– ¿Qué estas haciendo aquí? – Digo frunciendo el ceño.
– Te vi sola, y...
– Y nada. - Lo corto. Él me mira sorprendido. – vete.
– ¿Me echarás? – Pregunta divertido. – Hace mucho que no nos vemos... Quiero saber que fue de tu vida.Es como si me hubieran arrancado los pelos de la nuca.
Caradura.
– Dije que te fueras. – me aparté un poco.
– Oh... Sólo quiero ser amable.
– Deja de molestarla. – Dice Steve por detrás de él.
Evan se levanta y queda en frente de él.
– Sólo estaba saludando a una vieja amiga, Harrison.
– Yo no soy tu amiga. – Interfiero.
Me doy cuenta que toda la gente que estaba en el bar nos miraba.Algo que odio. Lo odio desde de aquel inmundo día. Odio la chusma.
– Déjanos en paz. – lo miro amenazadoramente y me cruzo de brazos.
– Está bien. – Sonríe. – Hablaremos otro día. – Guiña un ojo y se acerca fugaz a mi mejilla a dejar un beso.
Me aparto bruscamente y sus labios sólo alcanzan a rozar mi piel.
Puedo sentir su perfume penetrante, como si hubiera quedado en mi piel después de que él se va.Cabrón.
– ¿Andabas con ese idiota? – Pregunta sentándose.
Niego con la cabeza. – Un tiempo atrás fuimos amigos pero...
– Ya se lo que pasó. – Interrumpe. – Toda la escuela habló de eso.Yo sólo lo miro.
Él me mira.
Estábamos mirándonos fijamente, estableciendo un contacto especial.
– No hables de eso ¿Si? No es una historia que me guste contar. – Tomo una servilleta y comienzo a doblarla para tranquilizarme.— ni recordar.
– A nadie le gustaría. – Toma mi mano. Su piel es cálida. – De verdad, siento que hayas pasado por eso.
–Gracias. – Miró su mano sobre la mía. Es un gesto consolador.
Se da cuenta de que miro nuestras manos y la quita. – A decir verdad, extrañé verte en la biblioteca.— dijo como para cambiar de tema.
– Yo extrañé la biblioteca.
Los dos reímos.***
Para el final del día vuelvo a mi apartamento exhausta. Ha sido un día largo y bastante duro para ser el primer día oficial en la UCLA.
Abro la heladera y saco una jarra con agua fresca.Hace calor.
Pero no sé si me hace calor por el clima o por el hecho de tener un encuentro con Evan.
Me voy al balcón y miro la ciudad. Realmente la había extrañado, pero no hubiera querido dejar a Juan.
Mi celular suena. Miro la pantalla y su nombre aparece en ella. Algo dentro de mi se remueve.
– Hola. – digo.
– Te extraño.
– Lo sé, yo también lo hago. – Suspiro. – Pero trataré de volver pronto.
– Hoy veía nuestras fotos. – siento su risa.– de aquel día en la playa.
– Ese día me caí en el agua porque me molestaban. – Protesto riendo.El timbre suena y me dirijo a él riendo mientras Juani sigue diciendo estupideces.
Juani... a poco no es tierno el apodo que le puse.
Dejo de reír cuando lo veo en la puerta. Mi pesadilla no acaba con volver a casa.
– Hola. – dice apoyado en el marco de la puerta.
– ¿Qué demonios...? – Digo atónita.Cómo supo mi dirección y el número de mi apartamento, no lo sé, pero mi tranquilidad se había ido al diablo. Mi mano se estampo contra mi frente de manera mental.
– Qué sucede, Juli. – dice Juan en el teléfono.
– Nada Juani. – Digo mirando seriamente al individuo que está sonriendo frente a mí en el umbral de mi puerta.
– Paso a saludarte. – Dice él dando un paso hacía adelante.
– Evan vete. – Digo molesta y apoyo una mano en su pecho.
–¿Quién es Evan? – Pregunta Juani del otro lado.Estoy a punto de contestar pero él me arrebata el celular.
– Soy su nuevo novio, así que no la llames más. – Sonríe. – Adiós.
Corta y lanza mi celular al sofá.
Mi respiración se corta por un minuto. No acaba de hacer lo que creo que acaba de hacer.
–¿Por qué mierda hiciste eso? – chillo furiosa. – ¿Cómo sabes que vivo aquí? ¿Acaso me sigues?
– Vivo al lado, somos vecinos de nuevo. – Ríe. – Vine a darte la bienvenida.
–¡Maldición! – bufo levantando las manos y dejándolas caer pesadamente.
– Tranquila... – Toca mi hombro.
– No. – quito su mano bruscamente. – No sé qué es lo que pretendes, pero conmigo no vas a jugar a este jueguito de "Soy el chico amigable". – hago comillas con los dedos.
– No estoy jugando a nada. – Dice tranquilamente.
– ¿Me harías el favor de irte? – Lo tomo de un brazo y lo acompaño a la puerta.
Pues no sé en que momento ya estábamos en la mitad de la sala.
– Sigues enojada por lo que pasó en secundaria. – Dice con un toque de burla. – Súperalo.¡Dios! Te lo llevas o te lo mando.
– Lo superaré cuando te vayas de mi casa. – lo empujo pero él toma mis manos y me inmoviliza.
– Estas muy ruda ¿Eh? – Ríe. – Me gusta así.
Me arrima más a él.
– ¿No tienes algo mejor que hacer que fastidiarme? – Forcejeo.
– No. – Sonríe y se acerca más a mi.
Me quedo quieta sintiendo su respiración cerca de mi cuello.
Aflojo mi cuerpo y él me atrae más a su cuerpo.– Hueles tan rico. – Susurra.
Sus brazos me sueltan y yo aprovecho para subir mi rodilla hasta su ingle.
– Dije que no. – Sonrió maliciosa.
Él se retuerce de dolor y aprovecho para empujarlo fuera de mi apartamento.
– Adiós vecino. – Río y cierro de un portazo.
Me apoyo en la puerta suspirando de cansancio.
Soy la chica con menos suerte en el mundo, pienso.
Miro mi celular y voy corriendo a marcarle a Juani.Pero él ya no contesta.
Evan –
Entro al apartamento con mis manos aún abajo.
¡Mierda, duele como el infierno!
Pero mientras más difícil, más me gusta.
Sonrío divertido.Me gusta esta Julia atrevida y mala.
Pero el perfume de Julia queda impregnado en mi nariz.
– Cómo haré para convencerte de nuevo. – Susurro.
Miro por el balcón y me pregunto si fue buena idea hacer esta apuesta.
Soy un reverendo idiota para volver a meterme en este embrollo.
Por ahora sólo me recuesto y espero a que él dolor pase.
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Regresaras de Rodillas.
Teen FictionJulia había sido engañada como miles de chicas. Su primera vez tenía que ser un momento especial, tierno y romántico. Sin embargo, no eligió muy bien al chico a quién entregarle su virginidad. Evan Stone y Julia Watson era los mejores amigos. Como...