Fifty.

3.3K 211 19
                                    

Lila me miraba de una manera que le rompería el corazón a cualquiera, y antes de que pudiera decirle algo salió corriendo en dirección a los baños.

Tenía a Julia mirándome con lágrimas en los ojos y a Lila tirando mocos corriendo hacia el baño.

Estoy en medio de dos mujeres y no sé que decisión tomar.

Julia se suelta de mi agarre — ve con ella, lo necesita más—y sale corriendo en la dirección a la salida.

No sé si ir por detrás de Lila o de Julia.

No quiero dejar a Julia, no quiero perderle el rastro, no quiero que vuelva a desaparecer como lo hizo, no quiero pasar más días sin ver su rostro, pero mientras estoy ahí con el corazón palpitando frenéticamente, ella desaparece.

Suspiro pesadamente. Dios, justo hoy tenía que ocurrirme todo junto.

Finalmente dejo que ella se vaya por completo y voy a ver a Lila. Es hora de hablar con ella y decir lo que debí haber dicho hace ya bastante tiempo.

Voy hasta el baño de chicas y asomo la cabeza por la gran puerta blanca para ver que no haya ninguna chica retocando su maquillaje o algo y luego entro. Los sollozos de Lila se podían escuchar como un eco en todo el baño. Sus pies se veían por debajo del cubículo.

—Lila.— digo suave. —Lila, sal por favor.

Ella abre a penas la puerta del cubículo y asoma su cabeza. Luego sale lentamente y lo cierra lentamente detrás de ella. Sus ojos están rojos, su nariz también, las pecas de su rostro resaltan su aspecto.

—Pensé que te habías ido detrás de ella.— pasa su puño por su nariz y luego por sus ojos.

—Tenía que hablar contigo primero

—Sólo quiero hacerte una pregunta.

—Dime. — respondo desconcertado.

—¿Me fuiste infiel?

Me acerco a ella y la abrazo. Ella se queda tensa sin saber que responder. Acaricio un poco su cabello y ella larga un sollozo.

—No, Lila. No he estado con nadie más, solo que nunca llegue a sentir por ti lo que siento por ella. Perdona pensé que estando contigo podría llegar a olvidarla y llegaría a quererte.

— Las cosas no funcionan así, no puedes usar a las personas.— se aparta de mi molesta.
—Lo sé, lo sé.— tomo mi cabeza con las dos manos y me giro un poco. — lo siento, pero la amo y por amor uno comete locuras y errores.

No le digo más nada y salgo del baño de mujeres antes de que alguien me vea allí adentro y piensen que soy un degenerado mirón o cualquier cosa. Ahora sólo me queda ir por Julia, pero ni si quiera sé dónde es la dirección de su nuevo apartamento. Mi mente se bloquea de nuevo, no sé qué hacer, no sé por dónde empezar

James me encuentra.

—¿Estas bien?— lo veo preocupado y agitado, estuvo corriendo.
Suspiro pesadamente y vuelvo a tomar mi cabeza con la mano derecha— Si, yo estoy bien pero, todo se volvió tan loco y. — suspiro de nuevo— ¿De dónde se te ocurrió hacer eso para mostrar en clase? Debería matarte ¿Lo sabes? ¿Cómo se te ocurre sacarme fotos en depresión total?

—Lo siento, creí que así podría ayudar lo que se había echado a perder por mi culpa. ¿Lo empeoré?

—No sé si lo empeoraste o no pero necesito ver a Julia y ha salido corriendo a la salida.— digo tranquilizándome.

—Puedo ayudarte a buscar la dirección de su apartamento.
—Ya me has ayudado bastante— palmeo su hombro sonriendo.
—Ay, de verdad, lo lamento hermano, pensé que las cosas saldrían de otra manera.

Regresaras de Rodillas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora