Scott me mira sin comprender nada. Yo sólo me tapo la cara sin saber que decir.
No lo tendría que haber besado. No lo tendría que haber hecho.
— Lo lamento.— es lo único que le puedo decir.
— ¿Por qué lo lamentas? — dice riendo.
— Es que, lo hice por impulso, de verdad Scott. Lo que menos quisiera es usarte.
Él me sonríe de una manera tierna y luego me abraza. — No me importaría ser usado por una linda chica como tu.
—No me digas eso, me siento una mierda.
—¡Hey! No eres una mierda... — me aparta. — de verdad no me importa, es más si quieres volver a repetirlo yo estaría feliz. — ríe.
— Scott, ¿Te gusto?
—Me gustas. — mira tiernamente mientras sigue sonriendo.
—Voy a lastimarte, no quiero eso.
Él se separa un poco más de mi y me mira sin perder esa chispa de amabilidad y ternura.
— Créeme que no me lastimaras. No voy a comprometerte ni tampoco quiero compromisos.Que chico tan raro. Pero es un tierno por no molestarse.
— Bueno, no sé que decir... — digo desconcertada. — te gusto pero no quieres compromisos, pero aún así no te molesta que te use.
El ríe y me dice — Mira, supe desde el primer momento que tu y yo no podríamos llegar a ser algo serio, pero aún así me gustas, es algo que no puedo frenar, y mientras esté a tu lado, a mi me hace feliz. Hasta que encuentre a alguien que de verdad me que corresponda.
— Nunca jamas me pasó esto. —río por la situación.
— A mi tampoco. —rie él— vamos a adentro, hace frío para estar riendo en el balcón.
—Scott, gracias por ser así conmigo.— le digo para liego entrar.
Él entra y luego cierra la puerta del balcón. — Gracias a ti por besarme.
Los dos volvemos a reír y retomo mi abrigo para ir al cine y ver la película que ya habíamos acordado.Evan—
Lila y yo estábamos tranquilísimos en nuestro receso, tomando un café bien caliente en el balcón. Habíamos estado todo el día estudiando juntos y también hablando estupideces por rato, pero cuando decidimos descansar... Jamás en la vida hubiera imaginado que eso pasaría, y juro casi les tiré con la taza llena de café caliente, si no fuera por Lila que no sabía nada de lo mío con Julia y además de eso, habíamos comenzado a salir. Fui obligado por James y Malcom prácticamente, pero luego encontré una linda compañía y bueno, hubo veces en las que no pudimos evitar besarnos. La primera vez sentí que le clavaba un puñal a Julia, pero luego pensé en las veces que ella me lo clavó a mi, dejándome deprimido, con las palabras en la boca y el corazón en la mano. No habría ningún problema entonces de que yo siguiera con mi vida, si ella ya no me quería en la suya.
Al ver esa imagen, juro que pensé que me deschavetaría por completo y saltaría de balcón en balcón a matarlos, pero no, lo que hice fue decirle a Lila que nos metiéramos a dentro, allí hace mucho frío.—Vaya, esos dos si que estaban acalorados. — dice riendo y dejando la taza en la mesa.
Lejos de reírme o querer bromear con eso digo:— Si, la verdad. — serio.Lila va hasta la mesa donde están su cuadernos y comienza a recogerlos uno por uno. Mira la hora y acomoda sus hojas. Me va a decir que se tiene que ir. No quiero que se vaya, bueno en realidad no quiero quedarme solo, con mis pensamientos y le pregunto algo que quizá luego me arrepienta.
—¿Quieres quedarte a dormir?
Ella me mira sorprendida, con ojos bien abiertos. —No creo que deba.
—Solo dormiremos, no te preocupes. — me acerco hasta ella y tomo su mano para besar sus nudillos.
—Igual, debo irme. —sonríe.
— Hace frío, llegaras a tu casa congelada, mejor quédate y luego mañana te llevo.
Ella rueda los ojos y me sonríe rendida.
—Bueno, esta bien.Soy consiente de que tiene que dormir conmigo, en mi cama, la cama en la que nunca una mujer ha dormido excepto Julia.
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Regresaras de Rodillas.
Teen FictionJulia había sido engañada como miles de chicas. Su primera vez tenía que ser un momento especial, tierno y romántico. Sin embargo, no eligió muy bien al chico a quién entregarle su virginidad. Evan Stone y Julia Watson era los mejores amigos. Como...