Twenty.

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  Para cuando salgo de la Universidad, Steve me acompaña mientras caminamos. Sé que no le agrada para nada la idea de que esté con Evan haciendo ese proyecto y sé que es debido a ese "problema" que tuvieron hace años. Deduzco que no es por celos, de hecho a él le da igual si los demás chicos me miran o silban cuando paso, él sólo sonríe y me besa en las mejillas... algunas veces en los labios.
–¿Estas bien? – Pregunto. Está demasiado callado.
– Sip. – Me sonríe. – ¿Por?
– Es que te siento algo distante.
– Estoy muy bien. – pasa su mano por mis hombros y me acerca a su cuerpo. – espero que Stone no te fastidie tanto.
– Me prometió no hacerlo mientras trabajábamos. Y hasta ahora ha cumplido su promesa.
– Lo único que lamento es no poder salir contigo...
– Tenemos todo el fin de semana. – Sonrío.
–¿Puedo besarte? – Deja de caminar y me toma de la cintura firmemente.
– Claro que sí. – murmuro.
Sus ojos se enfocan mis labios y los míos dejan de ver el verde de sus ojos para enfocarse en sus delgados labios con barbita creciente alrededor. Lentamente se va acercando hasta que por fin chocan con los míos moviéndose suavemente, enviando dulzura y ternura a mi cuerpo. Su barba raspa mi piel deliciosamente y luego de que se separa, me deja su cosquilleo presente.
– Te veo mañana en clases. – murmura suave, aún seguimos muy cerca.
– Adiós. – le sonrío.
Camino el resto del trayecto tildada. Sin pensar. Sin especular. Sin sentir nada. Ese beso ha sido tan especial que no sé qué sentir al respecto.
Me apuro un poco en llegar, aún debo prepararme para la entrevista. Evan ya debía estar en su casa, él viaja en moto, pero yo no tengo esa suerte y debo tomarme los minutos extras por caminar.
Llego a casa, me doy una ducha corta sin mojar mi cabello y luego busco algún atuendo para ponerme. Elijo tacones. Me gustaría verme un poco más formal delante de alguien reconocido como Jacob. Y no es porque sea muy guapo, sino porque me gusta dar una buena impresión.
Se pasan cinco minutos de las 18:30 y siento a Evan tocar mi puerta. Cuando la abro lo veo con la cámara grabando.
– Así es como estos especímenes se acicalan. Se maquillan y usan tacones. – dice moviendo la cámara de arriba hacia abajo.
–Ya. – río y tapo la lente con mi mano. –¿Sigues con eso?
– Aún no termino mi documental... – sonríe bajando la cámara. – ¿Lista?
– Sip. – Cierro la puerta tras mi espalda.
Comenzamos a bajar las escaleras. Aún no arreglaban el ascensor.
– Voy a escribir una carta al dueño del edificio. – digo enojada. – No puede ser que ya vaya una semana descompuesto, esto de las escaleras me está matando.
– Te viene bien para trabajar los glúteos. – dice mientras graba nuevamente con la cámara, hay chispa de burla en todo su rostro.
– Evan... – le advierto.
– Sólo es una pequeña broma. – me sonríe. – ¿Me sonríes para mi documental? – Se para en unos escalones más arriba que yo y se queda enfocándome.
Lo miro seria fijamente, no puedo contener más una risita por ver como espera expectante mi sonrisa.
–Estos especímenes son obedientes. – añade girándola para enfocarse a él diciendo eso y luego baja la cámara.
– Yo no te obedezco. – me quejo.
– Vamos. – ríe y comienza a bajar. – ya tengo demasiado material en las escaleras.
Cuando llegamos a su moto, él se sube y la arranca. Otra vez el mismo dilema... no quería estar así con él. A pesar de que ya no me molesta tanto tener que tratar con él, pensar que alguna parte de mi cuerpo tiene que tocarlo me da escalofríos. Me subo cuidadosamente a su moto y coloco mi mochila en la espalda, donde llevo los micrófonos y las notas de Evan. No quiso guardar la cámara, así que me imagino que es por su tonto documental sobre las mujeres.
Se las ingenió para conducir en tramos con la cámara grabándome por encima de su hombro. Sólo me limitaba a reír, me era gracioso verlo tomarse eso de el "Documental" en serio... supongo que eso práctica para cuando termine su carrera.
Llegamos al parque, él comienza a bajar la velocidad y luego aparca su motocicleta al lado de la acera.
– Pensé que íbamos a entrevistar a Jacob Mars. – digo confundida.
– Oh sí lo haremos, pero él ha cambiado los horarios por un inconveniente, pero está dispuesto a ayudarnos a las 22:00.

Regresaras de Rodillas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora