Forty Nine.

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Mi proyecto está listo. Creo que es una mierda pero espero que por lo menos me salve. Y si no he visto a Julia en semanas. Pensaba que iba a ayudar no verla más pero no, me termina preocupando, me intriga, quiero saber dónde está, con quién, si está bien, si riega sus plantas en pijama o si sigue sonriendo.

Lejos de ayudarme me inquieta, me hace sentir inseguro. Lila y yo seguimos juntos. La verdad es que no es lo mismo que al principio pero aún lucho porque ella me guste de verdad y pueda olvidar a Julia aunque sea sólo un poco. Pero con si reciente desaparición de la vida social y educativa, en vez de olvidarla la pienso todo el día

Entro a la universidad con mi mochila al hombro mirando a todas las personas charlar y reír. A lo lejos veo a James hablando con Clarie. Ella no se ve molesta, de hecho se la ve angustiada. ¿Será por Julia? ¿Le habrá pasado algo?

Me paro a un costado y hago como que veo mi celular pero los sigo observando, él le sonríe y hace un gesto con las manos algo así como que aguardara ella tapa su boca y luego sonríe. Los veo abrazarse después de un momento y cuando ella quiere separarse él trata de besarla y ella se aparta moviendo su dedo índice burlona. James pasa una mano por su rostro y luego sonríe despidiéndose con un gesto.

—¡Hey!— gritan en mi oído.
Doy media vuelta asustado, con el corazón latiendo en mi garganta. Malcom descostillándose de la risa por haberme asustado.
—Idiota.— le doy un zape.
—Lo siento, vi mi oportunidad.— sigue riendo— ¿Qué hacías mirando a James?

—Lo vi hablando con Clarie ,muy animadamente, creo que se merece un interrogatorio.
—¿Crees que ya pudieron arreglarse? — comenzamos a caminar.

—No lo sé, lo sabremos después de entregar esta porquería. ¿Cómo va la fiesta de tu misteriosa novia?
—Oh, ya tenemos todo, ¿pudiste conseguir quien ponga la música?
—Mi amigo Patrick se encargará de todo. — sonrío.

Hmmm, sí. Patrick. Obviamente sabe que ella y yo ya no estamos juntos, pero al parecer no sabe todo lo que pasó porque aún no ha estampado su lindo puño en mi bella y perfecta nariz. Aunque si me preguntó el por qué, yo traté de ser un poco "reservado" y dije que las cosas no funcionaron y que ella se mudó del edificio y que nadie sabe de su vida. Él me comentó lo mismo, no sabe de ella desde hace un buen tiempo y que no contesta los mensajes.

—Genial, entonces sólo nos queda esperar hasta el fin de semana. Le diré que no se preocupe.

Vamos llegando al anfiteatro donde proyectaran todos los trabajos. Me da un poco de vergüenza, porque seguro todos los demás estarían muy bien hechos y el mío era terriblemente mediocre.
Vemos a James haciéndonos señas con una sonrisa de oreja a oreja, señalando dos asientos libres para nosotros.
Entre todos los que están, vamos pasando persona por persona hasta llegar a su lugar.
—Hola putitas, ¿Qué tal el día?— nos saluda con un abrazo fuerte.

—¿Desde cuándo tanto amor en el saludo?— pregunta Malcom riendo y dejando su mochila en su asiento. Yo me tiro en mi lugar y abrazando a mi mochila lo miro sonriente esperando a que diga el motivo.
—Pues, ¿Acaso no puedo ser amoroso en el saludo?
—Dilo, ¿Qué es lo que te tiene tan contento?— le digo tocándolo levemente con el pie en su pierna izquierda.
—Pues, he estado haciendo un par de cosillas por ahí.
—¿Con Clarie?— Malcom me quita la pregunta de la boca y luego me mira a mi arqueando una ceja de manera cómplice.

—Lo sabrán después. — carcajea por lo bajo misteriosamente y se sienta en su asiento.

Malcom y yo lo miramos intrigados. Realmente no es normal que James estuviera así.

Mi celular suena y veo que es un mensaje de Lila, me manda mensajes todas las mañanas deseándome buenos días. Ralamente me duele que lo haga, porque sé que yo no lo haría con ella.

Regresaras de Rodillas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora