerca de ella. Y también siento la necesidad de no dejarla salir con Steve.

Suaviza su expresión. – Continúa... – Dice serenamente.
– Manaña, a las 19:00, para la entrevista con Jacob Mars.


Lo sé, soy una mala persona.
Bastante he arruinado su vida engañándola y humillándola frente a todos y ahora arruino sus citas. Me iré al infierno, pero no la dejaré salir con Steve.


– ¿No puede ser pasado mañana? – Pregunta rezongando. – Ya tengo planes.
– Es que... Jacob es una persona muy ocupada. – Me encojo de hombros dándole a entender de que eso no es posible.
– Tienes razón ¿En qué estoy pensando? – ríe un poco. – Además me dará tiempo suficiente para editar el video y no quedar agotada el día de presentación.
– Entonces...
– Golpea mi puerta a las 18:30. – dice tranquila. – Después de todo tú tienes la cámara y los micrófonos. – me sonríe.
– Está bien. – le sonrío. – hasta mañana.
– Hasta mañana.


Dudo en acercarme a besar su mejilla o no, me balanceo adelante y atrás, la verdad no sé cómo reaccionará. Ella lo nota y ríe.

– Ni si quiera lo pienses. – dice riendo.
– Claro, no sé por qué pensé que... – digo nervioso pero me callo porque ya he dicho demasiadas babosadas en los quince minutos que llevamos en el pasillo. Rasco mi cabeza en la parte trasera, estoy quedando como un idiota... más idiota de lo que soy.


De pronto ella se acerca y besa mi mejilla, y no sé si lo que recorre por mi cuerpo es calor o una ventisca.

– Adiós, imbécil. – ella entra a su casa y cierra la puerta, yo me quedo congelado allí, como un mocoso que tiene su primer beso y la chica que se lo dio es una especie diosa de la belleza.
Entro a mi apartamento calmado y sereno.
***
Recorro el pasillo desesperado buscando al enano culón de Malcom. Su auto está en el estacionamiento de la universidad, así que no debe andar tan lejos.
Esta mañana caí en la cuenta de que le dije a Julia que haríamos la entrevista hoy a las 19:00 y yo aún no sé si Malcom fue capaz de conseguirla para hoy... ni si quiera sé si será ese el horario.
Lo diviso cerca de la puerta de la sala de video y le hago señas para que me espere. Él las nota y sonríe.

Regresaras de Rodillas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora