Fifty Two.

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Evan—

Estaba nervioso, realmente nervioso, cuando decidí besarla. Pero cuando ella rodeó mi cuello sentí un alivio en mi pecho que me dejó respirar con facilidad.

La tomo con delicadeza y la levanto del piso apretándola más a mi cuerpo, tratando de confirmar que esto es cierto.

Me separo y la miro a los ojos. — te extrañé mucho.

Ella me abraza y esconde su cara en mi cuello — yo también te extrañé niño rata.

Sus palabras hacen cosquillitas en mi cuello.

***

Nos sentamos los dos con un taza de café súper caliente cada uno y mientras estamos envueltos con un frazada, miramos a la ciudad juntos en silencio.

Hace frío, los pájaros deben haber migrado ya, así que sólo nos encontramos Julia y yo.

—¿Te sientes bien? —le pregunto para luego besar su mejilla.

—Me siento un poco mareada aún. Pero estoy bien.—toma mi mano y entrelaza nuestros dedos.

—Te voy a llevar al médico.

—No es necesario.

—Si que lo es, Cielo. —me pongo serio.—Quien sabe que cosa te pudo haber dado ese idiota. Quiero estar seguro de que vas a estar bien.

Ella rueda los ojos y sorbe un trago de café.—De acuerdo, mamá.

Me acerco hasta ella y muerdo su oreja. Ella se aparta chillando y luego ríe. Estira su mano y me aprieta la nariz. Sus dedos son cálidos, mi nariz está fría.

La puerta suena. Yo sé que seguramente es Patrick así que me levanto dejando la frazada en la silla y voy a abrirle.

Claramente estoy en lo cierto. Patrick parece no haber dormido en toda la noche. Tiene ojeras y sus ojos azules están irritados. Se ve como la mierda, pobre hombre.

Julia entra de nuevo al apartamento y cierra las puertas del balcón. Cuando ve a Patrick camina hasta él y le da un abrazo. Él la envuelve en sus brazos y la sostiene con una expresión de alivio en su rostro.

—¿Estas mejor?— pregunta él acariciándole el cabello.

—Si... Eso creo.

—¿Eso crees? ¿Cómo que eso crees, muchachita?
—Ay Patrick...—ríe— iré al médico hoy en la tarde, así los dos se quedan tranquilos.

—¿Quieres desayunar con nosotros, Pat?

—Seguro.

***

Juntos desayunamos. Julia nos contó mejor que era lo que había sucedido en la noche. Entre Scott y el idota ese de la bebida, a mi casi me agarra un infarto. Ahora quería matar a dos idiotas. Se habían metido con mi chica. Patrick también estaba molesto y estoy seguro de que está planeando caerle con toda la banda.

Él sólo me mira con complicidad pero ni si quiera le menciona eso a Julia.
Si, vamos a buscar esos idiotas y dejarles un pequeño mensaje.

Julia—

Después de desayunar, le digo a Patrick que si puede ir a mi apartamento a buscarme algo de ropa abrigada. Le iba a decir que me lleve pero el sólo insinuar ir yo a buscar mi ropa sería un gran sermón de los dos muchachos que estaban peor que mamá.

Hablando de eso, mis padres no deberían enterarse de esto.

Patrick se va con mis llaves y yo quedo con Evan sentados en el sofá viendo un poco de las noticias de las mañanas.

Regresaras de Rodillas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora