Dejo de mirarlos, no voy a remediar nada con ver como juegan y ríen. Tiempo pasado pisado
Frunzo el ceño.Me estoy olvidando de Denisse en el armario de suministros.
***
Salgo del armario totalmente enojado.
Primero por que ella estaba muy desesperada, realmente desesperada, tanto que por milagro de Cristo no tengo la camisa rasgada, y segundo porque no podía sacarme la imagen de la cabeza de Julia con Steve. Tenía que dmitir que me chocaba demasiado verlos juntos y tan... tan... simpáticos.
No podía tener sexo ahora... Ahora. Tal vez más tarde.Julia-
Steve va a buscar nuestras bandejas y vuelve con una chica.
– Julia ella es mi prima Clarie. – Dice. – Clarie, ella es Julia, es nueva aquí.
– Hola. – Sonrío dándole un beso en la mejilla.La rubia parecía muy simpática y buena onda.
– Un gusto. – Ríe y se sienta. – Así que andas saliendo con mi primo Steve... – arquea una ceja mientras hace un bocado de ensalada.
Miro a Steve con los ojos abiertos y él sólo se encoje de hombros riendo.
– Sólo somos amigos. – Río.
– Él me dijo que...
– No importa lo que dije. – Interrumpe Steve tapándole la boca mirando con mala cara a Clarie. – Deja de inventar cosas primita. – Dice en un tono notoriamente nervioso.
Comienzo a reír y ella quita las manos de Steve de su boca. – sólo bromeo. – me dice riéndose.
– No hay drama. – Río también.Conversamos de todo un poco. Clarie es muy sociable y sin duda muy linda. Tiene una cabellera larga y rubia y sus ojos son del mismo color que los de Steve. Si no me hubiera dicho que era su prima, hubiese pensado que eran hermanos.
Me pregunto si Evan ha tratado de flirtear con ella o si ya han...
Idiota. Por qué tengo que pensar en Evan. Él no tiene nada que ver en esta cuestión.
– Y entonces vino el idiota de James a hacerse el héroe y tomó la cámara antes de que se me la cayera de las manos. – hace una mueca. – ese engreído tiene que estar metido en todo.
– ¿Quien es James? – interrumpo.
– Es amigo de Evan. – Explica Steve. – Alto, castaño, ojos miel...
– Ya no hables de él. – Dice Clarie. – Lo detesto.
– Digamos que Clarie pasó algo similar a lo que pasaste con Evan pero no tan grabe.
– ¿Estuviste con Evan? – Pregunta Clarie.
Niego con la cabeza. – Tiempo atrás fuimos amigos pero... Hizo una estupidez y se acabó todo. – Ruedo los ojos.
– No entiendo como pueden ser tan idiotas... Se comportan como...
– Pendejos de preparatoria. – interrumpo. – Entiendo perfectamente lo que quieres decir. – bufo.
– Creo que ustedes dos van a llevarse bien. – Dice Steve tomando su refresco.
Clarie y yo nos miramos y comenzamos a reír.***
Salgo de la clases y comienzo a caminar por una calle para ir a mi apartamento.
Mi madre me manda un texto diciendo que papá había ido a casa de su ex mujer a ver a mi hermano y que tal vez muy pronto lo conocería.
Eso me fastidia de algún modo.
No podía reaccionar bien después de 20 años de ser hija única. Pero me fastidiaba más que papá no hubiera hecho las cosas bien. Y sobre todo me fastidia tener que volver, por más que haya extrañado estar aquí.El cielo esta con nubes negras y los ruidos que produce son fuertes y amenazantes.
Debo apurarme.
Camino a un par de cuadras más y el agua se larga con una fuerza terrible.
¡Genial!
Camino más rápido escondiéndome por lugares que tengan algún techo para refugiarme un poco pero cuanto más pronto llegara a casa mejor sería.
La gente ya no aparece en las calles y eso comienza a ponerse peligroso. Soy la única idiota caminando por la calle en plena lluvia.
Comienzo a correr sujetando muy bien mi bolso y refugiándolo un poco para no empapar mis apuntes y cuadernos.
Un viento que arrastra hojas y y basura nubla mi vista y hace que choque con otra persona.
Mi bolso cae y se desparraman las cosas de su interior en el piso.
– Disculpa. – Murmura la chica ayudándome a levantar todo antes de que se moje.
– No te preocupes. – Sonrió.
– Apurate en llegar a casa, con estas lluvias no me sorprende que se inunde la calle. – Me aconseja.
– Gracias. – Digo volviendo a correr por la calle mojada.Por fin llego al edificio, el portero está en la puerta conversando con algunas personas que se habían refugiado en el pórtico techado.
Lo saludo y entro dirigiéndome al ascensor."Fuera de servicio"
– Mierda. – Susurro.
Me dirijo a las escaleras. Me es un poco costoso subir con toda mi ropa mojada, y las piernas amortiguadas por el frío y el esfuerzo de correr por la calle mojada con viento.
Llego al cuarto piso y suspiro de alivio. Por lo menos ya estoy aquí.Revuelvo mi bolso buscando las llaves, pero no están. No aparecen. Comienzo a desesperarme y tiro mi bolso al piso para poder buscar mejor.
Apuntes, lapices, celular, lápiz de labio, todo menos las putas llaves.Me tiro en el suelo y tapo mi cara con las manos.
– Esto no puede estar pasando. – Susurro sintiendo mi cara fría entre mis manos más frías aún. Mi pelo gotea.– Te ves tan tierna mojada. – Siento decir a mi lado.
Me giro lentamente y lo miro. Está de cuclillas a mi lado mirándome divertido
– No estoy para fastidios ¿si? – Me paro. Él también lo hace.
– Ven conmigo. – Dice. – Secate y después vemos como solucionas lo de la llave.
– No voy a pasar a tu casa, Evan. – Frunzo el ceño.
– No estoy intentando llevarte a mi cama. – dice enojado. – Si quieres quedarte mojada y con frío aquí a fuera, hazlo, no es problema mio.Algo dentro de mi me hace sentir culpa. Estoy todo el tiempo a la defensiva con él y sólo quiere ayudarme.
Suspiro. – Está bien, iré contigo.
Él sonríe y caminamos sólo un metro de distancia hasta la puerta que sigue.
– Pasa. – me da permiso.
Lo miro fijo unos segundos, él sólo sonríe.
Paso un poco intranquila.
Su casa es linda, con muebles negros y cortinas blancas en el balcón, algo muy serio para ser de alguien como él.
– Siéntate, te traeré una toalla. – Dice desapareciendo por una puerta.
Observo el lugar, pero lo hago muy rápido ya que él no se demora y vuelve rápido con la toalla.
– Está limpia, no te preocupes. – Sonríe y me la entrega.
No me imagino un Evan lavando ropa o yendo a la lavandería a la lavarla.– Gracias. – La tomo y comienzo a secar mi cabello para que deje de gotear.
Él sólo se sienta al frente y me mira. Se que está mirando mi remera mojada. Lo sé. Es tan obvio.
Paso la toalla por mi mis hombros y me envuelvo tapando la parte delantera.
– ¿Por qué me miras así? - Digo mirándolo.
–Estas muy diferente. – Dice neutral. Sin ninguna el expresión en su rostro.
– ¿Creías que seguía siendo la misma nerd paliducha de siempre? – Arqueo una ceja.
– No. – agacha su cabeza y ríe un poco. – No es que...
– No digas nada ¿Si? – Lo interrumpo.
– En serio, perdón. – Dice serio.
– Es un poco tarde para pedir disculpas. – Frunzo el ceño.
– Ya lo sé. – Dice.Un silencio aparece en la sala y quedamos sentados y enfrentados sin movernos o si quiera mostrar signos de que estamos respirando.
– Voy a buscar al portero. – Digo. – Tal vez tenga una copia. – me levantó y extiendo la toalla hasta él.
– Esta bien.
– Gracias. – Digo antes de tomar él picaporte.
– De nada.Cierro la puerta y me voy.
– Julia espera. – Siento detrás de mi.
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Regresaras de Rodillas.
Teen FictionJulia había sido engañada como miles de chicas. Su primera vez tenía que ser un momento especial, tierno y romántico. Sin embargo, no eligió muy bien al chico a quién entregarle su virginidad. Evan Stone y Julia Watson era los mejores amigos. Como...